En la cumbre del Mercosur, Alberto Fernández le pidió a Uruguay “no buscar soluciones individuales” y Lacalle le respondió
La decisión de Uruguay de acelerar su acuerdo con China fue rechazada por el gobierno argentino, pero el presidente uruguayo aseguró que seguirá adelante; Bolsonaro no estuvo y mandó un mensaje grabado
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Luego de la polémica previa en torno a la decisión de Uruguay de avanzar en un tratado de Libre Comercio con China, presidentes y mandatarios del Mercosur desarrollaron en Asunción una reunión plenaria marcada por un clima de tensión y por algunas ausencias. Allí, el presidente Alberto Fernández pidió “no buscar soluciones individuales” y dijo: “No me niego en nada a analizar lo que mi amigo [Luis] Lacalle Pou llama flexibilización, solo quiero que sigamos transitando juntos”. En referencia al acuerdo con China, el presidente argentino afirmó: “Deberíamos hacerlo todos juntos”.
Le contestó así a su par de Uruguay, quien reiteró: “Uruguay no se va a amputar [la posibilidad de avanzar con China] porque esto es un sentir nacional, avanzar en ese sentido, y si es con los socios, mejor. Pero si no, Uruguay, va a avanzar”. Fernández, en cambio, había dicho: “Que no nos ilusione la idea de separarnos y buscar soluciones individuales, con un proyecto propio que me alcance a mi. Todo eso es de corto aliento”, destacó, aunque sin encontrar demasiado eco en su par uruguayo.
Uruguay, finalmente, no firmó la declaración conjunta, que sí suscribió el resto de los países más Bolivia como estado asociado. Según fuentes del Gobierno, Lacalle Pou intentó sin éxito impulsar un párrafo en el que enfatizaba la necesidad de “flexibilización y modernización” en las negociaciones unilaterales, y al no ser aceptado decidió no firmarlo. “Y eso que los aislacionistas éramos nosotros”, chicanearon desde la delegación argentina.
Lacalle Pou arribó anoche desde Montevideo, dispuesto a dar la pelea interna. Con el anfitrión Mario Abdo en su país, y la ausencia anunciada del brasileño Jair Bolsonaro, la expectativa se centró en la llegada del presidente Fernández, quien a través de su canciller, Santiago Cafiero, ya había anticipado su negativa a avalar la iniciativa de Uruguay. Además de Bolsonaro, desistió de participar el presidente de Chile, Gabriel Boric (invitado como Estado asociado al igual que Bolivia), y envió en su lugar a la canciller Antonia Urrejola. Tampoco llegó el presidente de Bolivia, Luis Arce, cuya presencia estaba anunciada, mientras que Colombia, Ecuador y Guyana también enviaron representantes diplomáticos a la cumbre.
Cuando le tocó hablar, Alberto Fernández dejó de lado su discurso escrito y pidió reflexionar sobre “los desafíos” que vienen “por delante”. Habló sobre la pandemia “que asoló al mundo” y “el nivel de endeudamiento” que recibió la Argentina. “La pandemia generó un quiebre en la economía mundial, y todos lo padecimos, nadie quedó a salvo”, sostuvo. “Cuando la recuperación era sostenida, se desata una guerra en el hemisferio norte”, relató. Luego de equivocar el año de fundación del Mercosur (lo citó en 1989, dos años después de su fundación formal), el Presidente habló de un mundo “hambreándose” por la guerra en Ucrania. “Tenemos una enorme suerte, somos una zona de paz, aunque seamos el continente más desigual no tenemos vocación de guerra (...). El mundo que se viene es el mundo de las regiones, no de los países, y debemos hacer fuerte al Mercosur y a la Celac.”
Entrando en la mecánica del bloque, afirmó: “Tenemos que saber ponernos de acuerdo para producir el alimento que el mundo necesita”. Y en el ámbito energético, sostuvo: “Entre Chile, Bolivia y Argentina tenemos las mayores reservas de litio del mundo”. Fernández pidió “la unión del litio”. Habló hacia Uruguay y Paraguay, y les reclamó estar unidos en proyectos como el gasoducto Néstor Kirchner. “Si no estamos unidos, vamos a cometer el peor de los errores”, dijo el Presidente. Fue entonces que afirmó: “Que no nos ilusione la idea de separarnos y buscar soluciones individuales, con un proyecto propio que me alcance a mi. Todo eso es de corto aliento”. Y mirando al presidente uruguayo, afirmó: “No me niego en nada a analizar lo que mi amigo Lacalle Pou llama flexibilización, solo quiero que sigamos transitando juntos”.
Luego del diplomático discurso grabado de Bolsonaro, de solo tres minutos y en el que pidió “un Mercosur a la altura de los desafíos”, Lacalle Pou le contestó a Fernández. “Me alegro que se digan las cosas, sincerarnos y resolver tensiones”, dijo el presidente de Uruguay a modo de inicio. “Celebramos el acuerdo con Singapur, nos genera incertidumbre el escaso avance con la Unión Europea, socio natural para este bloque. Celebramos la agenda bilateral, con Argentina, el monitoreo de nuestras fuentes de agua. la venta de energía”, agregó.
Ya entrando en el tema conflictivo, Lacalle Pou sostuvo: “Tenemos la inmensa tranquilidad de que en estos foros y en los mano a mano les contamos a todos el sentir nacional, y hacia dónde entendemos que tenemos que ir”. Citó al canciller brasileño, Carlos Franca, y destacó: “Modernización y flexibilización, ahí es dónde apuntamos (...). La espalda es mucho más ancha con el Mercosur, como dijo el presidente Fernández”, afirmó antes de dejar en claro: “Avanzada esa etapa [del acuerdo con China] lo primero que vamos a hacer es hablar con los socios del Mercosur, es ir todos juntos, pero lo que Uruguay no se va a amputar, porque esto es un sentir nacional, avanzar en ese sentido, y si es con los socios, mejor. Pero si no, Uruguay, va a avanzar”.
En relación con la insinuación del presidente argentino, destacó: “Esto no quiebra ni erosiona el bloque común. Habrá otros presidentes y el Mercosur va a seguir existiendo”. También pidió “comprensión” y anticipó que avanzará “con otros países y otros bloques” y que avisarán “ni bien se produzcan esos avances”.
“La mejor manera de protegernos, a mi nación y mi pueblo, es abriéndome al mundo. Y por eso los pasos que toma Uruguay, que pide ser entendido y comprendido por el Mercosur”, dijo Lacalle mirando a Fernández, a modo de desafiante final.
Desde el Gobierno intentaron desdramatizar el contrapunto. “Fue menos duro que ayer (en la reunión de los cancilleres). Hubo gestos amigables de ambos lados”, afirmaron desde la delegación argentina, Y dieron como ejemplo concreto que Lacalle y Fernández compartieron el almuerzo posterior entre los participantes de la cumbre.
En su breve discurso inicial, Abdo había afirmado que desde la presidencia pro tempore “se cumplieron los objetivos del Mercosur”, sin entrar en detalles, que fueron abordados por su canciller. Un rato más tarde, el presidente de Paraguay destacó como logros de este año “la conclusión de las negociaciones de un acuerdo comercial de Singapur” con un “aumento del comercio y de la inversión”. “Este es el camino que debe seguirse para la internacionalización del bloque”, dijo Abdo, y pidió “evaluar” los acuerdos de cada país de modo unilateral, en implícita referencia a la postura de Uruguay.
A las 9.45, Fernández había partido desde Aeroparque, en el Tango 04, rumbo a Asunción, acompañado por el secretario general, Julio Vitobello, la primera dama Fabiola Yañez y la portavoz Gabriela Cerruti. Allí también se sumaron a la delegación los embajadores Alberto Iribarne (Uruguay) y Domingo Peppo (Paraguay). Llegó dos horas después a la sede de la Conmebol, donde se lleva a cabo el encuentro, y fue recibido por Abdo.
Las discusiones en torno al tratado de libre comercio con China tuvieron su round previo ayer, en el encuentro de cancilleres del bloque común. Allí, el canciller Cafiero se mostró dispuesto a “dar esta discusión”, y afirmó que “para la Argentina modernizar no implica disgregar al bloque y la toma de decisiones unilaterales, sino asumir la responsabilidad de transformar y profundizar el proceso de integración”.
Un rato después, el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, negó que Uruguay piense en irse del Mercosur, y reiteró: “Siempre hemos tenido y mantenido nuestra potestad de negociar acuerdos comerciales internacionales con terceros países. Por tal motivo reafirmamos nuestra potestad de negociar con países y bloques extrazona. Al tiempo que mantenemos nuestro firme compromiso con el proceso de integración”. Cafiero pensaba reunirse el lunes pasado con Bustillo para llegar a la cumbre sin conflictos, pero finalmente desistió. En la Cancillería se convencieron de que “no había nada que hacer” porque no habría “margen” para torcer la voluntad de Montevideo.
El vínculo personal entre Lacalle Pou y Fernández, tensado hoy nuevamente, pasó de la amabilidad del primer encuentro -Lacalle le preparó un asado en la mansión Anchorena antes del comienzo del mandato del Frente de Todos- a la rispidez de aquella reunión virtual de marzo del año pasado, en la que el mandatario uruguayo habló de evitar que el Mercosur de transformara en un “lastre” y Fernández le respondió: “No queremos ser un lastre para nadie. Si somos un lastre, tomen otro barco. Pero lastre no somos de nadie”, respondió, mientras Bolsonaro abandonaba la reunión virtual.
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