Javier Milei. Se consolida como la tercera fuerza en la Ciudad de Buenos Aires con el 13,65% de los votos
Obtuvo casi 230 mil votos y Libertad Avanza quedó detrás de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos; el polémico economista liberal desafía a los partidos tradicionales
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“En cinco minutos lo dan. Está hablando Wado de Pedro”, dijo el tuitero Iñaki Gutiérrez, con su celular en la oreja, esperando los resultados oficiales. “¡13 puntos, 13,7!”, llegó a decir antes de que se arme el pogo de los fanáticos de Javier Milei festejando el primer número que arrojó el Ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro desde el Correo Argentino. El avance del escrutinio no hizo más que confirmar esa tendencia, que en una histórica elección para el sector libertario situó cómodamente al histriónico economista como la tercera fuerza en la Ciudad, detrás de los dos partidos políticos ya consolidados en territorio porteño.
“¡Tiene miedo, la casta tiene miedo!”, cantaban eufóricos en la antesala del Salón Diamante, haciendo alusión a las palabras de su líder. “¡Vamos carajo!”, gritó uno. “¡Viva la libertad!”, sumó otro, y todos contestaron: “¡Viva!”. A los pocos minutos, el rock ya sonaba en el interior del búnker. Todo era fiesta.
“¿Qué haces ahí sentado, man?”, le preguntó uno de los invitados a otro que no había sido parte del festejo y esperaba en los sillones de la recepción del hotel Grand View. Salió corriendo y les gritó a los militantes de afuera: “¡Viva la libertad carajo!” y ellos respondieron con un clásico futbolero: “¡Olé, olé, olé, olé, Javier, Javier!”. Fue el prólogo del estallido que, pasadas las 22, se produjo cuando el líder tomó el micrófono.
“¡Viva la libertad carajo!”, dijo Milei tres veces, y levantó su mano derecha con el puño cerrado. Desde el salón se escuchaban los gritos de los militantes que, afuera, seguían desde la pantalla el discurso del ahora candidato.
A pesar de la euforia de los invitados y de los candidatos que lo acompañaban en el escenario, el economista afirmó: “No hay nada para festejar”. El liberal aseguró que estos resultados “muestran el hartazgo de la casta política” y que la baja participación es porque a la sociedad “le cuesta creer”.
“Estamos en la Argentina del fifty, fifty. 50% de inflación y 50% de pobres. Si no hacemos un cambio de 180 grados en 50 años vamos a ser la villa miseria más grande el mundo. Por lo tanto, que tiemble la casta política”, exclamó eufórico.
“Nosotros somos el testimonio de que si nos siguen apoyando, los vamos a terminar sacando a estos chorros”, aseguró Milei. “No solo estamos en condiciones de sacar a los K, dejarlos en tercer puesto y que no vuelvan nunca más. Estamos en condiciones de sacar a las tibias palomas”, aseguró el economista, en velada referencia a los principales dirigentes de Juntos por el Cambio. Y lanzó su desafío: “En noviembre vamos a ganarles a las tibias palomas que pactan con los K”.
Eufórico y emocionado, tras su discurso Milei salió a hablar con los seguidores que se apretujaban en la calle. Fue un desborde total: los fanáticos saltaron las vallas y al economista debió rescatarlo la seguridad privada, que lo sacaron del tumulto y lo hicieron entrar al recinto, antes de cerrar la puerta de nuevo. “Esto nos excede cada vez más”, dijeron desde su equipo, conscientes de que no tenían la seguridad necesaria.
Antes de conocer los resultados finales, la ansiedad se apoderaba de la sala. “Hay un optimismo en el aire muy fuerte”, le dijo Mariquita Delvecchio, esposa de Carlos Maslatón, a uno de los colaboradores del equipo de Milei. El búnker empezó a poblarse cerca de las 20.
“¡Es la marcha de león, rugiendo cada vez más fuerte, llevando la libertad, tratando de cambiar la suerte!”, sonaba antes en el Salón Diamante, en Balvanera. Esta vez, después del reproche de La Renga, Panic Show no musicalizó el evento que tuvo a Javier Milei como protagonista central.
A la espera del ingreso de Milei, al estilo de rockstar, el primero en llegar al búnker fue Ramiro Marra, que encabeza la lista de legisladores de La Libertad Avanza. Durante el tiempo muerto, una pantalla proyectaba imágenes de lo que fue la campaña de los libertarios.
Cerca de las seis de la tarde, el clima todavía no era de fiesta, pero fuentes cercanas al candidato afirmaban que fue una jornada tranquila, que lograron buena fiscalización y que algunos datos de boca de urna fueron incluso un poco mejor de lo que esperaban. Bien entrada la noche esa percepción se confirmó: el economista liberal había conseguido posicionarse cómodamente como la tercera fuerza en la Ciudad de Buenos Aires, escrutado más del 98% de las mesas porteñas.
En la entrada del hotel había banderas de la Argentina intercaladas con banderas amarillas con la leyenda “Milei”y la figura del león, ya característica de la campaña del economista. El mismo merchandising lucían sus colaboradores, la mayoría jóvenes, e incluso la seguridad de lugar. Algunos tenían remeras, otros chalecos o gorras, pero todas las prendas eran de color negro y contaban con el nombre del precandidato a diputado en amarillo.
Los primeros oradores sobre el atril montado delante de la pantalla fueron “Azabache”, una artista venezolana y Héctor Espinoza, un comerciante de la villa 31. “Esta es la punta de lanza que necesita la Argentina”, afirmó Espinoza, que agregó: “Es el verdadero cambio y no esa fantochada que nos vendieron en 2015”.
También hablaron los youtubers Gustavo Sánchez y Mateo Fernández. Este último dijo sobre Milei: “Es el único candidato con los huevos bien puestos para sacar a los que se hacen llamar oposición y a los dictadores de nuestro pensamiento”.
Milei votó cerca del mediodía vestido como siempre con un saco de cuero. “Entré para terminar con esta decadencia. Nosotros venimos y traemos propuestas. Si nos acompañan, bien. No nos acompañan: nos vamos a casa”, afirmó. Después de retirarse de la sede de Almagro de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) se fue a almorzar con su hermana Karina y sus padres.
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