Con Cristina en el Sur y Alberto Fernández en Chapadmalal, buscan reprogramar la cumbre de Puebla y la marcha de apoyo a la vicepresidenta
A pesar del desafío que implica calibrar las agendas, cerca de la vice confían en que el evento del CCK y la marcha del PJ se harán como estaba previsto, una semana después, por el Covid de la exmandataria; el Presidente descansa en la Costa
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Después de una semana de altísima densidad política por la condena a la vicepresidenta y el anuncio de que no será candidata “a nada” en 2023, el cuadro de Covid que atraviesa Cristina Kirchner puso en pausa toda la puesta en escena que estaba organizando el peronismo para respaldar a la exmandataria. El encuentro del Grupo de Puebla que iba a tener lugar este lunes en el CCK se reprogramó una semana, para el 19 de este mes. Según señalaron fuentes al tanto de la organización, pese al desafío de coordinar las agendas, ya se trabaja para que la mayoría de las personalidades internacionales que estaban invitadas al seminario puedan asistir con el cambio de fecha.
La convocatoria a la movilización masiva del oficialismo a las afueras del centro cultural también sigue en pie. “No hay drama con la reprogramación de los invitados del evento y mucho menos con la movilización para ese día”, dijo a LA NACION muy cercana a la vicepresidenta. Desde la Casa Rosada también indicaron que se trabaja para concretar el evento, pero reconocían la dificultad de calibrar nuevamente las agendas de los invitados.
El fin de semana largo, en tanto, encuentran a Cristina Kirchner en su casa de El Calafate y a Fernández en la residencia de Chapadmalal y sin actividad oficial.
El evento
El encuentro del Grupo de Puebla se viene gestando hace más de un mes, con el chileno Marco Enríquez Ominami -uno de sus fundadores- como principal organizador. Siempre estuvo prevista la presencia de la vicepresidenta y de Fernández, además de una serie de dirigentes, funcionarios y juristas internacionales. Pero la condena a seis años de prisión por hechos de corrupción dictada el martes pasado contra Cristina Kirchner cambió el cariz del evento. “Muchos referentes del exterior quisieron estar cerca de Cristina. Si ella no puede asistir por el cuadro de Covid, claramente se va a hacer todo para reprogramar”, dijo un dirigente al tanto de los preparativos.
Algunos estiman que a las presencias ya anunciadas se podría sumar la exmandataria de Brasil, Dilma Rouseff. Y que, por el cambio de fecha, podría en cambio complicarse la asistencia de la vicepresidenta segunda de España, Yolanda Díaz, que ya tiene previsto el viaje para este lunes.
Denominado “Voluntad Popular y Democracia: Del partido militar al partido judicial, las amenazas a la Democracia”, el encuentro del lunes 19 tendrá la apertura a cargo de Fernández, a las 16, mientras que el cierre estará a cargo de Cristina, a las 18:45.
En el medio está prevista, para las 17, una mesa denominada “Lawfare en Latinoamérica” de la que participarán el exjuez español, Baltasar Garzón; la jurista brasileña, Carol Proner; la representante del Centro Latinoamericano de la Justicia y la democracia del grupo de Puebla, Giselle Ribocom y el exjuez de la Corte Suprema de la Nación, Raúl Zaffaroni. Será coordinada por el senador kirchnerista, Oscar Parrilli.
Luego será el turno de la segunda mesa, bajo la consigna “Desafío de las democracias frente a la utilización de la justicia como arma política”. En ella estará el expresidente de Colombia, Ernesto Samper; el exjefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero; el expresidente boliviano, Evo Morales y los también exmandatario de Ecuador Rafael Correa, y de Uruguay José “Pepe” Mujica. El moderador será el ministro de Defensa, Jorge Taiana.
Será el escenario ideal para respaldar la contraofensiva de la vicepresidenta contra la Justicia, además de instalar la narrativa vinculada a la proscripción del peronismo que se viene repitiendo desde el momento de la condena. Pero la expectativa política, además, estaba puesta en la posibilidad de que Fernández y Cristina Kirchner vuelvan a compartir un escenario y una foto, una imagen que no se ve desde hace seis meses y que genera ansiedad en todo el oficialismo.
El cronograma del evento de Puebla atenta contra esa foto, porque entre la apertura y el cierre del evento hay casi tres horas. En la Casa Rosada no sabían si era viable que, por agenda, el jefe de Estado asistiera al seminario completo, o que entre y salga al CCK más de una vez. Por otro lado, cerca de la vicepresidenta minimizaban la situación en caso de que ambos no coincidan en tiempo y espacio. “Es un congreso relevante que lo inaugura el Presidente y lo cierra la vicepresidenta. Es un hecho institucional y político normal y no hay que verlo desde otro lado”, señalaron.
Sin embargo, algunos referentes cercanos a la organización apuntaban: “¿Quién dice que no van a coincidir? Es ridículo... Alberto es Puebla, esto se hace a instancias de Alberto para acompañar a Cristina”. Aunque la cuestión judicial genera la solidaridad del Presidente con su vice, desde el kirchnerismo se multiplican las voces que le exigen al jefe de Estado que tenga una agenda judicial más dura o le reprochan no haberla tenido hasta acá.
Historia de desencuentros
El evento de YPF de principios de junio, en Tecnópolis, fue la última vez que Fernández y Cristina se mostraron juntos en público. Fue el día que ella le pidió que usara “la lapicera” y que no cuide solo los intereses de los grandes empresarios. Aquel evento había terminado con una incomunicación de tres meses pero no implicó una reconciliación. A ello sobrevinieron la renuncia de Martín Guzmán; las cumbres secretas en Olivos para evitar una crisis terminal del Gobierno; el desembarco de Sergio Massa en el Palacio de Hacienda y el intento de homicidio a la exmandataria, que derivó en que el Presidente la visitara en su departamento de Recoleta.
A excepción de ese encuentro, el Presidente y su vice nunca se vieron cara a cara para encauzar su relación política y ordenar el tablero del peronismo. Solo cruzaron algunos llamados y mensajes de Telegram, pero con diferencias de fondo irreconciliables y diciendo las peores cosas, uno del otro, en la intimidad. “Por ahora son solo los temas más humanos los que los unen, como el ataque de Cristina, la condena en Vialidad o el episodio de salud que vivió el Presidente en Bali, pero no llegan a hablar de política”, dijo un funcionario a LA NACION.
Hay dirigentes afines a Fernández que le vienen insistiendo para que se reúna con Cristina, de modo de ordenar la estrategia electoral para 2023. “Ahora es el momento, ahora que Cristina bajó su candidatura es indefectiblemente el momento”, insistía en las últimas horas un intendente del conurbano.
En principio, Fernández optó por descansar el fin de semana largo con su familia en la residencia de veraneo de Chapadmalal, sin actividades oficiales. Cristina Kirchner atravesaba su cuadro de Covid, de forma estable, en el sur.
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