Con los asilados “a salvo” en la residencia argentina pero sin chances de salir de Venezuela, Milei resigna protagonismo en la pelea contra Maduro
Se diluyó la posibilidad de una cumbre en Buenos Aires de países que no reconocieron el triunfo chavista, y el cónclave podría realizarse el viernes en República Dominicana, pero hay dudas
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Sin luz eléctrica desde hace casi dos semanas, y con un grupo electrógeno trabajando a full para mitigar el calor caraqueño, los seis opositores a Nicolás Maduro, asilados en la sede de la residencia diplomática argentina en la capital de Venezuela, se mantienen conectados con el exterior gracias a su conexión de Starlink, la empresa de comunicación satelital cuyo dueño, Elon Musk, se muestra tan cerca de Javier Milei como en las antípodas del cuestionado presidente venezolano, quien los considera a ambos como sus enemigos declarados.
Gracias a la tutela de Brasil, que merced a un acuerdo con Venezuela tomó el lunes pasado el control administrativo de los intereses argentinos (y peruanos) en ese país, los seis dirigentes leales a María Corina Machado, se encuentran, por el momento, “a salvo”, según un alto funcionario de la Cancillería, doce días después que la delegación diplomática argentina acatara la intimación de Maduro y saliera del país, casi con lo puesto y sin chances de negociación.
Mientras Maduro sigue sin mostrar las actas de la elección del 28 de julio-la CNE dio como ganador al postulante bolivariano, aunque sólo unos pocos países en la región, como Nicaragua y Cuba, reconocen su victoria-la posibilidad de que los asilados reciban el salvoconducto para viajar a Buenos Aires son casi nulas, evalúan en el Palacio San Martín.
“El gobierno venezolano nos dijo que iban a dar los salvoconductos, incluso puso un día y una hora concretos para pasar por la embajada. Por razones internas que desconocemos esos salvoconductos nunca se expidieron”, afirmó el subsecretario de Asuntos para América latina de la Cancillería, Mariano Vergara, el miércoles pasado, ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
De los seis asilados-que mantienen contacto con el ya exencargado de Negocios argentino en Caracas, Andrés Mangiarotti-el único que se mantiene activo en las redes sociales es su informal vocero y referente en política internacional de Machado, Pedro Urruchurtu. Sus últimos posteos se refirieron tanto a las gestiones diplomáticas de Brasil-sobre todo a través de su canciller, Mauro Vieira-como referencias a la “desaparición forzada” de miles de opositores detenidos por el régimen chavista desde que terminó el cuestionado proceso electoral.
En este contexto, el vínculo bilateral entre Argentina y Venezuela, casi inexistente, terminó de romperse días atrás. El reconocimiento formal del opositor Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones, que la Cancillería, luego de idas y vueltas, efectivizó el miércoles pasado por orden de Milei, siguió los pasos de Estados Unidos y dejó al país sin contacto oficial con Caracas. Es precisamente el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien intenta por estas horas, en conjunto con sus pares de Colombia, Gustavo Petro, y México, Andrés Manuel López Obrador, obligar a Maduro a dar datos fehacientes de su hipotético triunfo, sin cortar del todo, al menos por ahora, los lazos con Venezuela.
“Argentina se equivocó, siguió a Estados Unidos, que cometió el mismo error que cuando reconoció a (Juan) Guaidó como presidente en las elecciones anteriores”, reflexionaron desde la diplomacia de un país del G7, en crítica a la decisión del gobierno de Milei, que intentó, hasta ahora sin éxito, encabezas al grupo de 17 países que denunciaron fraude en el conteo electoral, horas después de finalizados los comicios, y votaron horas después una resolución en ese sentido en la OEA.
Cumbre demorada
En ese sentido, la posibilidad de una cumbre en Buenos Aires de los presidentes de esos países (además de Argentina, Uruguay, Perú, Paraguay, Ecuador, Panamá, República Dominicana, Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Canadá, Chile, Estados Unidos, Guyana, Haití, Jamaica y Surinam) alentada sobre todo desde la Casa Rosada, se fue evaporando con el correr de los días. “Primero podría haber sido en Buenos Aires, después se ofreció Panamá, podría ser en República Dominicana”, contestaron cerca de la canciller Diana Mondino, que a su paso por Chile (acompañó al Presidente en el acto de GasAndes pero tuvo además agenda propia) no dio pistas de haber hablado con su par Alberto Van Klaveren sobre la reunión y las posibles acciones contra el régimen de Maduro.
Fue el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, quien propuso primero a su país como sede, quien sugirió que la asunción de Luis Abinader en un nuevo mandato como presidente de República Dominicana, el viernes 16, podría ser la excusa para un encuentro de esos países. “Algo habría que hacer, pero depende de la convocatoria. Si van pocos presidentes, eso le va a servir a Maduro, va a decir que son los mismos de siempre”, se sinceraron desde la diplomacia nacional.
Las posturas de esos países, no son, por cierto, idénticas. Chile, a través de su presidente, el socialdemócrata Gabriel Boric, tampoco reconoció el triunfo de Maduro y lo criticó con dureza, pero evitó dar como ganador a González Urrutia, y recibió a Lula da Silva el martes. No tuvo lugar en su agenda, un día después, para un encuentro con Milei, que fue y volvió a Chile sin reunión bilateral ni contacto directo con el presidente trasandino.
Mientras el chavismo confía en que, tarde o temprano, las protestas internas y externas amainarán y Maduro seguirá en su puesto, desde la diplomacia argentina ponen plazo para la reacción. “No se puede esperar mucho más, hay que actuar lo antes posible”, aseguran cerca de Mondino, aunque el bloque de países enfrentados con Maduro parece tener distintos tiempos e intereses, sin chance por el momento para la foto conjunta.
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