Cinco claves de la reforma electoral: quiénes ganan y quiénes pierden con la nueva boleta única de papel

La sanción de la nueva boleta única de papel (BUP) en la Cámara de Diputados provocó escenas paralelas de festejos políticos, especialmente entre el Gobierno y sus aliados, y de contrariedad en el peronismo y otras fuerzas de oposición que no quedaron del todo conformes con la iniciativa. Sin embargo, la mayoría de los especialistas y dirigentes consultados por LA NACION coincidieron en destacar que la reforma significa un avance para la transparencia institucional porque acota el riesgo de maniobras tendientes al fraude.

Aquí, cinco claves de una reforma considerada histórica, porque a partir de los comicios legislativos del año próximo se cambiará el sistema de papeleta partidaria por primera vez desde la restauración democrática, en 1983. Y se aplicará un nuevo modelo que, con matices, ya funciona en provincias como Mendoza, Córdoba y Santa Fe. Entre los detractores de la BUP, en tanto, sostienen que tenderá a fragmentar el sistema político nacional y que habrá prevalencia de fuerzas nuevas y pequeñas sobre las estructuras tradicionales.

¿En qué consiste la modificación del sistema de votación?

Establece el reemplazo de la tradicional boleta partidaria por una Boleta Única de Papel que, en una sola hoja, exhibe toda la oferta electoral disponible en un distrito. Así, el votante puede elegir a sus representantes en diferentes rubros -diputados, senadores, intendentes, gobernadores, presidente- colocando una tilde al lado de su nombre. Entre los argumentos en favor de la iniciativa se encuentra la eliminación de la “lista sábana”, la baja del gasto de financiamiento en la impresión de papeletas por parte del Estado y el bloqueo a los negocios de los llamados “sellos de goma” que se presentan a elecciones para cobrar ese presupuesto. También se elimina el “voto cadena” y el robo de boletas como un mecanismo de fraude electoral.

¿Quiénes ganan y quiénes pierden con la nueva BUP?

En principio, se considera que el Gobierno y algunos de sus aliados, que promovieron el cambio en la boleta de votación desde antes de la llegara de Javier Milei al poder, se podrían beneficiar en las próximas elecciones legislativas, dado que La Libertad Avanza tiene una estructura partidaria en formación y carece de una representación a nivel nacional. A su vez, los gobernadores de fuerzas provinciales, como Río Negro o Misiones, que padecen el “efecto arrastre” de las alianzas nacionales, también salieron favorecidos por la modificación sancionada en el Congreso. Entre los perdedores, la propia votación en Diputados reflejó que el peronismo, nucleado en Unión por la Patria, no quería la nueva normativa y buscó bloquearla, sin éxito.

¿Por qué se opuso el PJ y qué pasará en la provincia de Buenos Aires?

El peronismo siempre utilizó la boleta partidaria como parte de su logística para movilizar a la militancia y fidelizar el voto, en especial en la provincia de Buenos Aires. Por eso rechazó la instauración del voto electrónico durante el gobierno de Mauricio Macri y ahora se opuso a la boleta única de papel, con el argumento de que el actual sistema funciona bien y el nuevo instrumento provocará una atomización de fuerzas políticas en el Congreso. En medio de esta resistencia a la BUP, el gobierno de Axel Kicillof podría desdoblar en la provincia de Buenos Aires la elección nacional de la bonaerense, porque -según dijo un importante funcionario- considera “innecesario cambiar un sistema que no tiene hechos de fraude”.

¿Qué opina la Justicia sobre el cambio del sistema electoral?

La Cámara Nacional Electoral viene afirmando desde 2007, en múltiples acordadas, su postura favorable al reemplazo de la boleta partidaria, sobre todo en lo atinente al financiamiento de la impresión de las boletas para los partidos políticos por parte de las arcas del Estado, más aún en la instancia de las primarias abiertas y obligatorias (PASO). Los jueces de este tribunal fueron invitados a participar del debate en el Congreso, pero optaron por no hacerlo porque, llegado el caso, tendrán que pronunciarse ante una eventual judicialización de la nueva normativa. Además, serán parte de la organización de los próximos comicios con la BUP. Para estos jueces, la nueva boleta hará más transparente, eficaz y económica la organización de los comicios.

¿Por qué parte de la oposición no quedó conforme con la reforma?

Porque el modelo de BUP sancionado elimina el “botón de lista completa”, que es un casillero que al ser tildado permite votar a todos los candidatos de la misma fuerza. Sectores de la UCR y de Encuentro Federal -el grupo referenciado en Miguel Pichetto- insistirán más adelante para que sea incorporado. Es que la reforma tiende a acotar la influencia de los partidos tradicionales, no solo la del PJ, y a favorecer a las fuerzas nuevas. Por ahora, la boleta única se aplicará como en Mendoza, donde los partidos políticos están ordenados en el margen superior de la hoja -de izquierda a derecha- y sus candidatos fijados por categorías en el costado derecho del papel. El orden de los partidos, determinante con este modelo, será sorteado por la Justicia.

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