Chaco llevará adelante el primer “juicio por la verdad” por el etnocidio de Napalpí, ocurrido hace 98 años
El proceso comenzará el próximo martes y juzgará como crímenes de lesa humanidad el asesinato de miembros de pueblos indígenas perpetrado por agentes armados del Estado nacional y del entonces Territorio Nacional del Chaco
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Este martes, cuando se conmemora el “Día del Aborigen Americano”, en los tribunales federales de Chaco se abrirá un juicio histórico que busca dilucidar qué pasó, quiénes fueron los responsables y cuántas fueron las víctimas de lo que se conoce como la Masacre de Napalpí.
Se trata de un “Juicio por la verdad” que juzgará como crímenes de lesa humanidad -a casi cien años de haber ocurrido- un etnocidio perpetrado por agentes armados del Estado nacional y del entonces Territorio Nacional del Chaco.
“Uno de los objetivos de este juicio es fijar el modus operandi en lo que hace a la represión oficial de una protesta. Fijarlo, porque puede repetirse si no tenemos en claro este proceso”, dijo a LA NACION el fiscal federal de la causa, Federico Carniel, quien además, al contextualizar el proceso, recordó que en las reducciones indígenas “hubo un intento de disciplinamiento de la clase dominante” a través de los recursos del Estado, para conseguir mano de obra barata, semiesclava.
Con respecto al tiempo transcurrido, que es una de las variables novedosas de este proceso, que está a punto de comenzar 98 años después de la masacre, el fiscal sostuvo que “no hay un tiempo para que el Estado asuma el compromiso de reconocer su responsabilidad”, dado que, además, “ya la Constitución de 1853 preveía los crímenes contra el derecho de gente y contra la sociedad”.
La causa
Todo el proceso empezó en el año 2004. Desde entonces la fiscalía hizo la instrucción, tomó testimoniales y recolectó todas las pruebas que se reproducirán ahora de manera oral y pública en el juicio. Toda esa instrucción se llevó adelante teniendo siempre presente la voluntad de las comunidades y un equilibrio en cuanto a los testigos y documentos con la idea de equiparar las voces y miradas criollas y aborígenes.
El juicio está a cargo de la jueza federal N°1 de Resistencia, Zunilda Niremperger, quien el 24 de febrero pasado llevó adelante una audiencia preliminar en la que se fijaron fechas y pautas para el debate. En dicha audiencia se acordó el inicio del “juicio por la verdad” para este 19 de abril, a las 8. Ese debate inaugural se realizará en la Casa de las Culturas de Resistencia.
En esa primera audiencia se realizarán los alegatos de apertura y se reproducirán registros audiovisuales del historiador Qom Juan Chico (pieza clave en el juicio, muerto por Covid en 2021) y de los sobrevivientes Pedro Balquinta y Rosa Grilo. Intervendrá además la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de la jurisdicción, integrada por los fiscales generales Carniel y Carlos Amad, el fiscal federal Patricio Sabadini y el fiscal ad hoc Diego Vigay.
La segunda y tercera audiencia de Resistencia están previstas para el 26 y 27 de abril. El 3 de mayo, en la Casa de las Culturas de Machagai, declararán los descendientes de los sobrevivientes de la Masacre. Luego se realizarán dos audiencias en el espacio por la Memoria de la exESMA de la ciudad de Buenos Aires. Esto ocurrirá el 10 y 11 de mayo. Se cree, finalmente, que el 19 de mayo ocurrirán los alegatos de la fiscalía y las querellas en Resistencia.
La masacre
La matanza indígena conocida como la “Masacre de Napalpí” ocurrió el 19 de julio de 1924, cuando más de un centenar de policías, gendarmes y colonos fusilaron a miembros de las comunidades Qom y Moqoit que reclamaban mejores condiciones de vida y laborales en la reducción. Ese día fueron asesinadas, mutiladas y enterradas en fosas comunes cientos de personas, entre los que se encontraban niños, mujeres y ancianos. Se cree además que la represión continuó durante los meses posteriores, con la persecución a quienes habían sobrevivido al ataque.
“Por eso es imposible saber exactamente la cantidad total de fallecidos, pero se estima que serían cerca de 400 las víctimas de la masacre”, aseguró a LA NACION el fiscal Vigay.
Fuera de ese hecho puntual, habría más muertos. De hecho, una de las investigaciones agregadas a la causa sostiene que “la masacre fue parte de un proceso mucho más amplio, en el cual el propósito explícito era la anulación del sujeto para su conversión en otro, la destrucción de su historia, su idioma, de la relación espiritual con la naturaleza y el mundo con el que se sentía parte”.
En ese marco Vigay dijo que “la fiscalía hizo una reconstrucción de las responsabilidades que van desde el presidente de la Nación al interventor federal de la provincia del Chaco de esos años, pasando por el jefe de la Policía. Es un listado de alrededor de 40 personas, identificadas con nombre y rol, aunque las responsabilidades serían de alrededor de 150 personas”.
El contexto
Los reclamos indígenas tuvieron lugar a principios del siglo ya que se había creado un sistema de reducción en ciertos territorios del Chaco y de Formosa con poblaciones Qom y de otras etnias, en donde grupos de familias trabajaban en tareas rústicas de recolección a cambio de una mísera retribución.
Este sistema de explotación del trabajo indígena que funcionó entre 1911 y 1956 dio paso a esa “Reducción Estatal para Indígenas de Napalpí” –hoy “Colonia aborigen”, ubicada a 148 kilómetros al Noroeste de Resistencia, entre Machagai y Quitilipi– que reunía familias de las comunidades Qom y Moqoit en una extensión de 22.500 hectáreas. Todos estaban afectados al trabajo de recolección del algodón en una suerte de mano de obra esclava con jornadas de 12 y 14 horas en condiciones poco humanas.
El día de la masacre, en la Reducción Napalpí se produce una protesta por las condiciones de vida paupérrimas y la explotación laboral. La respuesta por parte de las autoridades fue una brutal represión practicada por 130 hombres pertenecientes a las fuerzas de seguridad de la época del Territorio Nacional del Chaco: Policía Territorial y Gendarmería Nacional.
Reprimieron con fusiles y otras armas. Hasta usaron un avión que, haciendo vuelos rasantes, descargaba ametralladoras contra las personas que se estaban manifestando. Una fotografía de ese avión es clave en el proceso.
Los testimonios
En el juicio se recibirán los testimonios de investigadores e investigadoras indígenas y las declaraciones de hijos, hijas, nietos y nietas de distintos sobrevivientes Qom y Moqoit, que contarán lo revelado por sus padres, madres, abuelas y abuelos, según la tradición ancestral del relato oral. También se recibirá el testimonio 20 investigadores criollos, entre los que se encuentran antropólogos, sociólogos, historiadores y periodistas, que han trabajado durante varios años con mucha documentación y testimonios
“Por la información que tenemos, no existen otros casos de juzgamiento en un formato de juicio por la verdad como crimen de lesa humanidad de otra masacre indígena en toda Latinoamérica. Existieron instancias de investigación y de reparación, pero no un juicio de estas características”, cerró Vigay.
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