Cómo funciona el G-25, el semillero del Pro que suma aliados del sector privado
La escena transcurre en una casa. Sentados en ronda, los invitados escuchan al ministro que relata las peripecias de su paso por la gestión pública. Entre los oyentes hay desde empresarios, directores o representantes de pymes hasta comerciantes o evangélicos.
Es la foto de un típico "living" del G-25, el semillero de potenciales funcionarios de las administraciones de Cambiemos. En época de campaña la fundación macrista, que se nutre de aportes privados para sustentarse, también es un nexo con empresarios interesados en apoyar al Presidente con fondos.
"Parece una logia", dice una fuente de Pro que organizó encuentros del G-25 durante la campaña para las elecciones legislativas del año pasado.
Creada hace una década, la fundación que lideran el senador nacional Esteban Bullrich y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich , opera de forma activa desde 2013. Fue pensada para captar a profesionales del ámbito privado que desearan probar suerte en la función pública.
El G-25 tiene una administración central, pero instaló células en el interior del país durante los últimos años. Ya consolidado en Córdoba, Tucumán y Rosario o el sur, afina su accionar en Mendoza y Corrientes. El comité directivo se reúne todos los lunes a la mañana en la casa de alguno de los miembros. Si bien Bullrich y Dietrich son las caras políticas, Eduardo Braun, director de Aeropuertos Argentina 2000, preside actualmente la fundación, que cultiva un bajo perfil.
La cocina
Los "livings" o las cenas se organizan en las distintas regiones del país. La fundación designa a referentes en cada provincia para que recluten a los interesados en tener una primera aproximación a Cambiemos.
Los organizadores de las reuniones reciben instrucciones de la administración central para pescar a los potenciales aliados. El "gancho" para atraerlos a la "comunidad" es la presencia de un ministro que saltó del sector privado al Estado. Los posibles invitados tienen un perfil definido: afinidad ideológica con el macrismo e interés en colaborar de alguna forma con el proyecto de Cambiemos. "Es gente que comparte nuestros valores", repiten desde el G-25.
Los posibles invitados tienen un perfil definido: afinidad ideológica con el macrismo e interés en colaborar de alguna forma con el proyecto de Cambiemos
Las charlas giran en torno a la consigna "¿qué puedo hacer por el país?". El primer objetivo de los encuentros consiste en generar empatía y que los asistentes se sientan contenidos en "una red que los ayuda y orienta". Una vez que se genera un vínculo de confianza con los "adherentes", les presentan la posibilidad de sumarse y los invitan a colaborar con el proyecto.
En general, los grupos están integrados por 25 o 30 personas. Pueden ser empresarios o comerciantes locales. Si son profesionales con altos cargos, las reuniones son más reservadas y exponen los dirigentes de peso, como Dietrich. Cuando los potenciales aliados son comerciantes de pequeñas localidades, asisten funcionarios de segunda o tercera línea. En el interior también van dirigentes de las cámaras de comercio o evangélicos, según indicó una fuente que trabajó con la fundación.
Los responsables de organizar los "livings" deben clasificar a los invitados en "función de su experiencia y seniority" e incorporarlos a una base de datos de "adherentes" del G-25, según un instructivo al que accedió este medio. ¿Pueden convertirse en candidatos? "No nos metemos en eso", responden desde la fundación. En tiempos electorales algunos ayudan con la fiscalización de los comicios.
Aportes
El G-25 se sustenta con aportes privados. Los coordinadores territoriales reciben cada año la instrucción de "invitar" a empresarios que estén dispuestos a sostener la gestión de la fundación. "Los donantes deben ser personas o empresas que compartan nuestros principios", indica un documento que el G-25 repartió entre los "organizadores". Para colaborar, los interesados pagan un cubierto en las cenas de recaudación.
Los donantes deben ser personas o empresas que compartan nuestros principios
¿La fundación acerca fondos para las campañas? "Se aporta a la fundación", responde uno de los funcionarios que cruzó "el puente" del ámbito privado al sector público. Desde el G-25 aseguran que "hace mucho" que no organizan cenas para reunir fondos. "Solo recaudamos para el sustento de la fundación -sostienen-. Es gente que nos quiere ayudar y que viene colaborando desde el día uno". Flavia Martini, una exempresaria textil que presidió el G-25, fue una de las encargadas de recaudar para los comicios del año pasado, según informó LA NACION en julio de 2017.
Cada sede provincial replica el modelo nacional de la fundación y debe generar financiamiento. Entre otras cosas, el encargado de la célula local tiene que "liderar el plan de acción", hacerse cargo de la contabilidad mensual o abrir una cuenta bancaria.
El experimento CEO’s
Pese al frustrado paso de varios CEO’s por la gestión de Mauricio Macri, el G-25 sigue apostando a que empresarios y profesionales del ámbito privado desembarquen en la gestión pública. Creen que es injusto hablar de "fracaso" de la idea por casos puntuales y resonantes del Gobierno, como Mario Quintana o Isela Costantini. Y ponen como ejemplos a EE.UU. y Colombia, donde es habitual que los profesionales alternen entre el mundo privado y público.
Ante una vacante en algún puesto de la gestión pública, el G-25 revisa su base de datos y acerca un CV. Pero remarcan que no hay favoritismo. "Sigue habiendo interés, pero no hay tantas posibilidades porque las estructuras están congeladas", afirman desde el comité directivo. Unos 223 adherentes del G-25 ingresaron a las administraciones u organismos durante 2016, según un documento interno. Los sueldos que paga el Estado suelen ser un freno para los aspirantes.
Referentes
Dietrich, que tiene varios representantes de la fundación en su cartera, aprovecha los viajes que hace al interior por la agenda oficial para compartir en desayunos o cenas con empresarios o altos directivos. En el Ejecutivo nacional también se desempeña Ramón Lanús, presidente de la Agencia de Bienes del Estado.
En la ciudad hay varios funcionarios ligados al G-25, como Felipe Miguel, jefe de gabinete de Horacio Rodríguez Larreta; el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia; o los secretarios de Transporte, Juan José Méndez, y de Integración Social y Urbana, Diego Fernández. En la provincia se destaca el presidente del Banco Provincia, Juan Curutchet.
Un placer recibir a los participantes de "Experiencia G25 en la Gestión de Gobierno" y poder contarles las transformaciones que juntos estamos concretando. Estamos convencidos que un banco público sustentable nos permite ayudar a las Pymes a sostener el empleo. pic.twitter.com/gbp617tGRx&— Juan Curutchet (@juancurutchet) 25 de octubre de 2018
El G-25 sería algo así como la "prima hermana" de la fundación más famosa del macrismo, Pensar, que se reactivó en abril pasado. El think thank de Pro, que está a cargo de la diputada nacional Carmen Polledo, está enfocado en brindar soporte a nivel nacional a los candidatos que van a competir en los comicios en las provincias y municipios.
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