Con los mismos problemas de Babel

"El Señor confundió el idioma de todos los habitantes de la tierra...", recuerda el Génesis cuando se ocupa de aquella Torre de Babel que la soberbia humana quería elevar hasta tocar el cielo.

Frente a los acontecimientos que acabamos de vivir en las últimas semanas parecería que, como los hermanos de Babel, tenemos grandes dificultades en entendernos.

¿Quién es mafioso: un secretario de Estado o un dibujante con talento?

¿Quién es golpista: el campo que ocupó las rutas o un cacerolista aislado que exhibe la detestable imagen de un dictador?

¿Quién busca un acuerdo: el gobierno que informa a través de los diarios sin conversaciones previas o los ruralistas que reclaman urgentes conversaciones?

Sin hablar, como lo hace la Presidenta, de 200 años de fracasos en los que olvida quizá los varios gobiernos que llevaron su mismo signo político, tampoco olvidemos que, entre nosotros, en distintas oportunidades, las dificultades han sufrido mutaciones súbitas que las han transformado en situaciones irrecuperables.

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