Coronavirus: el Gobierno se prepara para cerrar las fronteras para los extranjeros
El Gobierno se prepara para prohibir el ingreso de extranjeros al país, según confirmaron a LA NACION fuentes oficiales. Los detalles de la resolución, que saldría publicada en las próximas horas, eran debatidos esta noche en la Casa Rosada entre el presidente Alberto Fernández y algunos colaboradores.
La medida comenzaría a regir después de las Fiestas, aseguró un hombre de confianza del Presidente. Así, a casi dos mes de habilitar el ingreso a la Argentina de turistas provenientes de Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y Uruguay, el Gobierno restringirá esa posibilidad. En cambio, no habrá impedimentos para los argentinos que viajen al exterior.
El rebrote en algunos países de la región y Europa encendió las alarmas en Balcarce 50. "El Presidente está muy preocupado", confiaron allegados al jefe del Estado. Tres ministerios monitorean la situación epidemiológica del mapa mundial para evaluar posibles bloqueos al tráfico internacional con determinados países.
Si bien "el cierre total de fronteras hoy es la última opción", desde una de las carteras involucradas en la decisión anticiparon que están "estudiando la situación país por país". Desde el principio el objetivo del gobierno nacional es evitar el aislamiento total, por eso se ampliará la prohibición de los vuelos que se fijó para Gran Bretaña.
Ginés González García le llevó esta tarde su preocupación al Presidente por los países limítrofes que vieron repuntar pronunciadamente la curva de casos en los últimos días, especialmente Brasil. Una de las alternativas que el ministro puso sobre la mesa es la suspensión de los vuelos con algunos países de la región y por un plazo determinado. Todo deberá ser analizado por Fernández, el Ministerio del Interior y otros funcionarios que intervenían para tomar la definición política. El Gobierno también pone especial atención en los países que reportaron la presencia de la segunda cepa en Europa.
Según las fuentes oficiales, el principal foco del Gobierno está puesto en aquellos países que confirmaron la presencia de la nueva cepa del coronavirus, que azotó a Gran Bretaña y que se reveló como más contagiosa. Ubican en esa lista (siempre provisoria) a Italia, Dinamarca, Holanda y Australia. "Lo que se hizo con Inglaterra se podría ampliar a otros países", dijo un portavoz oficial.
Del "comité" de análisis no participa la Cancillería, a cargo de Felipe Solá. Según con quién se hable, algunos colaboradores atribuían esa decisión a que no está todavía sobre la mesa el cierre total al mundo, que fue lo que en marzo obligó al Ministerio de Relaciones Exteriores a ocuparse de la repatriación de los argentinos, dado que el trabajo de esa cartera es "fronteras afuera". Otros agregaban que pesa sobre Solá todavía el enfriamiento de la relación con el Presidente.
Por otra parte, los funcionarios siguen con atención las medidas sanitarias de los países vecinos. En las últimas horas sobrevoló la idea de suspender el intercambio turístico con Brasil, que atraviesa un fuerte rebrote de casos de coronavirus. Uruguay, en tanto, se puso al frente de las medidas más restrictivas, ante el temor que provocó un repunte de la curva de contagios. A través de una ley especial, resolvió el cierre total de sus fronteras durante tres semanas.
En el oficialismo no hay una postura uniforme sobre la actitud a tomar frente a la aparición de la nueva cepa y frente al ascenso de casos que se registró en los últimos días en la Argentina. Axel Kicillof, que está de frente a la temporada de verano en la costa atlántica, es partidario de un cierre más enérgico. "Habría que extender lo que se hizo con Gran Bretaña a toda Europa", señalaron cerca del gobernador bonaerense. Habrá que ver cuánto talla su postura en la decisión final.
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