Con miras a 2023, Juntos por el Cambio discute cómo encarar los primeros cien días de gobierno y un plan para frenar la inflación
Los presidenciables de la coalición opositora pretenden consensuar un programa económico común; diferencias por la “letra chica”
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El sorpresivo proyecto de dolarización, que impulsó a “título personal” el diputado radical Alejandro Cacace, uno de los alfiles de Martín Lousteau en el Congreso, o la intención de Mauricio Macri de privatizar Aerolíneas Argentinas sirvieron como botones de muestra de las diferencias que existen en Juntos por el Cambio a la hora de articular una visión país. La tensa deliberación por la deuda o los cortocircuitos que generó la reivindicación de políticas neoliberales fueron el preludio del próximo gran desafío que enfrentará la coalición opositora en su cruzada por volver al poder: consensuar un programa económico para 2023.
Sin un liderazgo claro, JxC busca habituarse al esquema de conducción horizontal. Ese estilo colegiado, que le permitió llegar a una posición común en la discusión por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), se pondrá a prueba en el momento de definir los trazos medulares de la política económica del espacio. A sabiendas de que la crisis podría profundizarse, los referentes económicos de la fuerza no quieren adelantar un tratamiento porque desconocen cuál será el escenario dentro de dos años. Sin embargo, imaginan que los primeros 100 días del próximo gobierno serán clave para estabilizar la macroeconomía. El debate en JxC ya no gira alrededor del dilema shock o gradualismo, sino en torno a qué medidas urgentes deberán aplicar para enderezar el rumbo.
Las diversas filosofías económicas en JxC quedan en evidencia a la hora de analizar la “letra chica” de un plan de estabilización y atraviesan cuatro ejes: cómo frenar la inflación, las reformas estructurales (laboral y tributaria), el tamaño del Estado y la política social.
1) Inflación
Mientras que Horacio Rodríguez Larreta apuesta por un plan de crecimiento para bajar la inflación, Patricia Bullrich procura prohibir la emisión y darle una mayor independencia al Banco Central. A diferencia de Mauricio Macri, quien antes de asumir en 2015 repetía que era “simple” reducir el alza de precios, Larreta y Bullrich, lanzados en la carrera por la presidencia, evitan dar precisiones sobre eventuales medidas que aplicarían para abordar el flagelo de la alta inflación. Hernán Lacunza, quien diseña un plan económico bajo la órbita de Pro y la Fundación Pensar, remarca que el próximo gobierno deberá logar “un equilibrio macroeconómico” -con énfasis en el plano fiscal-, para obtener estabilidad y bajar la inflación. Crítico de la idea de dolarizar la economía que planteó Cacace -”una iniciativa equivocada”-, el exministro de Hacienda sostiene que JxC no debe “tentarse con atajos mágicos”: “No se puede importar la credibilidad de un régimen como el de la convertibilidad de los 90′. Eso sería inconducente y riesgoso”, explica.
Con lazos con todos los popes de Pro, Luciano Laspina, quien arma su propio equipo económico, también rechaza el proyecto de la dolarización y advierte que la próxima administración lidiará con un desafío técnico enorme para salir del “desastre macroeconómico” que dejará Fernández: “La estabilización es un Meccano para armar. Cada uno lo que quiere hacer cómo más le gusta”, comenta.
Laspina considera que para combatir la inflación se requieren tres medidas: “Hay que equilibrar las cuentas públicas, ordenar los precios relativos y hacer una reforma monetaria”, subraya. Pero advierte: “Eso es fácil de decir y difícil de hacer. Se necesitan equipos, ideas y planificación porque es una operación compleja”.
Los radicales Gerardo Morales y Facundo Manes tampoco comparten la idea de dolarizar la economía. Es más, el jujeño aseguró que “la dolarización es peor que la convertibilidad” y es “un delirio pensar que el Banco Central va a contar con dólares para cambiar los pesos de la gente”. Tanto Morales como Manes escuchan los consejos del economista Eduardo Levy Yeyati. El médico también valora la opinión de Martín Rapetti e, incluso, dialoga con Carlos Melconian.
Según la visión de Levy Yeyati, voz influyente en la UCR, el próximo presidente deberá iniciar su gestión en 2024 con un balance fiscal. “Sólo eliminando la dependencia fiscal de la inflación y ajustados los atrasos de dólar y tarifas, puede tener éxito un programa monetario creíble, con objetivos inflacionarios y cambiarios que orienten la coordinación de precios y salarios”, dicen cerca del economista.
En paralelo, Levy Yeyati recomendaría una “eliminación gradual del cepo cambiario” y una política de desarrollo de mercado de capitales doméstico que reduzca la dependencia del capital externo de corto plazo. Para los asesores de Manes, uno de los aspirantes de la UCR, la inflación no se podrá resolver sin “un plan integral de estabilización de la macroeconomía”.
Lousteau también tomó distancia del proyecto de Cacace (lo presentó a “título personal”) para dolarizar la economía en seis meses. De hecho, Javier Okseniuk, director ejecutivo de la Fundación Argentina Porvenir, el think tank de Evolución Radical, remarca que se necesita “un programa económico integral que enfrente y comunique los dilemas, dentro de lo cual lo fiscal y monetario es fundamental” para encarar un proceso antinflacionario. “Debería evitarse cualquier atajo en términos de atraso cambiario y tarifario. Tampoco hay que apurarse en mostrar descensos de inflación inmediato”, señala.
2) Reformas (laboral y tributaria)
En JxC coinciden en que la Argentina necesita adecuar la legislación laboral, pero difieren en el método para hacerlo. Mientras Larreta imagina una reforma sectorial, Lacunza subraya que el trabajo formal del sector privado cae desde hace quince años. Hoy, destaca, representa tan solo el 28% de la fuerza de trabajo. “Inhibir la discusión sobre si hay que hacer algo con las reglas laborales es consolidar el problema”, indica.
Laspina coincide con Lacunza en que “el desafío es integrar el 35 o 40 % de los trabajadores informales”. Y resalta que el próximo gobierno deberá “pensar en darle una mano a las pymes para que puedan contratar más empleados y no sufran un juicio laboral”.
Por su parte, Levy Yeyati les recomienda a los radicales “modernizar y completar el mercado laboral”. Y que piensen en “un régimen del trabajador independiente, que sea simple y lo saque de la precariedad e informalidad” o “un régimen laboral de emergencia, que facilite la incorporación de jóvenes”.
En la UCR consideran que el país deberá crear 7 o 8 millones de puestos de trabajo en el sector privado durante los próximos diez años. Para lograrlo, dicen cerca de Manes, la Argentina debe ingresar “en el mundo moderno de la educación y tecnología”. “Uno de los latiguillos preferidos de la política es bajar la informalidad laboral, pero la realidad marca que el Estado es el principal responsable de desincentivar el circuito formal de empleo”, apuntan en el campamento de Manes.
Para Evolución Radical, la discusión en torno a una eventual reforma laboral debería ser sectorial. “Falta debate mucho en este tópico. Muchos convenios colectivos son viejos y no se adecuan a necesidades de la oferta y demanda de trabajo”, indica Okseniuk.
A su vez, Lacunza y Laspina anticipan que la Argentina requiere discutir una reforma tributaria. “La reducción de impuestos depende del margen político para gastar menos”, puntualiza Lacunza, quien pone la mira en los gravámenes más “nocivos”, como el impuesto al trabajo o ingresos brutos. Laspina, por su parte, está convencido de que el país necesita bajar la presión impositiva y atacar los impuestos “distorsivos”, como las retenciones o PAIS, que “destruyen” la economía. “Esto debe ir de la mano de una reforma del gasto público, que se duplicó con el kirchnerismo”, completa.
Para Levy Yeyati, el desafío urgente es revertir la creciente informalización de la economía. Por eso, propone simplificar y aligerar el laberinto tributario. “Un acuerdo fiscal es esencial para que la reforma tributaria no pierda impacto por la aparición de más impuestos subnacionales”, les advierte a los popes de la UCR.
3) Tamaño del Estado
Morales reniega de los economistas “ortodoxos” que sobrevuelan en JxC e insiste en que la UCR tiene concepción de “un Estado justo, no mínimo”. “Creemos en un Estado inteligente que genere desarrollo”, repite. Molesto con el jujeño, Macri dijo que hay socios de JxC que están “contaminados” por el “populismo” y remarcó que las ideas de Raúl Alfonsín y de la socialdemocracia perdieron vigencia. Por eso, sostuvo, les recomienda a los radicales que lean a Leandro Alem o Marcelo T. de Alvear.
En Evolución Radical están convencidos de que hay que discutir cómo funciona el Estado. “Hay que investigar todas las cuestiones de privilegio e ineficiencia del Estado para ver qué cosas se pueden resolver para que los incentivos sean mejores. Es probable que muchas de esas cuestiones no tendrán un impacto en el tamaño, pero sí en la relación entre el sector privado y el Estado”, apunta Okseniuk.
En los equipos de Manes entienden que “la discusión no debe pasar por la extensión del Estado, sino por lograr que sea eficiente, de calidad, inteligente y adaptado al propósito del país”. “Al no tener una estrategia para la Argentina, no hay una visión sobre la energía, la salud, la educación o la productividad”, plantean.
Lacunza, en tanto, remarca que “no hay una posición ideológica o dogmática” sobre si el Estado debe ser grande o chico. “Debe tener un tamaño financiable. Y no hay espacio para subir la presión impositiva”, avisa.
El exministro resalta que la Argentina tiene un nivel de Estado que representa el 38% del PBI, que “no se puede financiar”. “Es decir, no podemos tener un Estado del 38% del producto y recaudar el 30. Ahí, faltan ocho puntos: eso es deuda o inflación”, puntualiza.
Laspina, por su parte, pide “hacer una profunda reforma del Estado para mejorar la eficiencia y reducir el nivel de gasto público”. “Es enorme e ineficiente, con multiplicidad de programas que se superponen en todos ámbitos, sin ninguna priorización del gasto y con incentivos perversos en términos de empleo y sistema jubilatorio”, describe.
4) Política social
En JxC también estudian la estructura social. En la UCR creen que es “difícil pensar la política social por fuera de la inclusión laboral”. Levy Yeyati sugiere que los planes de empleo deberían ser administrados sin intermediación, como ocurre con la Asignación Universal por Hijo (AUH), ya que los mercados laborales son locales. Además, procuraría “jerarquizar y ampliar la oferta de formación laboral”.
En el sector de Manes afirman que es “inaceptable acumular planes como única respuesta al aumento de la pobreza”. “La transición hacia la recuperación del mercado laboral no es sencilla y requiere consensos grandes, como revisar y unificar los planes sociales”, explican. Consideran que el esquema actual es “desordenado y anárquico”: “Que a miles de personas no les convenga trabajar en blanco por miedo a perder los planes es un síntoma claro de la perversidad del sistema”, concluyen.
En la fuerza de Lousteau señalan que el objetivo debería ser pasar a un esquema de planes sociales “más condicionado, que implique un incentivo a la capacitación y al involucramiento de las actividades productivas”.
Para Laspina, el esquema actual de la política social “premia” al desempleo. “Los planes sociales deben ser subsidios al empleo. Para hacer eso, se requiere una mezcla de políticas: hay que combinar subsidios al empleo con incentivos”, explicó.
Referentes económicos
Hernán Lacunza
- Arquitecto del plan de Pro para 2023, el economista más escuchado por Larreta dice que el próximo gobierno deberá lograr un equilibrio macro. Dice que el Estado debe tener un tamaño financiable.
Luciano Laspina
- Cercano a Bullrich, sugiere equilibrar las cuentas públicas, ordenar precios relativos y hacer una reforma monetaria para bajar la inflación. Pide una reforma tributaria y reducir el trabajo informal.
Eduardo Levy Yeyati
- El referente económico de Morales y Manes plantea que el próximo presidente deberá encarar un balance fiscal y una eliminación gradual del cepo cambiario. Sugiere modernizar el mercado laboral.