Claudio Moroni, otro de los ministros apuntados por Cristina Kirchner, está desde hace diez días en Suiza con la CGT
El jefe de la cartera laboral participa del congreso de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra; los gremios respaldan su gestión
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La salida de Matías Kulfas del gabinete nacional generó nerviosismo entre el resto de los ministros. Sobre todo, en aquellos que ya fueron blanco de las críticas del kirchnerismo. Uno de ellos es Claudio Moroni, jefe de la cartera laboral y que se encuentra hace diez días en Ginebra, Suiza, participando del congreso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Tras el desplazamiento de su colega de Desarrollo Productivo, Moroni intentó mostrarse firme y respaldado. Se dejó ver acompañado por Héctor Daer y Gerardo Martínez, referentes de las CGT, que también particpan de la cumbre internacional sobre trabajo.
“Al ministro lo bancan los empresarios, la CGT y ni que hablar el Presidente. Moroni está firme”, dijeron a LA NACION fuentes sindicales desde Suiza. Además, la central obrera recibe con “expectativas positivas” la llegada de Scioli, a quien respaldaron casi de manera unánime en su intento de llegar a la Presidencia, en 2015.
Moroni se encuentra hace diez días en Ginebra, a casi 12.000 kilómetros de Buenos Aires. Tiene previsto regresar al país entre pasado mañana y el jueves, según informaron fuentes oficiales a LA NACION. Comenzó hoy en la OIT la segunda semana con debates plenarios. El funcionario argentino preside hoy la Asamblea de los delegados titulares. Mañana será el turno de exponer de Gerardo Martínez, el representante de los trabajadores argentinos. La mayoría de los paneles tuvieron como eje la inflación que se disparó como coletazo de la guerra en Ucrania, según contaron fuentes sindicales y gubernamentales. Participa también de la cumbre el subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio del gobierno porteño, Ezequiel Jarvis, que está en Suiza desde el 26 de mayo y regresa hoy al país.
Apuntado por el kirchnerismo
A partir de la escalada inflacionaria, Moroni sufre casi a diario presiones desde el kirchnerismo para habilitar aumentos por decreto, como reclamaron, por ejemplo, Hugo Yasky y Juan Grabois. El funcionario se mantiene firme y no cede, y argumenta que las subas salariales solo se darán a partir de las negociaciones paritarias. En Ginebra, el ministro exhibió en las charlas con sindicalistas y otros colegas el repunte que hubo en el último año en lo relativo al empleo. Precisó que el desempleo descendió al 7% y que 87.000 personas consiguieron un puesto de trabajo formal en los primeros cuatro meses de 2022.
El malestar del kirchnerismo con Moroni es de vieja data. Máximo Kirchner, en su rol de jefe del bloque de Diputados del Frente de Todos, caminó con pies de plomo cuando la CGT avanzó en el trato con la Unión Industrial Argentina (UIA) para reducir a 75% los sueldos durante la parálisis por el coronavirus. El diputado camporista le pidió al ministro de Trabajorevisar un acuerdo particular por recortes salariales.
“Mondelez, fábrica de alimentos, los puso a los trabajadores a producir golosinas bajo el paraguas de ‘industria alimenticia y servicio esencial’, se stockeó todo lo que pudo bajo el valor actual para venderlo vaya a saber cuándo y les baja el sueldo a los trabajadores suspendiendo la actividad. Equivocadamente, el Gobierno le homologó ese acuerdo”, dijo Máximo en una sesión. Desde entonces, Moroni siempre estuvo en la mira del kirchnerismo, a pesar de haber levantado el perfil con actividades y la firma de paritarias en 60 por ciento.
Moroni también fue blanco de Pablo Moyano, que encabezó con su tropa de camioneros dos movilizaciones de protesta a la sede laboral. La última protesta fue en febrero de este año, cuando uno de los jefes cegetistas exigió la prórroga del decreto presidencial que, en el marco de la emergencia sanitaria, obligaba a las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) a cubrir automáticamente a los trabajadores en caso de contagiarse Covid. “Vinimos acá a decirle al señor ministro que, de una vez por todas, decida si está con los trabajadores o si está contemplando el acuerdo con las ART que nos han cagado toda la vida, que no atienden a los trabajadores y siempre recaen los gastos en las obras sociales”, exclamó Moyano ese día, con tono desafiante. despida, indemnice y reincorpore
Ya lo había cruzado, además, por rechazar públicamente los acuerdos por la denominada “ley Moyano”, que consiste en la reincorporación con indemnización incluida de los trabajadores en caso de que una empresa cambie de dueño. El conflicto que dividió las aguas entre Moroni y los Moyano fue el de Walmart. “Este es un conflicto de intereses. No hay norma que lo ampare. Igual son legítimos. Los conflictos de intereses existen. No hay una norma que obligue al pago, pero si la empresa lo quiere hacer será un pacto de la empresa”, dijo por entonces el ministro, que tomó distancia del pacto que acordaron Moyano y el empresario Francisco De Narvaéz.
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