Cómo cambió la vida cotidiana en las islas Malvinas por el temor al contagio
"Estamos muy bien preparados. Pero nuestros médicos pensarían primero en sus pacientes y no en la política si la ayuda de Argentina fuera realmente requerida", dice Lisa Watson a LA NACION.
Watson es editora del Penguin News, un tradicional y único semanario que se publica en las Islas Malvinas todos los viernes. Forma parte de una familia tradicional de la población isleña, los Watson se radicaron en el archipiélago en 1840. Ella no quiere asumir ese rol, pero su voz es una de las más representativa de la población local.
Días atrás, Watson manifestó fuertemente su enojo por la decisión del gobierno argentino de contabilizar los casos de COVID-19 en las islas como propios. "Aunque expresé molestia porque un gobierno utiliza una pandemia para obtener capital político, la mayoría de la gente aquí simplemente puso los ojos en blanco y realmente no hizo caso. Simplemente lo consideraron un comportamiento típicamente extraño por parte del gobierno argentino. Pero mi reacción no debe interpretarse como representativa de toda la población", aclara.
Los 11 casos de COVID-19 que se detectaron en las islas corresponden a militares que prestan servicios en la Base de Mont Pleasant, distante a 54 kilómetros de Puerto Argentino. Ningún poblador local se ha contagiado. Esto llevó a las autoridades a restringir, por primera vez desde su asentamiento, la comunicación entre la base militar y Puerto Argentino. Ningún habitante puede visitar la base sin un permiso especial, así como ningún militar puede llegar al pueblo si no es una visita controlada.
Este fin de semana los isleños ya contarán con reactivos y la instrumentación para examinarlos. Los test ya no tendrán que viajar a Londres para ser analizados y eso les permitirá realizar un trabajo de testeo masivo a la población: "Ahora vamos a testear la mayor cantidad de nuestra población, nuestra estrategia es cazar al virus antes que contagie", anuncio ayer Rebecca Edwards, directora jefa de Servicios Médicos de las Islas Malvinas.
LA NACION preguntó a Watson si, de ser necesario, aceptarían la ayuda propuesta por el gobierno argentino: "En las islas tenemos aproximadamente un respirador por cada 300 personas, eso es mucho más que la mayoría de los países, más de lo que cuentan tanto el Reino Unido como la Argentina. Además, hemos tenido más tiempo que la mayoría de los territorios para prepararnos, debido a los pocos casos de coronavirus, y tenemos todo lo necesario para tratar a un paciente grave". Y después agregó: "Me resulta difícil imaginar circunstancias en las que se necesitaría ayuda argentina cuando también contamos con el apoyo del equipo médico de las fuerzas británicas. Sin embargo, dicho esto, estoy segura de que nuestros médicos pensarían primero en sus pacientes y no en la política si la ayuda de Argentina fuera realmente requerida. Las personas son más importantes que las diferencias políticas".
"Se han implementado medidas estrictas para evitar cualquier movimiento que no sea absolutamente necesario entre Stanley y Mount Pleasant. Pero hay cierta preocupación sobre esto. Creemos que es cuestión de tiempo antes de que una persona local muestre síntomas", señala Watson.
La periodista confirma el protocolo que se está realizando en las islas para luchar contra el COVID-19 y sobre la intervención del gobierno local en la economía: "Actualmente, todas las personas mayores de 70 años o aquellas con enfermedades crónicas subyacentes, además de varias personas marcadas como de alto riesgo por el hospital, se encuentran en completo aislamiento. Todos los demás deben practicar el aislamiento social. Los pubs y restaurantes han cerrado. Las tiendas han adoptado medidas para mantener a las personas separadas. Se le ha pedido a cualquier persona que se considere trabajador no esencial que se vaya a casa y trabaje desde casa", describe Watson.
La economía local se está resintiendo, básicamente por el impedimento que tienen los cruceros turísticos que aportan mucho al comercio local. El gobierno ha publicado información sobre medidas financieras para apoyar a las personas que no pueden trabajar y las empresas que han tenido que cerrar. "Las personas se apoyan mutuamente. En momentos como este, es bueno ser parte de una pequeña comunidad", describe Watson.
El abastecimiento fue un problema las primeras semanas de la lucha contra la pandemia, cuando Cabo Verde cerró su espacio aéreo e impidió que aviones de la Fuerza Aérea Británica con provisiones llegaran a las islas. En ese momento el gobierno argentino ofreció ayuda, pero no obtuvo respuesta alguna. Días después, las autoridades confirmaron que está restablecido el puente aéreo con Gran Bretaña y que todos los barcos que normalmente entregan insumos y alimentos a las Malvinas continúan como de costumbre, por lo que no se prevén escaseces para la mayoría de los comestibles esenciales y otros artículos. Sí esperan una reducción en la fruta fresca, ya que parte se transporta desde Chile a las Islas en el vuelo semanal de Latam que se ha suspendido, aunque los jardines hidropónicos en las islas proporcionan verduras y frutas frescas.