Choque con EE.UU. por el avión demorado en Ezeiza
Washington pidió explicaciones por la incautación de material; la Argentina responderá con una queja
WASHINGTON.- El incidente con el avión militar norteamericano demorado en Ezeiza, que según las autoridades argentinas contenía "carga sensitiva" no declarada para el dictado de un curso de entrenamiento policial en el país (que fue suspendido), escaló en las últimas horas hasta derivar en un serio conflicto diplomático. El Departamento de Estado le pidió ayer "explicaciones" al gobierno de Cristina Kirchner y no ocultó su fuerte malestar, y la cancillería argentina respondió anoche, en un comunicado, que formulará una protesta e instó a Washington a colaborar con la investigación.
Anteayer, después de dos días de silencio sobre el episodio, la Cancillería informó que la carga no declarada fue incautada y que el caso está siendo investigado por la justicia en lo penal económico.
El incidente llevó a la cartera de Hillary Clinton a solicitar, primero, explicaciones formales al embajador argentino en esta ciudad, Alfredo Chiaradia. Pero, al caer la tarde de ayer y persistir la insatisfacción, se agregó una llamada telefónica del subsecretario adjunto para la región, Arturo Valenzuela, al canciller Héctor Timerman. Durante la comunicación se expresó la misma incomodidad, informaron fuentes del Departamento de Estado a La Nacion. "Hemos llamado al embajador argentino en Washington para manifestarle nuestra sorpresa por la forma en que las autoridades [del gobierno argentino] manejaron una misión que estaba perfectamente acordada", dijeron las fuentes.
Por la noche, el canciller Timerman informó que el gobierno de Cristina Kirchner presentará una protesta formal a los Estados Unidos por el ingreso de "material camuflado dentro de un cargamento oficial".
Al describir el material incautado en el control efectuado en Ezeiza, Timerman dijo que se encontraban "desde armas hasta diferentes drogas, entre otras, varias dosis de morfina". Afirmó, además, que también se intentó "ingresar al país material para interceptar comunicaciones, varios GPS de una sofisticación reveladora de su potencia, elementos tecnológicos que contienen códigos caratulados como secretos y un baúl completo con drogas medicinales vencidas" (ver aparte).
El incidente por la carga que transportaba el avión C-17 Globemaster III había empezado el jueves último. Lejos de amainar, la tensión creció con el correr de los días, hasta que Valenzuela le comunicó a Timerman su preocupación "por la forma en que el gobierno argentino está manejando una cuestión sobre la que había perfecto entendimiento previo", según trascendió de fuentes norteamericanas.
El malestar en Washington llevó también a que el gobierno de Obama reclamara "la inmediata devolución de todo el material" militar que las autoridades argentinas retuvieron, dijeron las mismas fuentes.
En una primera respuesta informal, el canciller escribió en Twitter que "todo el material declarado fue liberado sin dilaciones. Lo incautado no figuraba en la lista entregada por la embajada". Luego, en el comunicado, explicó que el avión norteamericano violó las leyes argentinas al intentar ingresar "material camuflado dentro de un cargamento oficial de los Estados Unidos".
El gobierno norteamericano rechazó cuestionamiento alguno sobre el cargamento. "El listado concordaba con lo informado previamente" y se trataba del "material habitual" para el entrenamiento policial que se había acordado, todo eso lleva a que Washington exprese malestar por la "lenta y detallada" pesquisa a la que fue sometido en Buenos Aires.
"Tampoco entendemos por qué, si había alguna duda, no se la manejó por los canales diplomáticos habituales en vez de hacerlo de esta forma", dijeron voceros del Departamento de Estado a LA NACION. Según pudo saber este diario, Timerman pasó parte del día en el aeropuerto de Ezeiza abriendo cajas y ordenando forzar candados de la carga del avión.
El nuevo cruce con Estados Unidos se produce como parte de una escalada en la que el canciller Timerman acusó al gobierno de Obama de enseñar "prácticas de tortura" en academias policiales.
La ofensiva del canciller coincidió con el momento en que el Gobierno se enteraba de que la Argentina no formaba parte de la primera gira regional del presidente norteamericano, que sí, en cambio, visitará Brasil y Chile.
Al destaparse este nuevo incidente, la primera reacción del Departamento de Estado fue convocar al embajador Chiaradia para que explicara lo ocurrido. Eso ocurrió el viernes, pero recién se lo confirmó ayer.
Por lo que trascendió, dentro de las cordialidades habituales en estos casos, fue una reunión con tramos "duros", en los que se transmitieron sorpresa y malestar por el incidente, según se recogió en fuentes locales.
Horas después, el Departamento de Estado insistía en la necesidad de "explicaciones" por parte del gobierno argentino. Esa insistencia ratificó aquí la impresión de que la crisis está siendo manejada directamente por Timerman desde Buenos Aires y con relativa participación de la embajada local.
La cartera de Clinton acusó malestar por el incidente y pidió moderación en su desarrollo, como parte del deseo de mantener el buen tono de las relaciones entre países, según dijeron fuentes locales.
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