Alberto Fernández cenó con empresarios, tras un diagnóstico severo de la ministra de Economía

MADRID.- Necesita su apoyo y los convocó. Alberto Fernández expuso anoche sus mejores argumentos de candidato ante un grupo de fuertes empresarios españoles. Quiere sumarlos en un "nuevo capítulo" de inversiones en el país.

Fue una cena privada fuera de la ciudad. Llegaron allí representantes de las principales empresas con intereses en la Argentina.

Telefónica, Iberia, el grupo Insud y, sobre todo, representantes de la banca. Entre ellos, de los principales bancos españoles y con intereses en la Argentina: BBVA; Caixa, que también opera en energía, y el Santander, con cuya presidenta, Ana Botín, Fernández conversó días atrás. Asistió también una representación de empresarios pymes con proyectos de internacionalización.

Tras su cita con el socialista Pedro Sánchez, el exjefe de Gabinete contaba ya con la promesa de respaldo político español. Un espaldarazo que podría traducirse en apoyo en organismos de crédito internacional, con el FMI a la cabeza. La primera pieza de un dominó que deberá ser mucho mayor.

Delicada, la reunión se preparó con esmero. Contra la necesidad de financiamiento se apostaba al cebo de la unidad política. "Un proyecto con fuerte respaldo termina por atraer", fue uno de los argumentos. Sobraba entusiasmo. Tanto como para pensar que, en una nueva etapa, no serán pocos los que "terminen golpeando la puerta" para participar de futuros negocios en el país.

Más cauta pareció la ministra de Economía española Nadia Calviño, que poco antes de que Fernández iniciara su cita privada con los inversores, alertó sobre la "inestabilidad" en nuestro país. Un escenario que se trasladará a las empresas españolas que allí operan.

No ahorró detalles en su diagnóstico. La Argentina "no está consiguiendo atacar la inflación, recuperar el crecimiento económico y, lo que es más importante, que la población tenga una perspectiva positiva de futuro", describió.

No es para la responsable económica algo pasajero, sino que compone un "cuadro complejo". Sobre todo, teniendo en cuenta que es uno de los países con mayor programa financiero del FMI: casi 60.000 millones de dólares. Contra la alerta amarilla de la ministra Calviño capeaba el esfuerzo para dejar argumentos que renueven el interés y nutran "el segundo capítulo" inversor del que habló el candidato.

"No es cuestión de miedos o no miedos, sino de explicar las cosas claras", argumentaban en sus filas antes de sumarse al encuentro.

La moderación con la que expuso ayer Fernández fue una señal. Un dardo para alejar lo que en ese universo evoca el nombre de Cristina Kirchner. Sobre todo, después del trauma que dejó la expropiación de Repsol.

Quisieron conocer la posición del candidato. Son los mismos hombres con las mismas preguntas que creyeron haber dejado atrás hace cuatro años. Cuando empezó a cristalizar el deshielo y se reconstruyeron relaciones luego de las heridas dejadas por los años del kirchnerismo.

La cita fue en la apartada residencia del embajador de Uruguay, Fernando Bustillo, amigo del exjefe de Gabinete.

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