Larreta expuso su plan ante empresarios y se distanció de los “extremos populistas”
El jefe porteño participó de un almuerzo organizado por el Cicyp; sin mencionarlo, marcó diferencias con Javier Milei
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En un nuevo test frente al “círculo rojo”, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, presentó hoy los ejes de su plan económico y político para 2023 ante las autoridades de las principales cámaras de la industria, la construcción, el campo, la bolsa y el comercio. De traje, pero sin corbata, el alcalde desmenuzó su proyecto presidencial ante la cúpula del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), en el Alvear Icon Hotel.
Fiel a su libreto, Larreta apeló a un tono moderado y conciliador frente a casi 200 empresarios que asistieron al encuentro en Puerto Madero. Insistió en que cree en los acuerdos y que el próximo gobierno necesitará conseguir un “consenso amplio” para encarar transformaciones en la economía y generar confianza.
Ante los ojos del mundo empresarial, Larreta machacó con que la “confrontación no es una opción”. Por eso, abogó por “construir un verdadero gobierno de coalición”, pero volvió a marcar los límites de futuras alianzas. “Nunca me pondría de acuerdo con los extremos populistas”, advirtió, al explicar su idea de hacer un gobierno con el 70% del sistema, un “número figurativo” con el que pretende reflejar su apuesta por sumar a sectores del peronismo que no comulgan con el kirchnerismo para hacer sostenible su plan económico. En el 30% que queda excluido, predican en el larretismo, también está Sergio Massa.
Pese a que Mauricio Macri rechaza esa estrategia, ya que considera que impediría impulsar cualquier reforma y un cambio del statu quo, Larreta insiste en que cree en los acuerdos.
“La tribuna es tuya”, le dijo Daniel Funes de Rioja, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) y presidente del CICyP, a Larreta, tras una breve presentación en la que elogió la gestión de la Ciudad durante la pandemia y destacó la figura del alcalde.
Detrás del atril, el jefe porteño llamó a “terminar con la grieta“ para cambiar el rumbo de la economía y dar señales de continuidad. Y, frente a la preocupación que genera en Pro la aparición de Javier Milei (La Libertad Avanza), remarcó que hoy “lo disruptivo” es buscar consensos, no confrontar. “Basta de gobiernos nacionales que apuestan a la división”, sostuvo.
Lo escuchaban Funes de Rioja; Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio); Eduardo Eurnekian (Cámara Argentina de Comercio y Servicios); Martín Cabrales (Cabrales); Marcos Pereda (Sociedad Rural Argentina); Gustavo Weiss (CAMARCO); Alejandro Pérez (ADEBA); y Mario Grinman (CAC), entre otros.
Para Larreta, la Argentina debe “intentar algo distinto”, después de “ochenta años de antinomia”. “Ni siquiera los gobiernos que tuvieron períodos de alta concentración de poder pudieron sostener sus reformas, porque después venían otros gobiernos, también con mucho poder, y las daban vuelta. Hay un solo camino posible que es el del consenso”, evangelizó. El auditorio, que lo escuchó durante veinte minutos y después pudo hacerle preguntas, celebró el mensaje del referente de Pro. “Mostró algo que no tienen muchos dirigentes en la oposición: sentido común”, comentó un importante empresario antes de retirarse. Los colaboradores de Larreta también se fueron satisfechos del Alvear Icon Hotel.
En plena reconfiguración de liderazgos en la oposición y frente al resurgimiento de Mauricio Macri en el seno de Pro, el alcalde porteño buscó afianzar sus lazos con los integrantes del “círculo rojo” y exhibir musculatura para pelear por la sucesión de Alberto Fernández.
A lo largo de su discurso, el jefe de gobierno reforzó el llamado a la unidad de JxC e insistió en que el conglomerado opositor debe “mantenerse en el centro, alejado de los extremos”. Cuando le preguntaron si estaría dispuesto a enfrentar a Macri en un interna, Larreta respondió: “No voy a dejar competir [en las PASO] porque otro compita”.
Consciente de que el establishment demanda precisiones de su programa económico -lo diseña el exministro de Hacienda Hernán Lacunza dentro de la órbita de la Fundación Pensar-, Larreta dijo que el próximo gobierno deberá actuar con premura para “estabilizar la economía”, “terminar con la inflación y volver a generar trabajo”. “Lo dije el otro día: ya no tenemos 100 días para trazar el rumbo, solo tenemos 100 horas”, subrayó.
Además, el alcalde porteño resaltó que el país necesita “converger al equilibrio fiscal”: “No podemos seguir gastando más de lo que tenemos. El próximo gobierno va a tener la ‘suerte’ de no tener opción, ya que nadie nos va a prestar”, completó.
Si bien reiteró que no se puede aventurar el escenario económico que enfrentará el país en 2023, Larreta anticipó que impulsaría un paquete de “micro” reformas -”sector por sector”- y, ante una pregunta de empresarios sobre las retenciones al campo, dijo que “bajar impuestos sin equilibrio fiscal es pan para hoy y hambre para esta noche”.
Larreta también dedicó un capítulo de su discurso a “la integración de los excluidos”. Pidió un “replanteo integral de la política social” y afirmó: “Los planes tienen que ser directos, sin organizaciones sociales que actúan como intermediarios y que en muchos casos buscan sacarle rédito político a la pobreza”. Reclamó además que los planes sean “temporales” y tengan “una contraprestación”.
“La única manera de convertir los planes en trabajo es que la Argentina crezca”, completó. Otros ejes de su alocución fueron la educación -a la mañana había presentado los malos resultados en las pruebas de la Ciudad- y la seguridad.
El jefe de porteño llegó al evento escoltado por el secretario general y de Relaciones Internacionales, Fernando Straface, por el ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri, y por la exdiputada Carmen Polledo. El primo del expresidente, quien aspira a pelear por la Ciudad en las próximas elecciones, se sentó al lado de Larreta en la mesa principal. ¿Fue una bendición o un mensaje en clave interna tras los ruidos por su gesto con Martín Lousteau?
Desde el escenario, Larreta intentó generar expectativa y vender futuro frente a los empresarios. Dijo que espera que las elecciones de 2023 sean “un punto de inflexión” y presentó lo que en su entorno llaman las “postales de una Argentina posible” para las próximas décadas. “Sueño con que en el 2050 seamos un país integrado al mundo, federal y donde la educación sea el principal motor de progreso y movilidad social de la clase media”, sostuvo el jefe porteño.
Larreta dijo que se requiere “un método, un plan y un equipo de profesionales, pero también un consenso político amplio” para cambiar el rumbo del país. Reconoció que hay “escepticismo” entre los empresarios sobre la chance de que las fuerzas mayoritarias acuerden políticas de Estado, pero se mostró confiado de que podrá extrapolar su modelo aperturista a nivel nacional.
En todo momento buscó mostrar sus credenciales para reclamar consensos y puso como ejemplo las alianzas que cerró en la Ciudad, con la CC, las distintas vertientes de la UCR, Confianza Pública, el Partido Socialista y el GEN, de Margarita Stolbizer. “Es muy difícil lograr consensos, pero la alternativa es el fracaso”, señaló.
Con el almuerzo ante la conducción del CICyP, Larreta cerró una seguidilla de encuentros públicos y privados que mantuvo con referentes del establishment para “explicar su visión de país”.
De manera gradual, Larreta abandonó durante las últimas semanas el rol de gestor municipal -su principal activo en las encuestas- y comenzó a reposicionarse en el tablero político para no perder terreno frente a Patricia Bullrich, su principal contrincante en la interna de Pro, y no volver a quedar bajo la sombra de Macri, quien mantiene la incógnita sobre su futuro (decidirá en marzo o abril si compite o no, dicen en su entorno), pero juega a fondo para acumular poder y condicionar a sus herederos políticos en la discusión sobre la identidad de Juntos por el Cambio y el programa económico.
Desde hace meses, Larreta escucha los reclamos de sus socios más cercanos para que asuma un mayor protagonismo en la escena pública. Le recriminan, sobre todo, que se haya replegado en la gestión porteña después de haber apostado fuerte en las legislativas pasadas para imponer a Diego Santilli y María Eugenia Vidal como cabezas de lista en la provincia y la ciudad de Buenos Aires. Atento a esos cuestionamientos y los resquemores que afloraron en el “círculo rojo” por su perfil moderado, Larreta ajustó su estrategia para posicionarse en la “maratón” presidencial y comenzó a detallar el plan con el que busca desembarcar en la Casa Rosada.
En el Foro Llao Llao, en Bariloche, envió la primera señal. En una cena ante importantes empresarios, advirtió que no hay chances de que se baje de la contienda presidencial, incluso si Macri decidiera volver a competir. “No creo que nadie especule con que no voy a competir”, avisó.
Días después, en la cena de la Fundación Libertad, un territorio donde jugó de visitante, Larreta explicó ante Macri y Bullrich su plan para armar un gobierno con el 70% de base de sustentación -solo excluye al kirchnerismo y a Massa-.
Convencido de que la elección presidencial se gana en el “medio” y no en los extremos, Larreta busca blindar la unidad de Juntos por el Cambio. Por eso, pretende preservar el vínculo con la UCR y la CC, pese a las tensiones con Macri por la irrupción de Milei o la esencia de la coalición opositora, y mostrar que el espacio llegará a la contienda presidencial con un “plan integral”.
Lanzado en la disputa por la Presidencia, el jefe de gobierno llevó ese mismo mensaje -que repitió en sus exposiciones ante la Amcham y la Asociación Empresaria Argentina- ante la cúpula del CICyP.
También participaron del encuentro en Puerto Madero Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC); Marcos Pereda, vicepresidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA); y Miguel Ángel Rodríguez, secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA), entre otros.
Una de las principales inquietudes que le transmiten los empresarios a Larreta es si definió con qué economista trabajaría en caso de llegar a la Casa Rosada. El alcalde, que suele poner como referencia a Lacunza, avisa que habla con todos, desde Carlos Melconian, quien teje un programa bajo el ala de la Fundación Mediterránea, hasta Luis Caputo o Martín Redrado. “Es que Horacio es radial”, grafican en su entorno.
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