Con bajo perfil, asumió Doga en Desarrollo Social
Es de confianza de la primera dama
La primera dama, Hilda "Chiche" Duhalde, respiró aliviada: su amiga, ex secretaria y mano derecha desde hace diez años, María Nélida "Chichí" Doga, se hizo cargo ayer del Ministerio de Desarrollo Social.
La asunción de la funcionaria se realizó en una ceremonia sencilla, casi íntima, en el despacho presidencial de la Casa Rosada. Tan cerrado fue el acto que no pudieron acceder ni siquiera los responsables de prensa del Gobierno. También asumieron sus funciones el nuevo secretario de Energía y Minería, Alieto Guadagni, y el síndico general de la Nación, Julio Rodolfo Comadira.
Ante unas ochenta personas, entre los que se contó a familiares y funcionarios, el presidente Eduardo Duhalde puso en funciones a la nueva encargada de las políticas sociales, una mujer poco afecta a los flashes de las cámaras y a las entrevistas periodísticas.
"Que mis obras hablen por mí", repite la funcionaria en estas horas a sus colaboradores más cercanos, manteniendo un perfil técnico a la sombra de la esposa del primer mandatario, una constante que viene sosteniendo desde su ingreso en la función pública.
Nacida y criada en La Plata, esta mujer alta y morruda que se recibió de psicóloga en 1970 repartió su vida entre la docencia y la crianza de cuatro hijos, antes de conocer a una mujer que cambió su vida: la esposa del entonces gobernador bonaerense Eduardo Duhalde.
Entusiasmada con la ejecutividad y las formas sencillas de Chichí, Hilda González la designó, a principios de la década del noventa, en el Consejo de la Mujer provincial, a cargo del área materno-infantil del Consejo del Menor y la Familia, y más tarde en el Consejo de la Familia y Desarrollo Humano de la provincia, como virtual ministra de Desarrollo Social de la gobernación.
En sus cinco años de cogestión, Chiche y Chichí pusieron en marcha distintos programas de autoconstrucción de viviendas, microemprendimientos, escolaridad, y el más famoso de todos: el de las "manzaneras", un plan por el que miles de mujeres bonaerenses se acercaron a los barrios carecientes para atender las problemáticas más urgentes en cada caso.
Sus allegados la describen como una funcionaria incansable, con jornadas que comienzan a las 7 de la mañana y terminan pasada la medianoche. También destacan que no tuvo ni tiene militancia partidaria y que su vida diaria gira en torno del trabajo.
"En realidad, es Chiche la que impone los tiempos. No hay posibilidad de trabajar con ella si no se deja todo lo demás de lado", afirman quienes comparten la intimidad de las dos mujeres funcionarias.
A los 55 años, Doga maneja desde ayer un presupuesto global de 1350 millones de pesos, a los que podrían sumarse otros 2000 millones aportados por organismos internacionales como el BID y el Banco Mundial, ansiosos por colaborar con la crisis argentina.
A pesar de confiar plenamente en quien fue su secretaria durante el mes y medio que duró su gestión no oficial al frente del área social, Chiche se reservará para sí un lugar clave: la presidencia del Consejo Coordinador de Políticas Sociales, el organismo que seguirá de cerca la distribución de los planes alimentarios, empleo y subsidios a los jefes de hogar desocupados que el Gobierno piensa implementar en las próximas semanas.
"Allí también va a pasar lo mismo. Chichí va a trabajar en silencio, y Chiche va a explicar lo que se hace", confirman en el entorno de la nueva ministra.
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