Condena para una imagen palpable de la corrupción
Tres fotos se convirtieron en emblemas tangibles de las sospechas de corrupción que recaen sobre el kirchnerismo: los bolsos de José López con 9 millones de dólares, la imagen de la caja de seguridad de la joven Florencia Kirchner rebosante con 6 millones de dólares y los videos de la cueva financiera La Rosadita, en Puerto Madero , donde la organización de Lázaro Báez contaba sus billetes y los ordenaba en fajos termosellados.
Este miércoles, los jueces Ricardo Basílico, Adrián Grünberg y José Antonio Michilinise hicieron justicia con una de esas tres imágenes: el exsecretario de Obras públicas José López, quien trató de esconder los billetes que estaban en bolsos y valijas en un convento de Moreno, fue condenado a seis años de prisión, la pena máxima por enriquecimiento ilícito.
Los empresarios Andrés Galera y Eduardo Ramón Gutiérrez fueron condenados como sus testaferros a dos años y seis meses de prisión y su exmujer María Amalia Díaz a dos años de prisión. Todos acusados de contribuir a esconder la fortuna de López. Fueron absueltos los empresarios Carlos Hugo José Gianni y Marcos Artemio Marconi defendidos con pericia por su abogado Mariano Fragueiro.
No hubo mucha deliberación entre los jueces en las cuestiones de fondo: imperó la unanimidad sobre la constitucionalidad del delito de enriquecimiento ilícito, se le impuso la pena máxima a López por el cargo que tenía, lo burdo de la maniobra y el monto de dinero involucrado. Hubo coincidencia sobre las condenas a los empresarios acusados de ser testaferros en la compra de la casa y disidencias sobre los otros dos acusados de ser testaferros en la compra de departamentos.
La imagen de las valijas de Lopéz rebosantes de dólares y euros en el baúl de su auto alcanza para desvirtuar el calificativo de "presos políticos" para los exfuncionarios kirchneristas detenidos. Alcanza el video del convento donde López arrastra los bolsos con dinero para comprender que la persecución es penal. La denuncia, de la que se hizo eco el papa Francisco, que habla de presidentes latinoamericanos perseguidos por la justicia de la nueva derecha que gobierna el continente, se desarma al lado de la plata escondida en el convento. La hermana Celia, la monja que ayudó a esconderla, fue absuelta.
El tribunal no le creyó a López cuando declaró que la plata no era suya sino que "suponía" que venía de Cristina Kirchner porque se lo dio su exsecretario Fabián Gutiérrez la misma noche en que llevó los bolsos a General Rodríguez. Contó que tuvo una reunión previa con Gutiérrez en el hotel NH de la calle Bolívar y que luego le mandaron los nueve millones de dólares custodiados por dos personas, una llegó en moto y la otra en un auto. Los dos enviados –según dijo– lo siguieron hasta el convento.
Los jueces no encontraron evidencia que corrobore estas afirmaciones. Después de todo bastaba para condenar a López por enriquecimiento ilícito probar que su patrimonio se había incrementado de manera ostensible e injustificada mientras se desempeñó en la función pública. Al dinero injustificado que se le secuestró se le suma su casa con amarra junto al Río Luján.
López se siente mas acusador que acusado. Cuando llegó al juicio para escuchar su condena se sentó a la derecha la sala, del lado de la fiscalía. Lo que sucede es que ninguno de los otros acusados, sentado a la izquierda del tribunal, lo quería sentado a su lado.
El origen de la plata no quedó claro. Por su cargo de secretario del ministerio de Planificación pudo provenir de las coimas de la obra pública, un derrame de la cadena de recaudación ilegal de fondos provenientes de empresarios que se investiga en a causa de los cuadernos. Los hombres de negocios confesaron haber pagado y los funcionarios haber cobrado: otro golpe para el relato de la persecución político-judicial.
López dijo que los dólares provenían de la política y señaló al secretario Gutiérrez, pero esas afirmaciones no le sirvieron para aligerar la pena en su contra. Será en todo caso tarea de los jueces que juzguen a López por la causa de Vialidad Nacional o por el caso de los cuadernos de la corrupción los que evaluarán si por sus declaraciones como arrepentido merece una reducción de la condena en esos otros juicios.
Mientras tanto, para la justicia, López acumuló en su patrimonio de manera ilegal 8.982.047 dólares, 153.010 euros y 159.114 pesos además de dos relojes Rólex Oster y uno marca Omega. Los jueces decomisaron ese dinero y lo entregaron por mitades a los hospitales de pedriatría Garraham y Gutierez para equipamiento, insumos e investigación.
Quedan dos imágenes que esperan justicia: por la plata lavada en La Rosadita está siendo juzgado Lázaro Báez y persiste la sospecha de que ese dinero es el que llegó a sus manos de de las obras públicas con que lo favoreció Cristina Kirchner, causa por la que está siendo juzgada la expresidenta y candidata presidencial. Por la otra foto, la de la caja de seguridad de Florencia Kirchner llena de dólares, heredados de sus padres, la justicia tiene sus manos al menos tres causas contra Cristina Kirchner y otras dos contra sus hijos donde puede que encuentre algunas explicaciones para ese dinero.
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