El Gobierno envió al Senado los pliegos del juez Lijo y del académico García-Mansilla para la Corte
La decisión se tomó horas antes de que Milei viajara a Estados Unidos; el juez federal ya tendría los votos de los dos tercios del Senado para llegar al máximo tribunal a pesar de las severas objeciones
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El Gobierno envió esta anoche al Senado los pliegos del juez Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla como candidatos para integrar la Corte Suprema de Justicia. Lo hizo en medio de la catarata de anuncios de cambios en el Gabinete, y a pesar de las severas impugnaciones que recibió el magistrado federal por las denuncias y sospechas que acumuló en su contra en los últimos años, que apuntan tanto a su patrimonio como al manejo de las causas de corrupción, sin olvidar sus limitados antecedentes académicos. La Casa Rosada tampoco validó los cuestionamientos que recibió García-Mansilla, principalmente enfocados a que no se tuvo en cuenta la cuota de género en el máximo tribunal.
Fuentes oficiales dijeron a LA NACION que los pliegos habían sido enviados al Senado horas antes de que el presidente Javier Milei iniciara su viaje a los Estados Unidos, donde esta semana se reunirá con Mark Zuckerberg y otros CEOs de empresas tecnológicas. El plazo para que el Gobierno enviara los pliegos al Senado vencía este jueves, pero todo se adelantó por el viaje del Presidente.
El juez Ariel Lijo, postulado por el Gobierno a instancias del ministro de la Corte Ricardo Lorenzetti para ocupar la silla que había dejado vacante Elena Highton de Nolasco el 28 de octubre de 2021, ya cuenta con los votos suficientes de los senadores como para que su pliego prospere, si es que no media ningún escándalo durante las audiencias públicas que son parte del proceso de selección.
Así lo confirmaron a LA NACION fuentes del Senado, legisladores oficialistas y de la oposición, funcionarios judiciales y allegados al propio juez, que en las últimas semanas se reunió con gobernadores y senadores para apuntalar su postulación.
Lo mismo ocurriría con García-Mansilla, ya que en el Gobierno hablan de que las dos postulaciones son dos caras de la misma moneda: con Lijo pretenden seducir a los senadores del peronismo y a Cristina Kirchner, asediada por varias causas de corrupción, y con García-Mansilla Milei busca tener un juez de la Corte alienado con sus ideas conservadoras en cuestiones de género y contra el aborto legal.
Los pliegos llegaron al Senado a pesar de las severas objeciones que recibió Lijo, impulsadas desde entidades profesionales y jurídicas hasta empresarias, pasando por asociaciones civiles y organismos internacionales, que apuntaron tanto a su desempeño como juez y a las acusaciones que recibió a lo largo de su carrera, como a su falta de antecedentes profesionales y académicos para acceder al máximo tribunal.
El mensaje enviado al Senado y firmado por Milei y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, señala que “se recibieron presentaciones de instituciones, de organizaciones no gubernamentales y asociaciones profesionales del quehacer judicial y académico; de los derechos humanos; sindicales y sociales y de juristas de reconocida relevancia tanto a nivel nacional como internacional y de la ciudadanía en general, destacándose el gran número favorable a su propuesta”.
Solo menciona las positivas, que destacan su “acreditada idoneidad”, su “trayectoria”, ”su labor como docente universitario y su notable formación jurídica y permanente especialización en el campo del Derecho Penal”. Resalta el título de Lijo como Especialista en Administración de Justicia otorgado por la UBA y los cursos que realizó allí y en la Universidad del Museo Social Argentino. Subrayan también su “idoneidad” y la “solidez y vastedad” de sus antecedentes. “Demostró solvencia jurídica, seriedad intelectual, independencia y objetividad de criterio en cada una de sus decisiones”, dice el mensaje oficial firmado por Milei, que se muestra ajeno a la profundidad de las objeciones que recogió la candidatura del magistrado.
La respuesta a las críticas
Casi palabra por palabra, estas expresiones se contraponen con quienes impugnaron la postulación de Lijo, que critican su falta de independencia, los antecedentes de las denuncias en su contra y su falta de idoneidad y experiencia en temas constitucionales.
Un estudio estadístico del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip), tras analizar el desempeño de Lijo en registros públicos, concluyó que “es el juez más ineficaz de Comodoro Py” y el que más demora en resolver las causas más sensibles para la política, las de corrupción. Muchos de quienes lo impugnaron sostienen que las demoras son un mecanismo que el juez utiliza para negociar políticamente las causas.
Entre quienes impugnaron a Lijo aparecen organizaciones como el Foro de Convergencia Empresaria, Será Justicia, Fores, la Academia Nacional de Derecho, el Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal y el Colegio de Abogados de la Ciudad. La ONG Poder Ciudadano sostuvo que Lijo “no cuenta con los consensos necesarios y tampoco con los criterios de integridad e independencia mínimos requeridos para cubrir los cargos en la Corte Suprema”.
Delia Ferreira Rubio, expresidenta de Transparencia Internacional y consultora en materia de lucha contra la corrupción, recordó quejas sobre Lijo acerca de la “manipulación de tiempos procesales y paralización de los casos en trámite”. La Federación de Colegios de Abogados (FACA) concluyó que no tiene antecedentes para el cargo de juez de la Corte. El Colegio de Abogados de la Ciudad subrayó que su formación académica “no trasciende las fronteras de su título de grado”. Y la Coalición Cívica marcó sus “inconsistencias patrimoniales”, que motivaron múltiples denuncias y una causa que fue cerrada por el juez federal Julián Ercolini.
El mensaje oficial enviado al Senado, sin embargo, dice que las impugnaciones “no versan sobre las cualidades o condiciones del doctor Lijo en particular, sino que, en cambio, en general trasuntan consideraciones vinculadas al procedimiento de preselección regulado por el Decreto N° 222/03 y a la composición del Máximo Tribunal en materia de equilibrio de género”.
“Ahora bien, con relación a otros argumentos impugnatorios que se basaron en la falta de aptitudes morales e intelectuales, habilidades y/o experiencia del candidato y que resultan exigibles para ocupar el cargo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se señala que dichos extremos fueron sólidamente aclarados por el mismo postulante en ocasión de formular su descargo, no revistiendo ninguno de ellos entidad suficiente para erigirse por encima de las consideraciones en que se apoya la postulación”, dice el mensaje.
El pliego de Lijo necesita el apoyo de dos tercios de los miembros presentes del Senado: 48, si los 72 senadores estuvieran en sus bancas. El Gobierno tiene solo siete votos propios en la Cámara alta, por lo que la única forma de que el Poder Ejecutivo consiga los dos tercios es un acuerdo político con el bloque de Unión por la Patria y con Cristina Kirchner, que controla al menos a la mitad de los 33 miembros de la bancada. El gobernador santiagueño Gerardo Zamora maneja tres senadores y Lijo ya habló con él cara a cara.
La postulación de García-Mansilla
“Por su parte, no habiendo el doctor Juan Carlos Maqueda ejercido la opción de peticionar un nuevo nombramiento para su mantenimiento en el cargo con un año de anterioridad a la fecha en la cual alcanzará los 75 años de edad, el mismo perderá su investidura judicial el próximo 29 de diciembre de 2024, produciéndose a partir de la mencionada fecha otra vacante”, señala el mensaje del Gobierno al Senado para introducir la postulación de García-Mansilla.
En el pliego de García-Mansilla se destacan su “acreditada idoneidad para el desempeño del cargo de que se trata, su trayectoria como docente universitario, los numerosos artículos del que es autor y su reconocida solvencia intelectual”. Enumeran que es abogado de la Universidad del Salvador y que completó una maestría en leyes en la Universidad de Georgetown, en Washington DC, donde se especializó en Derecho Constitucional norteamericano. También, que es doctor en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Austral y decano de esa facultad. Asimismo, afirman que se destacó como docente de diversos cursos y seminarios dictados por la Universidad Austral, la Universidad de San Andrés y la Universidad del Salvador, las cuales han presentado su aval para su designación.
En el caso de académico, las objeciones estuvieron dirigidas a cuestionar sus posicionamientos sobre la jerarquía de los tratados internacionales de derechos humanos y sobre los derechos sexuales y reproductivos, que podrían afectar la eficacia de los derechos humanos y la ausencia de candidatas mujeres para el cargo. Y en las adhesiones se destacan los apoyos de la academia.
Lijo llegó a la consideración de Milei a través del juez Lorenzetti, que se ganó la confianza del Presidente. El propio Lorenzetti intervino para conseguir adhesiones en la justicia federal. El expresidente de la Corte quiere recuperar poder en el tribunal e incidir en quién podría integrarlo, ya que aspira a que el recambio modifique la actual mayoría que integran los jueces Horacio Rosatti, Maqueda y Carlos Rosenkrantz, donde siempre queda en minoría en los temas de gestión.
En el trámite de apoyos y objeciones, que culminó el 9 de mayo, Lijo sumó 3578 adhesiones y 328 impugnaciones. García-Mansilla recogió 3126 avales y 110 objeciones a su candidatura. En total se recibieron 7142 presentaciones a favor y en contra.
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