Alberto Fernández: “El Papa me expresó su idea de apoyarnos en todo lo que pueda”
Francisco recibió a solas al Presidente en una reunión breve, de 25 minutos, y luego hicieron intercambio de regalos; fue el primer encuentro tras la legalización del aborto en la Argentina
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LA NACIONSantiago Dapelo
ROMA.- Los problemas económicos que afectan a la Argentina y la urgencia por resolverlos hizo que dejaran de lado las diferencias, como fue la legalización del aborto. El presidente Alberto Fernández se llevó del Vaticano lo que buscaba, el respaldo del papa Francisco. “El Papa me expresó su idea de apoyarnos en todo lo que pueda”, relató el jefe del Estado tras el encuentro que duró unos 30 minutos.
Como un equilibrista, el Papa tuvo la destreza para enviar un mensaje interno y otro para el mundo. Si bien no hubo ni una palabra sobre la legalización del aborto, tampoco fue la recepción que imaginaban en la comitiva argentina en los días previos.
Antes de salir rumbo el Palacio del Quirinale, donde mantuvo un encuentro con el presidente Sergio Mattarella, el Presidente contó que con el Santo Padre hablaron de “los problemas del mundo y de la Argentina”. Y afirmó: “Hacia un tiempo que no lo veía, reencontrarlo fue muy grato para mí. Fue un muy lindo encuentro”. La audiencia a solas comenzó a las 9.55 (hora local) y duró menos que la anterior, que había sido de 44 minutos.
El mandatario argentino también mencionó que le manifestó al Papa los detalles de los avances que alcanzó la comitiva presidencial durante la gira por Portugal, España y Francia. “Como siempre hace, me expreso su idea de apoyarnos en todo”, repitió Fernández, que le reiteró al Papa la invitación para que visite la Argentina. “Es una decisión de él”, advirtió.
Entre los temas que hablaron se destacaron los problemas que atraviesa la Argentina y la necesidad de avanzar con “una nueva estructura financiera” mundial; la pobreza y los efectos de la pandemia. También se refirieron al seminario que se llevará a cabo mañana en la Santa Sede y del que participarán la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y Janet Yellen, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, entre otros.
“El Papa hizo mención a la necesidad de que las potencias cedan los [derechos especiales de giro] DEG. Ya con que se promueva está discusión desde el Vaticano para nosotros es suficiente”, resaltó uno de los integrantes de la comitiva que acompañó al Presidente al encuentro con el Santo Padre.
El Presidente llegó a la Santa Sede acompañado por la primera dama Fabiola Yañez; el ministro de Economía, Martín Guzmán; el canciller Felipe Solá; el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; y el secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi. Fueron recibidos por autoridades del Vaticano y por un cordón de honor de la Guardia Suiza, que se encarga de la seguridad del Sumo Pontífice.
La visita concluyó a las 10.40, tras un intercambio de regalos y una foto final con toda la comitiva, en la que todos salieron sin barbijo -a requerimiento del Vaticano, según informaron en la comitiva argentina-. El Presidente mantuvo después un encuentro con el segundo del Papa, el secretario de Estado, Pietro Parolin, una especie de “primer ministro”, y con el “canciller”, el arzobispo británico Paul Gallagher. Fue en ese encuentro que surgió la situación en Venezuela. “El Presidente dio su mirada sobre el tema, pero fue algo fugaz”, buscaron aclarar cerca del mandatario.
El hecho de que la reunión a solas haya sido más breve que la anterior fue un detalle al que le restaron importancia en la delegación presidencial. “Fue muy buena la reunión”, insistió uno de los hombres de máxima confianza del Presidente.
La sobre interpretación sobre el tiempo que duró la reunión y las especulaciones alrededor de un supuesto malestar del Sumo Pontífice por el pedido de audiencia, molestó al Presidente, según dejaron trascender voceros de la comitiva. Según confió uno de los testigos del cónclave, Francisco habló animadamente con todos los invitados e hizo chistes con varios de ellos.
Desde el Vaticano, en un comunicado oficial, describieron las conversaciones con la comitiva como “cordiales” y dijeron que “se agradecieron las buenas relaciones bilaterales existentes y la intención de seguir desarrollando la colaboración en sectores de interés mutuo”.
En el encuentro de Fernández con la cúpula de la Secretaría de Estado del Vaticano –una suerte de Cancillería-, hablaron sobre la Argentina, “con especial referencia a algunos problemas como la gestión de la emergencia pandémica, la crisis económico-financiera y la lucha contra la pobreza, destacando, en este contexto, el importante aporte que la Iglesia Católica ofrecido y sigue asegurando”, indicó la Santa Sede, que agregó que también “se mencionaron algunos temas regionales e internacionales”, sin más detalle.
Antes de finalizar la visita, el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, que dirige la Pontificia Academia de Ciencias, le mostró a la comitiva argentina el lugar donde se desarrollará el seminario “Soñando un mejor reinicio”, que mañana tendrá como protagonistas a la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva; la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen; el premio nobel de Economía y mentor de Guzmán, Joseph Stiglitz, y el exsecretario de Estado de los Estados Unidos John Kerry, entre otros.
En el intercambio de regalos, Fernández le entregó a Francisco productos orgánicos de miel y de la cocina de jóvenes recuperados de adicciones de los hogares de Cristo de la villa 3, una estola de la basílica de San José de Flores y una estatuilla de San José, réplica de la que está en la basílica, junto a una estampita de Luján, una colección de La divina comedia traducida y un libro biográfico de Enrique Santos Discépolo. Mientras tanto, el Papa le obsequió un mosaico que representa las figuras del hombre y de la mujer que responden a la invitación del Señor en el Génesis y cultivan la Tierra, cuidándola, con la leyenda: “Que el fruto de la tierra y del trabajo del hombre se convierta para nosotros en alimento de vida eterna”. Además, le entregó el Mensaje Mundial de la Paz de 2021, que suele dar a todos los jefes de Estado, y su última encíclica, Fratelli Tutti.
La agenda de Fernández continúa con un almuerzo con el presidente de Italia, Sergio Mattarella, en el Palacio del Quirinale, y luego una reunión de trabajo con el presidente del Consejo de Ministros, Mario Draghi, en el Palacio Chigi.
Esta mañana, antes de la reunión con el Papa, todos los argentinos que participaron de la comitiva se hisoparon en el hotel. En la delegación argentina relataron que fue otro requerimiento del Vaticano, que vacunó con dos dosis de Pfizer a todos los diplomáticos que tratan habitualmente con la Santa Sede, entre ellos, a María Fernanda Silva, embajadora argentina en el Vaticano.
Las reuniones del Papa
Desde que fue electo hace más de ocho años, Francisco aceptó siempre los pedidos de audiencia de los mandatarios argentinos. Algo que, por otra parte, suele hacer con todo jefe de Estado que solicita un encuentro con él: el protocolo del Vaticano, en efecto, indica que no se le niega audiencias a nadie de este nivel. Recibió cuatro veces a Cristina Kirchner, dos veces a Mauricio Macri y hoy, por segunda vez, a Alberto Fernández. Tres presidentes distintos, en momentos distintos, de su propia patria.
El primer encuentro con Macri, el 15 de octubre de 2016, duró 22 minutos, y dejó de postal una foto con una cara extremadamente seria del pontífice. La segunda visita del entonces mandatario fue más larga: compartieron más de una hora. Mientras tanto, el pontífice –que asumió durante el primer mandato de Cristina Kirchner- se vio siete veces con la entonces presidenta desde que se convirtió en Papa el 13 de marzo de 2013. Cuatro de esos encuentros fueron reuniones bilaterales, la más extensa, un almuerzo de dos horas y media en el Vaticano, el 17 de marzo de 2014.
Por Santiago Dapelo
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