Alberto Fernández, a la carrera por Madrid: "No hay que dar nada por ganado"
MADRID.- Un sprint de cien metros a paso acelerado para evitar a la prensa. Eso protagonizó Alberto Fernández por las calles de Madrid mientras una veintena de cámaras lo seguían a paso firme. Sorprendidos, los vecinos del barrio miraban la escena, incrédulos.
Una vez más, el candidato del Frente para Todos elegía el silencio. Una posición que adoptó desde la aplicación de las nuevas medidas para apaciguar el mercado financiero.
No hay que dar nada por ganado, hay que quedarse tranquilo
"No hay que dar nada por ganado. Hay que mantenerse tranquilo", fue todo lo que expresó, finalmente y a las cansadas. Fue a la prensa española, irritada por haber esperado tres horas en la puerta del claustro en el que Fernández cumplió con un compromiso académico.
Servida, la pregunta fue para saber cómo se veía para las elecciones de Octubre. Servida, la respuesta fue, a su vez, una fórmula cautelosa.
"Nos vemos después", había prometido antes Fernández. Con trípodes y cámaras, una veintena periodistas españoles y de cadenas internacionales se apostó para esperarlo. Había empezado su agenda española con una conferencia sobre marketing político en la Universidad Camilo José Cela.
Esta noche tiene prevista una cena con el canciller español Josep Borrell y con la titular de la Secretaria General Iberoamericana (Segib), Rebeca Grynspan. La funcionaria ofreció su casa para el encuentro, alrededor de la mesa de cena.
Mañana la agenda se reserva para encuentros privados con empresarios. El jueves será el día en que verá al presidente en funciones Pedro Sánchez y, luego, por la tarde, al ex presidente y también socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El viernes viajará fugazmente a Portugal, para entrevistarse con su primer ministro, António Costa, y responsables del área económica. Ese será el final de la gira.
Fernández había arrancado el día poco antes de las 11. Con expresión relajada, el cabeza de fórmula de Cristina Kirchner llegó con el tiempo justo para abordar la conferencia a la que se había comprometido con la Universidad Camilo José Cela, con la que tiene contrato "hace más de diez años".
La charla sobre estrategia de campaña electoral es a puertas cerradas. Sólo los alumnos del curso y "algunos invitados especiales" fueron habilitados. Y nada de prensa. Tanta fue la reserva que pidió a los alumnos que no grabaran la exposición. "Esto es una clase", les dijo.
Lejos físicamente de la Argentina, pero no de su devenir, Fernández fue figura en el elegante barrio de Salamanca, donde tiene sede la institución. "¿Por qué están aquí?", preguntó una vecina ante el inusual despliegue.
Bajó del auto y en la vereda lo esperaba el director del curso, Jorge Santiago Barnes, junto con profesores y funcionarios. Entre ellos, el coordinador de la universidad en Buenos Aires, Santiago Comadira. Hubo abrazos y felicitaciones, y un par de selfies con simpatizantes. "Soy tu admirador", le dijo uno de ellos.
El diputado Felipe Solá y el ex secretario de Turismo bonaerense Miguel Cuberos lo acompañaron en esta parte de su agenda. También la politóloga argentina residente en Boston Cecilia Nicolini, quien se sumó para "ayudar en la gira".
Más complicado arrancó el día para quien, pasado mañana, será su interlocutor. El socialista Pedro Sánchez ultimaba el paquete de "300 medidas" con las que espera conquistar a la izquierda radical, sin cuyo apoyo no logrará ser investido presidente y deberá ir a nuevas elecciones generales en noviembre.