Con un perfil “anti-grieta”, Sergio Massa buscará mostrarse como más “sensato” que Milei y Bullrich
El ministro de Economía tiene como objetivos desacreditar las ideas del dirigente libertario y erigirse como promotor de la “unidad nacional”; asesores, funcionarios y gobernadores lo acompañarán en el primer debate
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“Si no se enoja ni se hace el superado, los debería pasear, por capacidad y experiencia de gestión”. La definición corre por cuenta de un incondicional de Sergio Massa, el ministro y candidato que llegó a Santiago del Estero para participar del primer debate presidencial, de cara a las elecciones generales del 22 de este mes.
No cometer errores, evitar sobregiros y aplicarse con seriedad a la estrategia diseñada por el equipo de consultores que lo asesora (el catalán Antoni Gutiérrez-Rubi, su cuñado y asesor Sebastián Galmarini y, a través de dosis homeopáticas, el asesor estrella de Barack Obama, Dan Restrepo) son los ejes fundamentales del discurso previsto por Massa. Su misión será desacreditar al libertario Javier Milei, sin agredirlo, y aunarlo con la idea de “falta de diálogo”, con la que identificará a su otra gran contrincante, la postulante de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, a la vez que intentará minimizar datos de la coyuntura que lo complican, como la inflación desbocada, la falta de reservas y un dólar blue a $800 según cerró el viernes.
Convencido de que, según los sondeos, estaría ingresando en un ballottage con Milei, Massa define por estas horas sus argumentos, centrados en destacar “algunas ideas” del dirigente de la Libertad Avanza, pero a la vez quitarles entidad por considerarlas “impracticables”. Los “templos” a destruir serán la libertad de portación de armas, la venta de órganos, el cierre de mercados con Brasil y China, a los que Milei considera “comunistas”, la dolarización, propuestas de Milei que calaron hondo en un sector importante de la sociedad.
“¿Las madres van a estar tranquilas sabiendo que sus hijos salen armados o que los amigos portan armas en un club, la escuela o donde se encuentren?”, es una de las dudas que intentará sembrar el ministro y candidato de Unión por la Patria. “¿Qué va a pasar con los trabajadores de las automotrices de Córdoba y Pacheco o los productores de aceitunas de Catamarca que venden su producción a Brasil?”, prevé aguijonear Massa, en relación a una eventual economía sin vínculo directo con el principal socio comercial del país.
Luego de dos semanas en las que gastó “muchas balas” en anuncios de mejoras económicas para distintos sectores, medidas también aprobadas por el Congreso como la modificación en el Impuesto a las Ganancias que según sus asesores le hicieron “recuperar la centralidad” en el debate público, Massa intentará además demostrar que es más “sensato” que sus dos contrincantes centrales. “Va para adelante y agarró una papa caliente. Tranquilizó la situación y se plantó con el FMI. Logra acuerdos”, recalcan en los papers que el postulante de Unión por la Patria relee por estas horas.
En su aventura santiagueña lo acompañan, además, su esposa y titular de Aysa, Malena Galmarini; el tándem de campaña que componen el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro; funcionarios de Economía, su vocero Santiago García Vázquez, la presidenta de la Cámara baja, Cecilia Moreau, y varios gobernadores, sumados en las últimas semanas, en la búsqueda de apuntalar sus propios proyectos provinciales, amenazados por una ola de derrotas en enclaves peronistas que incluyó este año a distritos que parecían inconmovibles, como Santa Cruz, Chubut, San Juan, Santa Fe y Chaco.
Con la previsión de mencionar sus eventuales colaboradores en áreas en las que se siente “cómodo”, como seguridad y trabajo, Massa buscará mostrarse por fuera de la grieta que el kirchnerismo duro azuzó durante varios lustros. Dirá que Milei “rompe puentes”, y que el último spot de Bullrich en la que prevé crear el “penal Cristina Kirchner” mina su credibilidad para generar consensos. Y se encuadrará en la búsqueda de la “unidad nacional”, con guiños al radicalismo, que en los últimos días entró en tensión con el ex presidente Mauricio Macri y generó ruidos en Juntos por el Cambio.
“Milei y Bullrich lo van a atacar. No hay que enojarse, ni cometer errores, mostrar que tenemos con qué y con quien”, repiten cerca del ministro de Economía, que a diferencia de los debates con Macri y Daniel Scioli de 2015 siente que tiene chances de sacarle provecho a los contrapuntos, en su largo y difícil camino hacia la Casa Rosada.
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