Con sus diferencias, el PJ se unió a la movilización, pero se colocó en un segundo plano
Hubo intendentes del conurbano, dirigentes y legisladores en la convocatoria; no asistieron gobernadores, aunque existió un respaldo formal del partido
Sin subir al palco central y en un segundo plano acordado, el PJ se mostró como aliado del sindicalismo, en la primera protesta masiva contra el Gobierno.
El café Moliere, en Chile y Balcarce, fue el lugar de encuentro de intendentes del conurbano, legisladores y dirigentes. Por cercanía y por poder de fuego, el principal aporte a la movilización la hizo Buenos Aires, que transitó en una columna identificada con la bandera "Peronismo bonaerense".
Sólo La Matanza, el bastión más populoso, aglutinó a unos 20.000 manifestantes, según fuentes partidarias, sin contar el caudal que sumó el resto de los municipios.
"El Presidente tiene que cambiar el rumbo económico. No puede seguir gobernando para las multinacionales", dijo tajante a LA NACION el jefe del PJ provincial, Fernando Espinoza. En el fondo, en el peronismo empiezan a manifestar la falta de confianza en que este año haya un repunte en la actividad y descreen de la oleada de inversiones que la Casa Rosada advierte que vendrá.
El reclamo de las centrales sindicales anclado en la pérdida de empleo ofició como una consigna de unidad puertas adentro del partido, en medio de las tensiones internas y las divisiones que genera la puja peronismo versus kirchnerismo.
En conversaciones entre referentes partidarios y gremialistas previas al evento, se fijó un requisito: debía ser una marcha sindical y no partidaria con el objetivo de evitar cortocircuitos entre todas las vertientes sindicales y lecturas que le quitaran legitimidad al planteo.
"Vamos a ir como ciudadanos comunes", había dicho a LA NACION José Luis Gioja, flamante jefe del PJ nacional, como para calmar las aguas. Finalmente, el sanjuanino voló anteanoche a su tierra y no estuvo, y en representación fue su segundo, Daniel Scioli, con sus más cercanos, como Alberto Pérez y Cristina Álvarez Rodríguez. Casi como durante la campaña, el ex gobernador no paró de sacarse selfies.
Del pelotón de intendentes bonaerenses, estuvieron Gabriel Katopodis (San Martín), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Verónica Magario (La Matanza), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó), entre otros. Se entremezclaron con legisladores bonaerenses, como Walter Abarca, y senadores nacionales, como Juan Manuel Abal Medina.
Hubo ex funcionarios, desde Jorge Taiana hasta Carlos Tomada, e intelectuales K, como Eduardo Jozami. Todo fue bastante inorgánico y en la caminata por Paseo Colón se fueron desperdigando. Algunos incluso pasaron momentos incómodos. Aníbal Fernández, rodeado de micrófonos, recibió reproches, al igual que el ex intendente de Quilmes Francisco Gutiérrez, que fue increpado por un camionero en referencia a un tema de la basura en su distrito.
Como miembro del Consejo Nacional del PJ y fundador de La Néstor Kirchner, Guillermo Moreno se movió con tropa propia. Por otro carril, el Movimiento Evita dio el presente y también la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Cetep), nutrida en gran medida por esa organización social, se vio en las calles.
No hubo gobernadores, que se limitaron a respaldar a través del comunicado del PJ. El chaqueño Domingo Peppo, en su tierra, en una misa por el Día del Trabajo rezó para que "cesen los despidos en el país". El grueso se reserva para el martes, cuando hagan un acto propio de la presentación de la nueva conducción partidaria.
El correlato después de la marcha será la discusión de la ley antidespidos en la Cámara de Diputados, luego de la media sanción que obtuvo en el Senado. Si se aprueba y, como se anunció, el Poder Ejecutivo la veta el peronismo volvería a aliarse para redoblar la apuesta.
"No creo que Macri vete una ley a favor de los trabajadores. Si es así, nos tendremos que juntar todos para analizar qué hacer", advirtió Espinoza, el más combativo dentro del PJ. Los gremios también blandieron la amenaza de nuevas medidas.
Claves de una masiva movilización
El acto tuvo mensajespara el Gobierno y hacia la interna
- El sindicalismo sorteó con éxito su primer intento por realizar un acto conjunto, más allá de las desaveniencias con Barrionuevo.
- Es difícil que puedan avanzar juntos en un paro, como plantea la CTA, ya que Moyano y Caló piden ser más gradualistas.
- A todos los unifica el reclamo por el proyecto antidespidos y esa presión podría ser vital para que la Cámara de Diputados la haga ley.
- El Gobierno apuesta a mantener el diálogo, pero las conversaciones hasta ahora no han logrado evitar que se moderen los reclamos.
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