Apertura de sesiones: ¿Cuáles fueron las diferencias con el discurso anterior?
Esta vez habló casi 110 minutos, cerca de dos horas, contra solo 80 del año anterior. Y, de la mano del reloj, aumentó también la intensidad del discurso presidencial, que este año no dudó en recostarse sobre la polarización para despotricar contra la oposición,la Justicia y los medios, lejos de la prédica por la unidad que prevaleció hace un año con aquel Alberto Fernández 'dialoguista' que buscaba "recuperar el valor de la palabra".
No hubo grandes masas de manifestantes en las calles que transitó el Presidente para llegar al Congreso, donde tuvo que ingresar con barbijo. Fueron algunas de las postales de una jornada atípica. En la apertura de las sesiones ordinarias, Fernández le dedicó alrededor de 25 minutos a cuestiones relacionadas con la pandemia, un tema que el año pasado no había mencionado. En ese entonces, el exministro Ginés González García, no estaba preocupado por el coronavirus, pero solo dos días después llegaría el primer caso a la Argentina.
Esta no fue la única diferencia entre el primer y el segundo discurso del Presidente, su tono también fue distinto y aunque en ambas ocasiones apuntó contra la Justicia, este año agudizó su puntería contra la Corte.
"En este discurso se pueden reconocer dos caras: el estadista y el político en acción", consideró el analista político Rosendo Fraga en diálogo con LA NACION. Según el analista, el primero aparece cuando habla de la unidad nacional, de ciencia y tecnología y de futuro; el segundo, cuando menciona los proyectos de reformas a la Justicia y las criticas a la oposición."Es un año electoral y en Argentina las legislativas son un precedente relevante para las presidenciales, esta situación potencia al político", agregó el analista.
Fraga además señaló que la situación el año pasado era totalmente distinta ya que se trataba del primer discurso cuando solo habían pasado 81 días de gobierno. "Ahora, ya ha habido un año difícil con la pandemia y la última que pasó pudo haber sido la semana más difícil desde que asumieron", dijo el analista haciendo referencia al escándalo del vacunatorio vip que terminó con el mandato de Ginés González García en el ministerio de Salud.
En esta oportunidad, el Presidente dijo que "aún cuando en lo personal" le causaron mucho dolor", tomó las decisiones que correspondían. "Las reglas se deben cumplir. Si se cometen errores, la voluntad es corregirlos de inmediato. Cuando se dijo que esas reglas habían sido transgredidas, me he encargado de recabar la información pertinente", señaló Fernández tratando de dar por finalizado el episodio aunque no conformó a la oposición.
Fernández pidió un aplauso para gobernadores, empresarios, gremios, Fuerzas Armadas, científicos, personal de salud y docentes por el esfuerzo en pandemia. El Presidente dijo que encontraron un "sistema de salud quebrado" y lograron aumentar un 47% la capacidad instalada de terapia intensiva, construir 12 hospitales y enfrentar la pandemia con varias medidas entre las que enumeró el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia de emergencia Trabajo y Producción (ATP).
Justicia
Esta vez fue la Corte el foco principal. El año pasado, el Presidente también había sido muy crítico y había presentado la reforma judicial. Ahora volvió a considerar que el Poder Judicial "está en crisis" y dijo que es el único que "parece vivir en los márgenes del sistema republicano."
"La relación corporativa que los vincula, ha permitido que muchos de ellos permanezcan en sus cargos más allá del tope de edad que la Constitución impone", dijo Fernández en alusión a la jueza Elena Highton.
Fernández anticipó una serie de proyectos de ley para el Congreso con los cuales buscará insistir en la reforma de la Justicia. En primer lugar, una iniciativa que busca reglamentar el recurso extraordinario ante la Corte y establecer cuáles son las competencias del máximo tribunal. También mencionó otra que busca crear un tribunal intermedio y una reforma del Consejo de la Magistratura.
El Presidente se refirió al artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial, el cual habilita a la Corte a denegar un recurso sin fundamentar las razones del rechazo, como en el caso Boudou. y dijo que debían determinar la "arbitrariedad" de las sentencias para "acabar con la discrecionalidad que hoy se observa".
Sumado a eso, cuestionó el fallo por el cual otorgaron el per saltum a Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, que habían sido trasladados durante el gobierno de Mauricio Macri, a quienes nombro como "dos jueces ignotos" .
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