Con duras críticas al kirchnerismo, Milei propuso blindar el equilibrio fiscal y reforzar el ajuste del gasto
El Presidente reclamó el mismo esfuerzo a los gobernadores y advirtió que vetará todos los proyectos que vayan contra el déficit cero; “gestionar es achicar al Estado para engrandecer a la sociedad”, afirmó
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En un hecho inédito, al menos desde el retorno de la democracia al país en 1983, el presidente Javier Milei llegó este domingo por la noche al Congreso para anticipar los lineamientos del presupuesto 2025, que será presentado este lunes en la Cámara de Diputados.
Puntual, y en un marco de fervor oficialista con notorias ausencias en la bancada opositora, Milei aprovechó su exposición en el recinto de la Cámara baja para dar un discurso de 43 minutos que mezcló los lineamientos de su proyecto económico con una defensa irrestricta de sus poco más de nueve meses de gestión. Como “primer economista” que llega a la Presidencia, Milei afirmó que se presentaba en el Congreso para renovar su compromiso “inquebrantable” con el equilibrio fiscal en el presupuesto de ingresos y gastos proyectados para 2025.
Todo lo que se aleje de esa premisa de hierro, como sucedió con la reforma jubilatoria, será vetado, advirtió. “Vetaremos todos los proyectos que atenten contra el gasto fiscal. No vamos a ser cómplices de estafar al pueblo argentino por una política populista”, enfatizó el Presidente.
Tal como vino advirtiendo desde hace meses, y luego de enumerar “logros de la gestión” basados en la drástica reducción del gasto estatal, Milei destacó el combate contra la inflación, que el oficialismo proyectó en un 18,3 por ciento para todo el año que viene, coincidiendo con la suba del dólar oficial, que llegaría a $1207 para diciembre de 2025.
En su discurso, el Presidente se mostró optimista en relación a que el crecimiento de la economía, de alrededor del 5%, y el “déficit cero”, puedan traer consigo una baja de impuestos. De no alcanzarse esa meta, dejó entrever el Presidente, habrá nuevos recortes en el gasto “discrecional” público. “Esta vez será el sector público, y no el privado, el que corra con el peso y se hará cargo de las perturbaciones de la economía”, definió. Mezcló números con repetidas acotaciones críticas a los representantes del kirchnerismo que llegaron al recinto, aunque los contrapuntos no pasaron del intercambio verbal.
Para el Gobierno, ese crecimiento del 5% del PBI –que prevé repetir en 2026 y 2027– estará motorizado principalmente por la industria y el comercio, con subas de 6,2% y 6,7%, respectivamente. Por su parte, el sector agropecuario avanzará 3,5%, luego de la recuperación de la cosecha del corriente.
“Vengo aquí para presentar un proyecto que va a cambiar para siempre la historia de nuestro país”, dijo el Presidente. Y afirmó que venía a combatir “los cepos a las libertades individuales”, para subrayar: “Hoy vinimos a ponerle un cepo al Estado”.
La “nueva metodología”, explicaría después, consistirá en “hacer lo contrario de lo que se hizo hasta ahora: vamos a pensar primero cuanto tenemos que ahorrar, para después ver cuánto podemos gastar”, exclamó, y afirmó que la nueva regla será “inquebrantable”. Al comenzar a dar precisiones fue que el Presidente inició también sus embates contra los pocos representantes de la bancada de Unión por la Patria. “Ustedes pueden abstenerse [de hacer las sumas], porque suman con dificultad”, desafió a la bancada kirchnerista que encabeza Germán Martínez, mientras desde las gradas bajaba el atronador “la casta tiene miedo”.
Para Milei, el proyecto oficialista “blinda el equilibrio fiscal, sea cual sea el escenario económico. A partir de ahora la Argentina será solvente, con menos riesgo país y caída de la pobreza y la indigencia”, prometió.
Enfrascado en su batalla fiscal, y ataviado con la banda y el bastón presidenciales al estilo de la asamblea legislativa, Milei adelantó que en el proyecto de presupuesto se prevé un superávit primario de, al menos, lo equivalente a los intereses de deuda, estimados en 1,5% del PBI. A partir de esa premisa se ajustarán las partidas de gasto automático, como las jubilaciones, un punto más que sensible luego del veto presidencial a la reforma jubilatoria aprobada por el Congreso.
Además de explayarse en los números de la macroeconomía, el Presidente enfatizó durante otra parte de su discurso que otra de sus prioridades será la remisión de fondos para la seguridad ciudadana y la defensa nacional.
Luego de recordar que, en el mismo escenario, el recinto de la Cámara de Diputados, fue “aplaudido de pie” el default de diciembre de 2001, Milei estimó que ese fue “el comienzo de un ciclo populista que destruyó a la Argentina”. Explicó que llegaba al Congreso a presentar el presupuesto ya que es economista. “Y además estoy orgulloso de esto”, completó. Dijo que “el destino de un pueblo se basa en las decisiones económicas que se toman”.
Luego de explicar el déficit crónico nacional en el endeudamiento y la emisión, afirmó que con el correr de las décadas el país se convirtió “en el mayor defaulteador serial del mundo”. Sostuvo que “en Argentina más impuestos no puede haber”, y explicó que eso es un “disparate para un país que necesita desesperadamente acumular capital”.
“No hay nada más empobrecedor que el déficit fiscal, y nada más enriquecedor de los políticos que ese déficit fiscal. La Justicia social no es justa, sino violenta: sacarle a algunos para darle a otros. Las necesidades son infinitas y los ingresos son finitos”, definió. Fue allí que prometió vetar “todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”, y recogió los primeros aplausos de la noche. Todo lo que se apruebe sin explicación de como se financia, insistió el primer mandatario, “será vetado”.
“Si no damos esta pelea de una vez y para siempre, la tarea será cada vez más difícil”, advirtió. Y valoró que, a pesar de una herencia “deficitaria de 15 puntos del PBI”, se llevó a cabo “el ajuste más grande en la historia de la humanidad”. En relación a la resistencia opositora, repitió que “cuanto más votos tienen un proyecto de ley, peor es para la sociedad”, y deslizó: “Saben que si se termina el déficit, a muchos se les termina el negocio”.
“Vaya si no hay gestión”, dijo, en respuesta crítica a quienes, desde la oposición e incluidos algunos aliados, señalan esas carencia como una marca registrada de la administración libertaria. Y detalló que, a su criterio, gestionar “no es designar un director nacional o hacer rutas que nadie usa (...) Gestionar es haber evitado la hiperinflación que nos dejaron en puerta, aprobar la reforma más importante en el Congreso; echar 31.000 ñoquis, aprobar la Boleta Única Papel, eliminar los intermediarios que lucraban con la pobreza, gestionar los piquetes y llevar más de cuatro meses sin cortes en el AMBA, o reducir en un 75 por ciento los homicidios en Rosario. Gestionar es achicar al Estado para engrandecer a la sociedad”, detalló.
En relación al kirchnerismo, sostuvo que “se dilapidaron millones en recitales, rutas que no llegaban a ningún lado y leyes inútiles y nocivas”. Tras afirmar que el peronismo “ha hecho cosas estúpidas”, remató: “Y lo peor de todo es que el 70 por ciento del gasto se va en gasto social. Eso significa que más de 20 millones de argentinos no puede sostenerse por sí mismos, y tienen que sostenerlos quienes pagan sus impuestos”.
Para Milei, el rol del Estado debería reducirse a tres funciones: asegurar la “estabilidad macroeconómica, las relaciones exteriores y el imperio de la ley”. Cualquier otra cuestión, afirmó , “puede resolverse desde el sector privado”.
Expresó su deseo de tener empresas argentinas “competitivas” y pidió “dejar de meterle la mano en el bolsillo a las empresas”. También entrevió que, de avanzar en la mega reforma del Estado, “estaremos alcanzado niveles de libertad equivalentes a Alemania o Italia”. Al final, dejó un mensaje hacia el interior. “Esta guerra contra el gastó público se pelea en las provincias y las intendencias”, y les pidió a los gobernadores un ajuste adicional de U$S 60.000 millones. “Nosotros ya hemos hecho nuestra parte”, afirmó.
“Si no lo han visto, o no lo quieren ver, los leones han despertado”, dijo, en referencia a los diputados kirchneristas presentes, que no fueron tomados por la transmisión oficial hasta los últimos minutos, con un plano que mostró a una decena de legisladores kirchneristas casi de espaldas. “Hay dos opciones: hacer lo contrario que venimos haciendo y dejar todo como está, en el sistema putrefacto. Será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos o en la esquina de la ratas miserables que apostaron contra el país y su gente”, finalizó, en alusión a las elecciones de 2025.
El Presidente llegó al Congreso junto a su hermana, Karina Milei, minutos después de las 21. Allí fue recibido por la vicepresidenta Victoria Villarruel, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el senador Ezequiel Atauche y el diputado José Luis Espert.
En los días previos, luego de que el propio Milei confirmara que iría al Congreso a “hablar del déficit cero” durante su presentación en el Foro de Madrid, cerca del Presidente anticipaban que el primer mandatario haría un “importante anuncio sorpresa”, vinculado con la gestión, aunque se negaban a dar precisiones. Por supuesto, rechazaban que se tratase de un anuncio “bomba”, como la salida del cepo cambiario. La expectativa se fue diluyendo a medida que se acercaba la hora del discurso, que el Presidente terminó delineando junto al joven asesor todoterreno, Santiago Caputo.
En la previa, también prometían asistencia perfecta de los miembros del gabinete nacional, un dato que terminó concretándose. También se ubicaron en los palcos funcionarios de segundas líneas, los padres de Milei y su actual pareja, Amalia “Yuyito” González.
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