Clases. El Gobierno gana tiempo mientras Zannini y la Casa Rosada trabajan el planteo a la Corte
Destacan que hay plazo hasta el lunes y que presentarán argumentos sanitarios y legales; evaluarán la situación epidemiológica la semana próxima para definir el regreso a clases
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La Procuración del Tesoro, que comanda Carlos Zannini, pero también los equipos jurídicos de la Jefatura de Gabinete y de la Secretaría Legal y Técnica elaboran la presentación que el Gobierno hará ante la Corte Suprema para defender la suspensión de las clases. El Gobierno trabaja sin apuro y gana tiempo, sobre todo luego de que un fallo de un juez federal le diera la razón a Alberto Fernández, en una resolución que complejizó aún más el laberinto judicial y que fue desconocida por la Ciudad.
“Hay plazo hasta el lunes (incluido), difícilmente enviemos el escrito hoy”, dijo a LA NACION un importante colaborador de la Casa Rosada que estuvo en contacto con los equipos jurídicos que están sobre el tema. “Ya hay un fallo federal que nos da la razón”, agregó. En el equipo que trabaja la estrategia jurídica también tiene cierta incidencia el jefe de asesores presidenciales, Juan Manuel Olmos, que estuvo en contacto con Zannini en las últimas horas. Conoce al dedillo a la justicia porteña y siempre tuvo puentes con los funcionarios de la Ciudad.
Según fuentes oficiales, el descargo de Nación tendrá un componente jurídico y otro sanitario. El Ministerio de Salud ya elevó a los abogados un informe con los indicadores epidemiológicos para sustentar la repentina medida que tomó el Presidente la semana pasada cuando cortó la circulación a partir de las 20 y suspendió las clases por dos semanas. Buscarán demostrar con datos las alarmantes proyecciones que había en términos de contagios y ocupación de camas de terapia intensiva.
Luego estarán los fundamentos legales: dirán que se trató de una medida sanitaria y no educativa -para eludir la cuestión de la autonomía porteña- y reforzarán que el DNU presidencial tiene fuerza de ley, máxime si se logra su validación en el Congreso, como espera hacer el oficialismo la semana próxima.
Una vez que esté culminado el escrito, se espera que el Presidente realice la revisión final y defina si presenta el escrito esta semana o espera al último minuto, el lunes.
Después de los 15 días
En la Casa Rosada nadie se anima a afirmar que las clases presenciales volverán a partir del 3 de mayo, cuando culmine el DNU actual. Hoy, por caso, impactó el récord de muertos. En el Gobierno aseguran que la “voluntad política” es que la medida sea “focalizada y temporal” y que a partir de mayo se transite a algún esquema mixto que vuelva a vincular a los alumnos con las aulas. Pero la prioridad número uno en el Gobierno es evitar la saturación del sistema de salud, y ese será el parámetro guiará las decisiones.
“Alberto tiene la voluntad de regresar a la presencialidad pero el ritmo de la agenda lo va a marcar la cuestión sanitaria, no la política”, dijo hoy un importante portavoz oficial. Nadie desconoce en la Casa Rosada el costo que tiene la decisión de interrumpir la actividad en las aulas: ya desde el año pasado las encuestas que llegan a Balcarce 50 arrojan que se trata de un tema que genera fuerte antipatía social.
Ayer, el Presidente se reunió con su ministro de Educación, Nicolás Trotta, principal herido interno por la suspensión de clases. De ese encuentro, además de un alineamiento, surgió que el Gobierno buscará esquemas alternativos para volver a una presencialidad “administrada”, como una señal hacia adelante. Mientras tanto, lo que rige es la medida de shock, y por eso el Gobierno intimó ayer, sin éxito, a que las escuelas privadas cierren sus puertas.
Trotta dijo hoy en una entrevista a Página 12, consultado sobre lo que ocurrirá a partir de mayo: “Analizaremos la realidad epidemiológica y el nivel de circulación. Sobre esa base evaluaremos qué medidas podemos adoptar para transitar un esquema de presencialidad”.
El ministro le acercó a Fernández alternativas para que la decisión a tomar no sea “la presencialidad o la nada”. En rigor, el funcionario ya había presentado lineamientos para que las provincias pudieran pasar a esquemas intermedios antes de que se conociera el DNU oficial. En ese momento, lo que se intentaba era persuadir a los gobernadores de que buscaran opciones para no desvincular completamente a los chicos de las aulas si la situación epidemiológica se complicaba en sus territorios. Ahora es el Presidente el que debe convencerse de lo mismo.
Según había trascendido, en el último Consejo Federal de Educación se habló de la posibilidad de disminuir la frecuencia de asistencia a clases, priorizar la circulación de la comunidad educativa sobre otras actividades, limitar las actividades de socialización por fuera del ámbito escolar y tomar definiciones en la menor unidad geográfica posible.
“No hablamos de virtualidad sino de modelos de educación a distancia con alternancia de presencialidad y no presencialidad. Para nosotros es importante sostener la mayor presencialidad posible y es también la agenda del Presidente”, dijo Trotta en las últimas horas.
En Casa Rosada aseguran que recién la semana que viene, más cerca del vencimiento del DNU, tomarán la decisión. “No está nada definido. Hasta ahora lo único que vemos es que los casos se desaceleraron, en una meseta de unos 30.000 positivos diarios que aún hay que ver cómo evoluciona”, dijo un importante colaborador presidencial.
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