Con la interna al rojo vivo, la Casa Rosada se prepara para una seguidilla de actos kirchneristas
Cristina Kirchner ya cruzó a Fernández públicamente y en lo que queda de la semana se prevén tres días con fuerte protagonismo del kirchnerismo; la PASO o el “dedo”, el debate de fondo
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El viernes por la mañana, Alberto Fernández tiene previsto un acto en Quilmes para presenciar la bajada de una tunelera en una obra de Aysa junto a Malena Galmarini. La Casa Rosada procuró que su agenda no se solape con el acto que Cristina Kirchner protagonizará por la tarde en Viedma, Río Negro, donde recibirá un doctorado honoris causa en la universidad provincial.
El temario de la ponencia de la vice es principalmente económico y nadie sabe si dejará instrucciones trascendentales de cara al armado electoral de este año, que no logra encauzarse en el Frente de Todos. “El título del evento es económico, después veremos. Siempre Cristina deja definiciones políticas”, señalaron cerca de la vice. “¿Hegemonía o consenso? Ruptura del pacto democrático en una economía bimonetaria: inflación y FMI, crisis de deuda y fragmentación política”, es la consigna del encuentro. La vice estará acompañada por el senador cristinista Martín Doñate, lo que puede ser leído como un espaldarazo al acuerdo que cerró con el exgobernador Alberto Weretilneck (JSRN).
Esta es una semana de enorme protagonismo K: el jueves se conocerán los argumentos del fallo en la causa Vialidad y se espera una vigilia en la puerta de los tribunales, mientras que el sábado tendrá lugar el acto de La Patria es el Otro (el flamante frente que comanda Andrés “Cuervo” Larroque) en Avellaneda, donde se espera una puesta en escena del clamor kirchnerista para que Cristina sea candidata. Ella no irá y en su entorno aseguran que nunca estuvo previsto. La primera lectura es que asoma es que no convalidará con su presencia la posibilidad de volver sobre sus pasos para subirse a la carrera electoral.
En la Casa Rosada descuentan que el kirchnerismo volverá a cruzar a Fernández para derribar su potencial candidatura a la reelección. “Van a seguir con lo mismo”, resolplaba en las últimas horas un estrecho colaborador presidencial. La interna está en su peor momento y ahora el cruce es, directamente, entre el jefe de Estado y la vice, sin delegados.
La seguidilla de sucesos relevantes para el kirchnerismo (jueves, viernes y sábado) estaba en las previsiones del oficialismo desde el comienzo de la semana. Lo que se salió de los cálculos fue el conflicto que se desató luego de que el sitio El Destape publicara declaraciones en off the record atribuidas al Presidente en las que presuntamente él advertía que si ganaba en una PASO podía ser quien “termine con 20 años de kirchnerismo”. La nota fue publicada por el periodista Roberto Navarro (director del medio), de diálogo asiduo con el jefe de Estado.
Dimes y diretes
“Vamos a unas PASO, por ejemplo, con [Jorge] Coqui Capitanich. Si él le gana al Presidente, sale tan fortalecido que es un gran candidato para llegar a la presidencia. Si yo le gano, como Coqui será el candidato de Cristina, seré el que termine con 20 años de kirchnerismo y puedo ganar las elecciones”, fue la frase atribuida al Presidente en El Destape.
Fernández les aseguró a sus colaboradores más estrechos -y así lo transmitieron desde la Casa Rosada- que él no le dijo a Navarro lo que se reflejaba en el artículo. Cerca del jefe de Estado no negaron que el diálogo con Navarro haya existido, pero dijeron que esas frases fueron reinterpretadas por el periodista.
De todas formas, no es la primera vez que Fernández tiene problemas por sus conversaciones off the record. “A veces se olvida con quién está hablando y se suelta como si estuviera hablando con nosotros. Pero él asegura que no dijo eso en esos términos”, señaló a LA NACION un funcionario que lo conoce desde hace muchos años al jefe de Estado.
A Cristina Kirchner le molestan particularmente los offs de Fernández. “A ella le perturba mucho porque se da cuenta que dice una cosa en determinados ámbitos y después dice otra en los offs. Esta vez se fue a la mierda todo”, dijo un dirigente de diálogo asiduo con el Presidente y con la vice. Recordaba que un concepto similar (“terminar con el kirchnerismo”) había trascendido de un almuerzo del Presidente con sindicalistas meses atrás.
La vice reapareció ayer sorpresivamente en acto en el Senado en homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo, recogió el guante y dijo que “en un off se dicen cosas y barbaridades que después se niegan”.
Más allá del culebrón de dimes y diretes Fernández cree, porque así lo transmitió en varias conversaciones políticas, que la mejor manera de saldar la interna que tiene con el kirchnerismo es en una PASO. “Su planteo es que hay que ir a una PASO. Si gana él o alguien moderado, saldrá fortalecido al ganarle al kirchnerismo. Si gana el kirchnerismo, también se fortalecerá con las urnas. Y eso será la unidad hecha por el voto de la gente y no por el dedo de nadie”, dijo a LA NACION un funcionario de interlocución frecuente con Fernández.
Y agregó: “Porque aún si gana el kirchnerismo 70 a 30, la parte minoritaria no tiene que desaparecer. ¿Cuántas cosas fue (Antonio) Cafiero después de perder la interna con (Carlos) Menem?”.
En el campamento kirchnerista no baja la espuma con el Presidente por sus trascendidos. Un colaborador de trato directo con la vicepresidenta en las últimas horas advirtió: “Es raro lo que dice, una barbaridad y una falta de respeto”. Y agregó: “Le molesta el dedo de Cristina, pero fue ella la que con su dedo le dio enviar al tuit (que ungió a Fernández como candidato)”.
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