Cómo operó la red de trata sexual ligada a la política chaqueña a la que aludió Patricia Bullrich
Fue un caso emblemático de explotación; a las mujeres les prometían becas o trabajo y las forzaban a tener relaciones con hombres vinculados al poder; un exsubsecretario de Capitanich fue parte de la maniobra
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María tiene un poco más de veinticinco años y la primera vez que vio su imagen en un book de fotos fue un rato antes de que la llamaran para participar de una fiesta sexual con políticos chaqueños. Era un sábado muy caluroso. Algunos días antes, unas amigas del barrio la habían convocado a ser parte de la Asociación “No me olvides”, de Rolando “Kilo” Vallejo, el dirigente que, tal como mencionó la ministra Patricia Bullrich la semana pasada, “se suicidó” antes de quedar detenido.
La mujer de Vallejo, Elida Mambrín, que era la tesorera de la asociación, fue condenada a 15 años de prisión -como informó en aquel momento LA NACION- por el delito de “trata de personas agravada por el número de víctimas y por la condición de guardadora”. María fue una de sus víctimas. La condena fue en 2021. Según Bullrich, este caso, al igual que el del crímen de Cecilia Strzyzowski, prueban cómo funcionaba el poder en el Chaco durante la gestión de Jorge Capitanich y que “los que manejan la política social, los planes sociales, se creen que tienen el poder de dominar y explotar a la gente”.
María, un nombre de fantasía, para preservar su identidad, vive en las afueras de Resistencia. Hoy está bajo asistencia psicológica. Recuperó algunos kilos y está mejor de salud. De acuerdo con la causa que terminó en condena hace dos años y medio, todo comenzó cuando “las chicas tomaban conocimiento de la asociación a través de otras mujeres ya becadas y, por medio de publicidades y avisos de un programa radial (...), se daba la dirección de la asociación civil (No me olvides) para que las jóvenes interesadas se acercaran”.
El señuelo eran las becas denominadas “Promotores Territoriales” y “Plan Foco”, emitidas por el Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de la Provincia del Chaco. La trampa derivó en prostitución y abuso sexual. Los delitos quedaron demostrados en dos juicios que recopilaron los testimonios de 16 mujeres “en condiciones de alta vulnerabilidad” que fueron víctimas de trata. A Mambrín se la condenó además como coautora de dos casos de abuso sexual. Algunas de las mujeres explotadas eran madres jóvenes y otras estaban en situación de calle. En los juicios intervinieron el Ministerio de Justicia de la Nación, del Chaco y la Oficina de Trata de esa provincia. También intervino la Protex, de la Procuración de la Nación, dedicada a investigar los delitos de trata de personas.
La organización estaba comandada por Rolando “Kilo” Vallejo, que se mató antes de ser llevado a juicio, y por su mujer. En el segundo juicio, se condenó a la pena de 3 años a Lorena Quintana, que era la mano derecha de la Asociación como “partícipe necesaria de los delitos de trata de personas”. En ese mismo proceso fue condenado el exsubsecretario de transporte del gobierno de Capitanich Roberto Medina, como partícipe necesario de los delitos de trata y explotación sexual y laboral. También fue condenado por el usufructo de la organización y por amenazar a las víctimas.
El objetivo de la Asociación Civil “No me olvides” era la acción solidaria mediante el voluntariado de las recolecciones de fondos cuyos fines eran diversos: “Crear un espacio de integración social para sectores desfavorecidos, que incluía a la mujer, administrar planes y proyectos productivos sociales, y concretar acuerdos con diversas entidades estatales, entre otros”. Todo funcionaba como una pantalla, tal como quedó demostrado en la Justicia. La organización delictiva comenzó a funcionar en 2017 y se extendió por varios años hasta que comenzaron a denunciarla sus propias víctimas.
Las víctimas se acercaban a través de comentarios y por un programa de radio en el que se difundió la búsqueda de mujeres entre 18 y 35 años de edad, para formar parte de las “Chicas de Eli” con posibilidad de obtener becas; se indicaba la dirección de calle Posadas 101 de Resistencia en donde las interesadas debían concurrir para presentar su currículum. Al concurrir a la sede de la asociación, eran recibidas y entrevistadas por Elida Mambrín, quien tenía a su cargo observar los aspectos físicos de las chicas e indagarlas sobre cuestiones personales, familiares, económicas, y de pareja. “En caso de cumplir con los requisitos, les realizaba la oferta de trabajo en la asociación, bajo la condición de cuidar la imagen, y vestir de forma atractiva, ya que debían trabajar con funcionarios públicos, y políticos”, contó una de las víctimas.
El perfil de las seleccionadas estaba determinado por sus condiciones físicas y por tener un buen aspecto y presencia: la mayoría eran mujeres sin trabajo, con bajo nivel de escolaridad, poca contención familiar y muchas cumplían el rol de único sostén del grupo familiar (hijos, padres y hermanos)”, explicó a LA NACION el fiscal federal Patricio Sabadini, quien estuvo a cargo de la investigación de este caso y acaba de solicitarle al gobierno de Chaco, a cargo de Leandro Zdero, más detalles de las novedades denunciadas en los últimos días.
A cambio de mercaderías
Las chicas, una vez incorporadas, recibían una beca y, ocasionalmente, obtenían mercaderías a cambio del trabajo. Todas debían abonar una cuota mensual en concepto del alquiler del inmueble en donde funcionaba la sede de la asociación. La contraprestación, en algunos casos, consistió en cumplir diferentes actividades en sectores del gobierno provincial. Por ejemplo, en la Subsecretaría de Transporte o en la Administración provincial del agua. También asistían a reuniones en la sede de la asociación, participaban en actos de entrega de mercaderías y colchones, y en ocasiones, debían asistir a campañas o eventos políticos, o reuniones sociales.
El fiscal Sabadini explicó que las llamadas “chicas de Kilo” Vallejo visitaban las oficinas públicas en Resistencia para recaudar vales de nafta y donaciones para la Asociación que luego se vendían para el beneficio de sus dirigentes. No había ninguna acción social en No me olvides. Las propias víctimas tenían que pagar un retorno si recibían algún otro beneficio por parte del gobierno provincial. En el expediente judicial, otra de las víctimas aseguró que a “mediados de 2015, Kilo le otorgó una beca de Plan Foco”. Dijo que prestó funciones en la Subsecretaría de Transporte, y especificó que “Vallejo mantenía constante comunicación con Roberto Medina, subsecretario de Transporte de la gestión anterior de gobierno, e hizo mención a los maltratos y amenazas sufridos por parte de ambos”.
Las setenta mujeres que formaban parte de la Asociación reclutaban a chicas jóvenes por orden del Kilo y su pareja. Vallejo era un dirigente cercano a Capitanich. María quería estudiar y también le ofrecieron una beca y posibilidades de crecimiento dentro de la Asociación. Pero tuvo que pagar con su sexo. Según el fiscal Sabadini, “la tenían como una esclava sexual y la hacían participar de orgías”. María declaró en el juicio que fue maltratada, humillada y abusada en todo sentido.
Otra de las víctimas afirmó en la declaración judicial que “al principio trabajaba en la oficina, y posteriormente, Vallejo comenzó a sacarla en auto para visitar distintas dependencias”. Relató que “siempre iba con Lorena Quintana y algunas otras chicas”, que “las llevaban a Transporte, Vialidad, Educación, Municipalidad, a Jefatura de Policía, a Puerto Vilelas”.
El modus operandi consistía en “ir a tomar mate con los funcionarios, para que las vieran”. En el expediente, al que tuvo acceso LA NACION, se afirma: “Las hacían ir presentables, maquilladas con los labios rojos, los ojos pintados, con tacos; si les gustaba a los funcionarios, estos le hablaban a Kilo y le decían que querían estar con tal chica. Él les decía, y si se negaban, las amenazaba con darle de baja las becas, y bloquearlas del sistema para que no puedan acceder a otras becas. Eli Mambrín siempre las trataba mal, les decía cómo debían vestirse, y cómo debían cuidar su figura”.
Según la investigación, en la maniobra era fundamental el rol de Quintana, la mano derecha de Vallejo, que ejercía presión o amenazas. Una víctima relató: “Te insinuaba que estés con Kilo, te quería hacer el conecte para que vos estés con los políticos, te daba como referencia que ella estaba con tal y tal persona, y le iba bien porque tenía lo que ella quería, tanto Elida Mambrín como Lorena Quintana te insistían a tener relaciones sexuales con Kilo”.
La víctima agregó: “Todas las chicas le tenían miedo a Quintana, porque siempre dijo que se manejaba con la gente de Villa Catalina o Santa Catalina, que es un barrio muy peligroso donde se maneja mucha droga”. En su declaración, indicó que, debido a su situación familiar y económica, accedió a tener relaciones sexuales con un funcionario público, quien la pasó a buscar por la oficina, la llevó a un motel y una vez finalizado el acto, la llevó de vuelta a la oficina y le pagó a Vallejo. Refirió que, además de estar con los funcionarios, Kilo y Eli la incitaban sexualmente, la tocaban y le decían que querían hacer un trío con ella.
Otro tramo del expediente dice: “Un viernes, en horas de la tarde, en las instalaciones de la Asociación ´No Me Olvides´, Elida Mambrín, junto a su exesposo ´Kilo´ Vallejo, abusaron sexualmente de S.K.N., luego de que el resto del personal se retiró de la oficina. El matrimonio Vallejo Mambrín tomó por sorpresa a la víctima, y comenzaron a tocarla en las partes íntimas del cuerpo contra su voluntad. ´Kilo´ Vallejo, en presencia de Elida Mambrín, arrinconó a S.K.N. contra un escritorio y la abusó…. Una vez finalizado el episodio, la víctima pudo abandonar el lugar, bajo la amenaza de muerte o perder su trabajo si contaba o hablaba de lo ocurrido”.
Y relata otro episodio: “En el barrio 500 Viviendas, de la localidad de Barranqueras, Chaco, Elida Mambrín junto a su esposo abusaron sexualmente de D.A.M. La víctima había sido citada por el matrimonio en dicho domicilio para almorzar, y con el fin de informarle una cuestión laboral. También se encontraban presentes en la casa un hijo del matrimonio y un amigo. Finalizado el almuerzo, D.A.M. fue invitada por Eli Mambrín al dormitorio, con la excusa de mostrarle algo, una vez en la pieza, Mambrín le tapa la boca, y comenzó a tocarla y besarla, en ese momento ingresó Kilo Vallejo, cerró la puerta del dormitorio, le quitó la ropa y junto a Mambrín la violaron. Fue obligada a mantener sexo con ambos. El episodio transcurrió durante dos horas, y finalizado, ella se vistió para regresar a su casa, bajo la amenaza de que no cuente o divulgue lo ocurrido”.
La exdiputada radical de Chaco Marilín Canata informó a LA NACION que presentaron una denuncia contra otra organización social sospechada de delitos similares a la de Vallejos. “En el Chaco, es bastante habitual este tipo de maniobras que se aprovechan de la fragilidad y vulnerabilidad de las mujeres que por diferentes motivos terminan en una trampa y del abuso sexual”. Canata fue una de las dirigentes que advirtió estas maniobras, como en el caso de Quintín Gómez, un dirigente social y funcionario del gobierno de Capitanich que está detenido desde el año pasado por “abuso sexual con acceso carnal” en contra de una colaboradora de su Fundación.
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