Con números ajustados y posibles deserciones, Kicillof enfrenta un terreno fangoso en la Legislatura
En las dos cámaras, el oficialismo carece de quórum propio y debe negociar con Juntos por el Cambio; en Diputados, una posible salida en su bloque complicaría más el escenario para los leales al gobernador
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En la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, los bloques que responden al gobernador Axel Kicillof están obligados a negociar con Juntos por el Cambio para hacer avanzar las leyes que impulsará el mandatario en la segunda mitad de su mandato. La situación se asemeja a la que experimenta Cristina Kirchner en el Senado nacional, donde el Frente de Todos perdió la mayoría y el quórum propio. En terreno bonaerense están activas las negociaciones entre oficialismo y oposición para terminar de definir las comisiones y poner en funcionamiento las dos cámaras legislativas, que sesionaron en contadas ocasiones en lo que va del año. Es tiempo también de rumores de salidas dentro de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, con la interna del peronismo como detonante.
“No hay quórum propio. Por los posicionamientos de los bloques, por lo general las sesiones se construyen con acuerdos con Juntos por el Cambio”, aseveró a LA NACION una fuente legislativa del oficialismo al referirse a la situación en Diputados. El Frente de Todos tiene 43 diputados; Juntos por el Cambio, 41; Avanza Libertad, 3; dos tienen los bloques del Frente de Izquierda y de Espacio Abierto (bancada que responde al intendente de San Isidro, Gustavo Posse), y uno tiene el bloque 17 de Noviembre.
Antes de la renovación de los diputados por las elecciones, el oficialismo conseguía el quórum de 47 votos con sus legisladores, sumados a dos aliados del bloque 17 de Noviembre (hoy solo queda con mandato Fabio Britos) y la diputada Natalia Sánchez Jáuregui (del Partido Fe, en la actualidad integrada a la bancada de Kicillof).
El bloque del Frente de Todos podría sufrir una deserción esta semana, producto de las heridas de la interna peronista. Se trata de la diputada Débora Indarte, del distrito de General Pueyrredón, enfrentada a la camporista Fernanda Raverta, titular de la Anses y principal figura de la lista que se quedó con el control del partido tras las elecciones internas del 27 de marzo.
Después de las internas, Rodolfo “Manino” Iriart, director del Correo Argentino y pareja de Indarte, estampó su firma en un comunicado en el que apuntó contra La Cámpora. “Hacemos un llamado a las autoridades partidarias de la provincia [el presidente del PJ bonaerense es Máximo Kirchner] para que intervengan y cesen las persecuciones en nuestro distrito. Nos solidarizamos con quienes sufren hostigamientos”, se lee en uno de los tramos de ese documento. “Nosotros consideramos que no es de peronistas demonizar al adversario, difamarlo o despedirlo de su trabajo solo por pensar distinto o pertenecer a otro sector del mismo espacio político”, se remarca en el tramo más duro del comunicado de Iriart, que ingresó como congresal provincial por la minoría en las internas.
Según pudo saber LA NACION, el descontento de Indarte es de larga data porque “hace un año y medio que no la convocan para nada” y se profundizó tras una foto de Kicillof con Raverta y Eduardo Cóppola, sus rivales en el PJ marplatense. Si se concreta su salida (podría oficializarse este martes, de no mediar cambios), el bloque de Kicillof quedaría con 42 integrantes. Y el monobloque que armaría Indarte no tendría alineamiento automático con el oficialismo. Sería una nueva complicación para reunir el quórum.
En el Senado, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se reparten la Cámara con 23 bancas cada uno. El oficialismo tiene la ventaja del eventual desempate a cargo de Verónica Magario, vicegobernadora y titular del cuerpo. “Hay algunos principios de acuerdo, pero faltan cerrar algunas cosas respecto de las comisiones. Hasta tanto no se cierren las comisiones, no se sesiona”, afirmó a LA NACION una fuente oficialista del Senado, que sesionó este año solo en ocasiones puntuales, como cuando lo hizo para autorizar el allanamiento al despacho del senador Juan Pablo Allan (Juntos por el Cambio) o para rechazar su desafuero.
“Nuestra intención es sesionar, estamos conversando con el oficialismo para poder establecer esa agenda. Necesitamos un Senado activo. Esperemos retomar las conversaciones esta semana y dejar establecidas las comisiones”, aseguró un senador de Juntos por el Cambio, que indicó que faltan pocos casilleros por llenar para completar ese reparto.
En la Cámara de Senadores, entre los 23 integrantes de la bancada oficialista se encuentra Magdalena Goris de Gray, esposa del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, opositor a Máximo Kirchner en el PJ. No está garantizado que el voto de Goris se incline para Kicillof automáticamente. De prosperar los acuerdos entre oficialismo y oposición, el voto de esta legisladora no modificaría la ecuación, pero fuentes justicialistas desconfían de un entendimiento duradero entre los bloques, que vaya más allá de este año.
“En el Senado tenemos un equilibrio importante. Es la Cámara que decide y trabaja como tapón para muchas cosas”, dijo a LA NACION un dirigente de Pro. El empate también fue festejado en su momento por el gobierno provincial, que con la composición anterior de la Cámara estaba por debajo de Juntos por el Cambio.
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