Clima denso en el oficialismo: el kirchnerismo y el Presidente transitan el peor capítulo de su interna
En cercanías de Cristina Kirchner se quejan de las “provocaciones” de Alberto Fernández; el debate por la eliminación o suspensión de las PASO reanudó las tensiones en el Frente de Todos
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“Estamos todos viendo pros y contras de sacar las PASO. Si las suspendemos, los complicamos a ellos… ¿Pero quién garantiza que nosotros llegamos unidos?”. La pregunta de un importante funcionario de la provincia de Buenos Aires refleja la amenaza de implosión que hay hoy en el oficialismo. El Frente de Todos inauguró una nueva temporada de internismo, pero esta vez está muy recargada por la proximidad del año electoral.
La Cámpora venía acumulando mucho malestar con Alberto Fernández. Le adjudican provocaciones y operaciones en su contra. La funcionaria de la provincia y ultrakirchnerista Florencia Saintout fue una de las que habló del tema en la reunión del PJ bonaerense de esta semana cuando calificó de “vergüenza” que se conociera que el Presidente definió los cambios de gabinete sin llamar a la vicepresidenta.
El viernes, en el coloquio de IDEA, el Presidente puso el clima más espeso cuando le preguntó a los empresarios “si alguien les pidió un centavo para hacer obra pública”. La pregunta retórica -un bombazo en el marco del juicio de Vialidad- había sido precedida por una férrea defensa de su gestión económica. Fernández utilizó filminas y mostró que la economía creció tres años consecutivos en su mandato, mientras que en el período de Cristina había tenido subidas y bajadas.
“Se envalentonó”, se limitó a decir un colaborador de un funcionario camporista. Ayer nadie salió públicamente a cruzar al Presidente, pero el kirchnerismo se expresará mañana en la Plaza de Mayo por el Día de la Lealtad.
“Estamos absolutamente en descomposición. Todo lo que viene son piñas. El kirchnerismo va a cortar a Alberto en pedacitos por lo de los últimos días”, dijo a LA NACION un dirigente de interlocución directa con Máximo Kirchner.
Esta semana habían existido contactos entre la Casa Rosada y el kirchnerismo para evitar la ruptura total. Un funcionario de extrema confianza de Alberto Fernández habló el jueves con Andrés “Cuervo” Larroque, el “portavoz” del descontento del kirchnerismo. Le explicó que, si bien el Presidente no llamó a Cristina Kirchner para definir los nombres de las nuevas tres ministras, no quiso alardear de su autonomía como reflejó la prensa. “El Cuervo lo entendió”, señaló un colaborador de La Casa Rosada que apuntó que el jefe de Estado pensó en funcionarias “que le respondieran a él sin ser irritativas para el kirchnerismo”.
Otros funcionarios nacionales leyeron, sin embargo, que el Presidente sí buscó empoderarse con las designaciones. Por algún motivo, dicen, Fernández declinó de nombrar en el ministerio de las Mujeres a Marita Perceval, que comparte una historia con el kirchnerismo. La funcionaria tenía buena valoración en los grupos feministas y hasta de la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, pero el Presidente optó por evaluar otros nombres.
Probablemente el inicio del nuevo capítulo de la confrontación se remonte a la cena del Presidente con los “gordos” e independientes de la CGT en Olivos, hace 20 días. Se supo que esa noche el primer mandatario dijo que quiere sostener las PASO y que cree que, tras 20 años de kirchnerismo, es hora de pasar de página. “Ataca al kirchnerismo que fue el que le dio el poder”, dijo a LA NACION un integrante de la agrupación de Máximo Kirchner.
Otro colaborador de las filas del kirchnerismo advirtió: “No es que se esté rompiendo el Frente de Todos, es que Alberto se está quedando solo. Pero él tiene que llegar vivo y respetado a 2023″.
Sin apoyos
La novedad de los últimos días es que los dos sectores que oficiaban de sustento político del Presidente, los movimientos sociales y el sector dialoguista de la CGT, dejaron de referenciarse en el jefe de Estado y comenzaron a cuidar sus propios intereses de cara al 2023. El Día de la Lealtad harán sendos actos para lanzar sus espacios políticos.
“Cuando fuimos a Olivos le dijimos a Alberto que se pusiera en Presidente y le ofrecimos hacerle un acto por el 17 de octubre con la mística de la unidad de 2018. Pero al otro día Máximo y Moyanito -por Pablo Moyano- se ofendieron. Alberto no entendió lo que le fuimos a decir”, lanzó un pope sindical.
Un importante funcionario cercano al Presidente replicó: “Es al revés. Alberto no quiere ir a ningún acto del Día de la Lealtad porque no puede alinearse con un sector. Hay riesgo de ruptura en la CGT y Alberto tiene que estar por encima de eso”.
En la Casa Rosada el jueves se habían aliviado al ver que Larroque asistió al acto de asunción de su par en Nación, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz. Se ocuparon especialmente de invitarlo, al igual que al referente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, que minutos antes de ir a la jura había despotricado contra el Gobierno. Pero Fernández volvió a sembrar discordia cuando fue a IDEA.
Un colaborador que trabaja en la Casa Rosada se lamentó: “Con el atentado en Recoleta todos imaginamos un 17 de octubre con Alberto, Cristina juntos. Duró dos minutos”.
La otra discusión que recorre todas las mesas políticas es la conveniencia de suspender las PASO. Los gobernadores del PJ y muchos intendentes del conurbano se pintan la cara por saltearse esa instancia. A diferencia de las legislativas de 2021, esta vez la idea prendió distinto en el kirchnerismo: sin levantar la bandera del tema, habilita la discusión. “Cristina nunca fue proclive a cambiar las reglas electorales porque cree que no vamos a ganar o perder por eso, sino por la economía. Pero está ganando el pragmatismo”, dijo un colaborador de La Cámpora.
Un dirigente bonaerense de peso que participa de las mesas políticas, sin embargo, habló del “factor Alberto” en la Cámara baja: “El tema es qué van a hacer algunos de nuestros que quieren preservar las PASO, como los que responden al Presidente y al Movimiento Evita. Si una parte del FDT no acompaña, no llegamos al número, aunque acompañen el sector de Javier Milei y los cordobeses”. En la banca que deja Tolosa Paz ingresará Micaela Morán, que responde al massismo. Y Massa quiere sacar las PASO.
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