Claudio Poggi: "Los Rodríguez Saá se disputan el Estado como si fuera una herencia"
Una foto con el papa Francisco y otra de sus días como gobernador sobresalen en el despacho de Claudio Poggi , senador y candidato a gobernador de San Luis por un frente que adhiere a Cambiemos. Sonriente, entrega a LA NACION un folleto que reza: "Poggi gobernador, San Luis Unido", sin menciones a la elección nacional ni a Cambiemos.
El candidato cree que esta vez sí logrará desalojar del poder a los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá , hoy enfrascados en una inédita pelea interna que -asegura- aumenta sus chances en los comicios del 16 de junio. "Se disputan el Estado como si fuera una herencia, solo para mantenerse en el poder, pero la gente sabe que son lo mismo. Este es el final del régimen", asegura quien fue gobernador (2011-2015) y ministro de ambos, antes de su divorcio político de los Rodríguez Saá y su pase a la oposición. En relación con el gobierno nacional, que según asegura le da "mucho apoyo", rescata "el medio vaso lleno" con "el mayor federalismo y la integración al mundo", mientras repite, fiel al libreto oficialista, que él tampoco quiere "volver atrás".
Reconoce, sin embargo, que "la inflación golpea fuerte y afecta a los más vulnerables". Y fustiga a Roberto Lavagna , a quien le atribuye "una visión unitaria del país".
-La novedad de la elección es que los hermanos van separados. ¿Quién es su rival?
-El 16 de junio se eligen en la provincia tres fórmulas, San Luis Unido, y el oficialismo, que se muestra con dos caras, Alberto y Adolfo. Hay tres fórmulas, pero solo dos opciones. Desconozco las razones familiares que llevaron a esto, pero está claro que se disputan el Estado como si fuera una herencia.
-Los conoce bien. ¿Les cree la pelea?
-A los hechos me remito: se han inscripto dos frentes y van a competir entre ellos. Nos quieren hacer creer que los problemas de San Luis son familiares, cuando hay pérdida de fuentes de trabajo, pobreza, invasión de la droga, mala salud. Son los síntomas de un fin de régimen, de ciclo, donde ya a lo único que aspiran ambos es a mantener el poder en sí mismo, lejos de los ciudadanos.
-¿Puede repetirse lo que ocurrió en 2017, cuando ganó las PASO a senador y perdió la general?
-Ahora no habrá PASO y vamos a estar prevenidos de los delitos electorales que nos hicieron, todos denunciados a la Justicia. El aporte de los $80 millones del gobernador a la esposa del senador para repartir electrodomésticos, así como los votos marcados. En esas causas hay procesados y eso está avanzando.
-¿Perdió por eso?
-Sin dudas, es inexplicable ganar por 20 puntos y luego perder por 10. Todo San Luis vio lo que pasó.
-Los Rodríguez Saá tienen fama de buenos administradores...
-La cultura que se ha mantenido en el tiempo fue no endeudarse, aunque hoy se cuestionan el destino clientelar del gasto público y la falta de institucionalidad. Toda esta concentración de poder hace que las instituciones sean débiles, esto afecta a la provincia. Habíamos avanzado durante mi gobierno, pero retrocedimos. Por eso dejé el PJ y armé mi propio partido.
-¿Y el reclamo de fondos a la Nación?
-Hubo un reclamo ante la Corte que obtuvo sentencia durante mi gobierno. La deuda es real y entiendo que no se ponen de acuerdo en el número final entre la provincia y la Nación, pero siempre acompañamos el reclamo.
-¿Cómo hace la campaña en tiempos de crisis económica?
-Es un momento complejo. La inflación golpea fuerte a los más vulnerables, la clase media hace un gran esfuerzo y a veces cuesta ver la luz al final del camino, pero en San Luis hay una elección provincial, nos conocemos todos y sabemos quién es quién: los tres que competimos hemos gobernado. Mirando el vaso medio lleno, no quisiera volver atrás. Goberné San Luis de 2011 a 2015 y hubo federalismo fiscal. La provincia triplicó sus ingresos en tres años.
-El gobernador ha dicho que no quiere esos fondos...
-Dice eso, pero los recibe de manera automática por la coparticipación. La lucha contra los narcos y el autoabastecimiento energético son otros logros, como la integración al mundo y el Indec.
-¿Y el rumbo económico? Muchos aliados radicales son críticos.
-Compartimos el análisis, el radicalismo forma parte del frente que encabezo y no conspira para que salte todo por el aire, contribuye a que mejoren las cosas.
-Trató de miserable y cobarde al gobernador...
-Él estaba presto a despedir a empleados públicos que son candidatos nuestros, todos han pedido licencia sin goce de haberes como marca la ley, es un atropello de autoritarismo y de impunidad. Por supuesto se volvió atrás, pero hay que estar atento a estas acciones feudales.
-Como peronista. ¿Cómo ve la candidatura de Roberto Lavagna?
-No me siento representado. Con Lavagna tuve una mala experiencia representando a San Luis, tiene una visión unitaria del país, no siento que represente a las provincias.
-Los Rodríguez Saá manejan el poder desde hace 36 años. ¿Se sale con una elección?
-Es un proceso, claro, pero en algún momento tenemos que arrancar. El principal desafío es generar puestos de trabajo, hoy hay sometimiento, amenazas, aprietes hacia quien depende del Estado, eso es lo que hay que cambiar. ¡Se dieron 80.000 planes sociales entre las PASO y las generales!
-¿Y se los va a quitar si llega a ganar?
-Fue un uso electoral, pero nadie les va a quitar lo que ya tienen. La idea es mantenerles el ingreso pero darles herramientas para mejorar con un estudio o empleo.
-¿No cree que la pelea entre los Rodríguez Saá lo deja en un segundo plano?
-En el microclima político, que es el 2% de la población de San Luis, puede ser que exista esa sensación. Tenemos un 40% de piso que quiere el cambio en la provincia, ellos van a distraer la atención de sus votantes, el resto de la sociedad sabe que son lo mismo.
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