Con tensiones, avanzan las tratativas para un acuerdo del kirchnerismo y Massa
Menos de 48 horas antes del vencimiento del plazo para la inscripción de los frentes electorales, las negociaciones para un acuerdo entre el kirchnerismo y el Frente Renovador, de Sergio Massa, avanzan a paso lento y en medio de fuertes tensiones.
"No se vislumbra en Massa una voluntad política de concretar un acuerdo", dijo ayer el presidente del bloque de diputados del Frente para la Victoria (FPV), Agustín Rossi, en declaraciones a FM La Patriada. "Está clara nuestra voluntad manifiesta de construir este escenario de unidad opositora, no está tan clara la voluntad de los otros, nosotros vamos a seguir insistiendo. Tenemos voluntad de acuerdo con Massa y es explícita", agregó el diputado.
Si bien no interviene en las negociaciones, las palabras de Rossi expresan el estado de ánimo de los dirigentes del kirchnerismo que sí lo hacen. Después del diálogo que tuvieron anteanoche en C5N, Massa y Alberto Fernández todavía no se reunieron ni fijaron fecha para tomar un café, como propuso el precandidato del kirchnerismo.
En el kirchnerismo atribuyen las demoras a la indefinición y las señales ambiguas del jefe del Frente Renovador. "Nosotros tiramos diez gestos y él a lo sumo nos devuelve uno", explicó uno de ellos a LA NACION.
Alberto Fernández no tomó de buena manera que Massa no respondiera en forma clara a su invitación para reunirse. "Sergio, volvé a Buenos Aires, tomemos un café y terminemos con este tema", dijo el precandidato a presidente anteanoche, en el programa Hagan algo. "Ojalá que tomemos un café y podamos construir entre todos una etapa que supere el fracaso de Macri", contestó, esquivo, Massa.
"Nos ninguneó un poco", interpretó un dirigente del kirchnerismo, que señaló dos gestos de Massa que cargaron de tensión las negociaciones. El primero fue haber ido a Chubut acompañado por Graciela Camaño, la dirigente del Frente Renovador que anteayer dijo que nunca votaría a Cristina. El segundo, haber felicitado por su triunfo electoral al radical Gerardo Morales, gobernador de Jujuy. "No vaya a ser que Massa termine dando un portazo y nosotros quedemos con la ñata contra el vidrio", advirtió el referente kirchnerista.
Premio consuelo
En caso de que fracase el acuerdo, Alberto Fernández solo tendría como premio consuelo la bandera de la búsqueda de la unidad. "Si no se da la unidad, no quiero que después venga alguien y diga: 'No se dio porque no nos dieron los espacios que necesitábamos', porque eso no es así", abrió el paraguas ayer Rossi.
Las negociaciones tienen al menos dos apartados. Por un lado, se discute el modo de presentar el acuerdo. "Tenemos que construir una gran coalición de partidos, no se trata de que nadie se apropie de nadie. Cada uno debe mantener su identidad y libertad", resaltó anteayer Massa, en su diálogo televisivo con Fernández.
El jefe del Frente Renovador pretende que el kirchnerismo responda a los puntos programáticos que él planteó el sábado en el documento que difundió en sus redes sociales. En el Instituto Patria creen que Massa busca ganar protagonismo.
Por otro lado, se negocia qué traducción concreta tendrá el acuerdo en las boletas del frente opositor. La gran incógnita es qué lugar quiere ocupar Massa. El jefe del Frente Renovador dio a entender anteanoche que pretende competir en las PASO presidenciales. El dato sorprendió al kirchnerismo, que daba por cerrado un acuerdo para que encabezara la lista de candidatos a diputado nacional, con la idea de que presidiera la Cámara baja.
"Hay que tener paciencia", dijo un dirigente que sigue de cerca las negociaciones. Las tensiones son entendidas como ingredientes naturales de esta etapa del proceso. Massa tiene por costumbre negociar contra reloj como estrategia para obtener mejores resultados. En el kirchnerismo están exhaustos, pero dispuestos a esperar.
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