Claudio Moroni, el articulador del pacto entre gremios y empresarios
A los pocos días de haber ganado las elecciones primarias de agosto que lo dejaron a las puertas del poder, Alberto Fernández convocó de urgencia a Claudio Omar Moroni, uno de sus amigos de la época universitaria en la UBA y con quien luego coincidió en la política y la función pública. "Te voy a necesitar. Después vemos dónde te ubico: si en la Anses, en la Superintendencia de Seguros o en Trabajo. Lo definimos cuando armemos el rompecabezas", le dijo el exjefe de Gabinete kirchnerista a este abogado de 60 años, forjado en el fuero laboral en Avellaneda, pero dedicado desde algún tiempo al derecho administrativo y al área de seguros.
En la intimidad no se define como kirchnerista, confiesa que se mantuvo alejado de la expresidenta tanto tiempo como lo estuvo Fernández y distingue al Ministerio de Trabajo como el organismo capaz de facilitar el diálogo entre los sindicatos y las empresas. Se imagina en un rol de mediador, al menos en los primeros meses de la gestión, cuando la urgencia marque el ritmo de la agenda.
En el ajedrez sindical, tiene mayor afinidad con el sector de "los Gordos", que encabeza Héctor Daer, que con Hugo Moyano. De hecho, con el jefe camionero no cruzó mensajes ni se reunió personalmente desde que se conoció su designación. Daer, en cambio, le abrió las puertas del gremio de la Sanidad para un encuentro secreto con la cúpula de la CGT. En la CTA, en tanto, lo observan con desconfianza. Sospechan que Moroni privilegiaría el vínculo con los cegetistas y que frenaría los expedientes por inscripciones gremiales en determinados rubros para favorecer a la organización principal de la actividad.
Moroni ocupará el despacho principal de Alem 650. Lo primero que hará Fernández es elevar a rango de ministerio la Secretaría de Trabajo. No hubo transición ni algún intercambio con Dante Sica, el ministro de Producción y Trabajo macrista. Tomará conocimiento del estado de situación la semana próxima. Asegura que no habló con Sica y que no conoce a Lucas Fernández Aparicio, el secretario de la cartera laboral.
Trabaja en un estudio jurídico propio en el que último tiempo combinó su actividad como abogado especializado en el área de seguros con las conversaciones con sindicalistas y empresarios.
Con una charla pendiente con Fernández para definir los nombres de su equipo y los primeros desafíos, Moroni imagina dos medidas de inmediato: la convocatoria a una mesa de negociación a empresarios y sindicalistas que anticipe la creación por ley del Consejo Económico y Social, y un compromiso a recomponer los salarios y las jubilaciones. Descree de un pacto antidespidos y de un proyecto de ley que establezca una doble indemnización, y evalúa como una medida de corto plazo darles un marco de resguardo a los trabajadores de aplicaciones, como los deliverys de Rappi o Glovo.
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