Con apoyo argentino, la ONU vuelve a condenar al régimen de Maduro en Venezuela
El Consejo de Derechos Humanos, que preside Federico Villegas, presentará unas 200 recomendaciones al régimen de Maduro; criticas del chavismo al Gobierno
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En una semana de malas noticias para el régimen de Nicolás Maduro, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que preside el argentino Federico Villegas volverá a condenar este viernes violaciones a los derechos humanos en Venezuela y reclamar acciones directas a la conducción chavista.
El martes, el denominado Examen Periódico Universal (EPU) que lleva adelante el Consejo, con sede en Ginebra, sobre una docena de países no dio buenos resultados para la delegación venezolana. Entre las decenas de países que asumieron un tono fuertemente crítico estuvo el representante argentino, Cristian Machuca, quien pidió que el régimen de Maduro “coopere” con los pedidos para llevar ante los tribunales a los “perpetradores” de violaciones a los derechos humanos y abusos denunciados.
“La delegación argentina recomienda a Venezuela cooperar plenamente con el Consejo de Derechos Humanos y todos sus mecanismos, incluyendo los procedimientos especiales relevantes e implementar íntegramente las recomendaciones hechas por la Alta Comisionada en sus informes”, fue la primera de las recomendaciones que enumeró Machuca, en línea con los pedidos y las críticas que la Alta Comisionada, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, viene haciendo a Venezuela.
Durante las exposiciones del martes, que incluyeron una dura discusión entre los representantes de Estados Unidos y Cuba por el uso de la palabra “régimen” para definir al gobierno de Maduro, el representante de Venezuela escuchó cerca de 200 “recomendaciones”, que el viernes se presentarán por escrito resumidas en un documento. Venezuela podrá entonces, según contaron altas fuentes del Consejo a LA NACION, adoptar algunas de esas recomendaciones; podrá también prometer analizarlas y dar una respuesta en tres meses; o directamente rechazar el informe completo, una opción que aparece lejana según quienes conocen el funcionamiento del organismo.
Si Venezuela aceptara cuando menos algunos de los pedidos, se tratará de un “compromiso de Estado” del que deberá rendir cuentas más adelante, comentan fuentes diplomáticas.
Las primeras reacciones del gobierno chavista en relación a los pedidos de Argentina, que se mantuvieron en línea con la postura que Villegas tuvo mientras fue el representante argentino en el Consejo, fueron de enojo y reproches. “Ay, Dios, cuando uno ve esas cosas, dice ¡Dios mío! ¿El Fondo Monetario Internacional presiona mucho? ¿El Banco Mundial presiona mucho, presidente?”, dijo ayer Diosdado Cabello, número dos del gobierno chavista, en ataque directo al presidente Alberto Fernández y durante su programa, transmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV). “Digo yo, no sé… si se pusiera a revisar lo que hizo [Mauricio] Macri con los derechos humanos de los argentinos tendría muchas ocupaciones en Argentina”, añadió Cabello, ya incursionando en la política doméstica nacional, y quizá anticipando una dura respuesta a las críticas del veterano representante venezolano en el Consejo de Derechos Humanos, Jorge Valero, en una sesión que se prevé de alto voltaje político.
Las críticas que el Gobierno viene haciendo, por instrucciones de la cancillería que encabeza Santiago Cafiero, al gobierno de Venezuela, coinciden con las que se formularon al gobierno sandinista de Nicaragua, antes y después que el presidente Daniel Ortega obtuviera una nueva reelección, con sus principales opositores encarcelados o exiliados. La reciente condena a Nicaragua en la OEA, en conjunto con Estados Unidos y vinculada con la presencia del representante iraní Mohsen Rezai, buscado por Interpol por su participación en el atentado a la AMIA, en Managua durante la asunción de Ortega, representó un cambio en la postura de la representación argentina en ese organismo, cuya cabeza es el ex diputado Carlos Raimundi.
El representante argentino, cercano al instituto Patria, no participó de esa última votación-lo reemplazó María Cecilia Villagra-luego de sostener durante dos años posiciones contrarias a las condenas a Venezuela, Nicaragua o Cuba, motorizadas por la organización que encabeza el ex canciller de Uruguay, Luis Almagro.