Con el objetivo de potenciar la gran red social de la Argentina
La pandemia del Covid-19 es uno de los desafíos más grandes que enfrentaremos diversas generaciones en todo el mundo. La emergencia sanitaria, económica y social desatada por el coronavirus nos convoca a seguir trabajando unidos, estando a la altura de esta situación tanto desde el Estado como desde la sociedad civil y el empresariado.
Una vez más quedó demostrado que lo mejor que tiene nuestro país es su gran red social, que se ha visto nuevamente desplegada en todo el territorio nacional. Son miles de argentinas y argentinos que han donado y donaron parte de su tiempo en estos meses, colaborando con quienes peor la llevan, sea desde una asociación civil, una fundación, un grupo de empresas solidarias, el sindicato, el club del barrio, la cooperadora de la escuela, el centro de jubilados, la sociedad de fomento, la cooperativa o una agrupación estudiantil. Atienden comedores y merenderos, dan apoyo escolar, organizan colectas de fondos o de artículos de primera necesidad, elaboran barbijos o alcohol en gel y cocinan o hacen compras para los vecinos que deben estar más resguardados. Cada uno, desde su lugar, aporta lo que sabe y lo que tiene, pone el cuerpo, se esfuerza por los demás. Todas ellas y ellos apuestan por una salida colectiva ante esta situación difícil.
Desde el gobierno nacional trabajamos de forma articulada con todos los actores, para fortalecer esa potencia social. Frente a la emergencia, decidimos transferir fondos a gobernaciones, municipios, organizaciones sociales y eclesiales, con el objetivo de llegar con rapidez a todo el país y ayudar a quienes ayudan en el territorio.
Junto a organizaciones sociales, llevamos adelante el Programa de Emergencia Sanitaria "El Barrio Cuida al Barrio", a través del cual promotores y promotoras comunitarias realizan un acompañamiento específico a grupos de riesgo, difunden medidas preventivas, colaboran con operativos de vacunación y distribuyen elementos de seguridad e higiene. También pusimos en marcha el "Operativo Invierno" junto a los gobiernos provinciales, los municipios e instituciones eclesiales y sociales para asistir a quienes más padecen los efectos del clima adverso. Por medio del trabajo conjunto, entregamos camperas, frazadas y estufas provenientes de los decomisos de Aduana y fondos del Ministerio, con el objetivo es mitigar y reducir las consecuencias de la época invernal. A estas políticas públicas se suman las acciones y campañas solidarias que llevan delante de forma independiente las empresas y organizaciones comunitarias. Esa gran red social es uno de los activos que tiene nuestro país y que debe ser una de las claves para pensar y planificar la pospandemia.
Con el presidente Alberto Fernández lanzamos el plan Potenciar Trabajo, la principal política social del tiempo que viene. Su propósito fundamental es la vinculación de los planes sociales con la inclusión socioproductiva y el desarrollo local. Vamos a acompañar al sector informal con máquinas, herramientas, capacitación y acceso a la tecnología por medio de microcrédito, potenciando las condiciones que tiene cada uno de los territorios y motorizando la economía de abajo hacia arriba. Junto a la producción de alimentos, la industria textil, el reciclado y la economía del cuidado, entendemos que uno de los sectores productivos que debemos impulsar es el de la construcción de baja escala, porque genera mano de obra intensiva y se va a volcar al mejoramiento de los espacios y servicios públicos de las comunidades, haciendo tareas de mantenimiento de parques y plazas y los ya iniciados trabajos de refacción y pintura de escuelas y centros de salud.
Con la irrupción de la pandemia impulsamos la creación de Comités de Emergencia provinciales y locales, conformados por autoridades de los distintos niveles estatales, sindicatos, Iglesias y organizaciones sociales y vecinales. El objetivo fue el abordaje rápido y articulado de las situaciones críticas que se fueran presentando en los territorios. Esos comités deben servir de antecedentes para la pospandemia y transformarse en verdaderos Consejos de Desarrollo Local, que tengan también como actores fundamentales a los empresarios y las cámaras de comercio de cada municipio y de cada provincia. Debemos generar estructuras que sean flexibles pero permanentes y que generen espacios de encuentro, intercambio y planificación conjunta para generar encadenamientos productivos y reactivar las economías regionales.
Queremos que Desarrollo Social sea el ministerio de la movilidad social ascendente. Nuestro compromiso será poner en marcha políticas públicas inteligentes y abiertas, que fijen objetivos centrales y, a la vez, estén atentas a las necesidades y las propuestas de cada uno de los estados provinciales y municipales y de las organizaciones sociales. Potenciar la gran red social de la Argentina será clave para concretar los objetivos que se nos presenten en el camino de salida a la pandemia.
Daniel Arroyo. Ministro de Desarrollo Social de la Nación.
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