Caso SUBE: absolvió el Banco Mundial al auditor que se hizo militante kirchnerista
Una investigación interna asegura que no tuvo responsabilidad en la elección de una oferta $10 millones más cara para controlar la tarjeta
El escándalo por la supervisión de la tarjeta SUBE es historia para el Banco Mundial. El organismo resolvió absolver a Andrés Pizarro, el funcionario de la entidad encargado de garantizar la transparencia de la millonaria licitación que fue cancelada por el Gobierno ante sospechas de irregularidades.
La oficina Integrity Vice Presidency del Banco Mundial, responsable de la investigación administrativa, consideró que el ex gerente Pizarro no violó ninguna normativa interna en el proceso que culminó con la polémica adjudicación del contrato a la UTE liderada por Stephen Chandler.
Pizarro abrazó la causa kirchnerista aún siendo funcionario del Banco Mundial
"La investigación exhaustiva no encontró evidencia de mala conducta de su parte, es decir, no hay ninguna razón para creer que Pizarro participó de corrupción o que tenía algún interés en el resultado de la licitación", señaló la resolución interna a la que accedió LA NACION. El documento, emitido el 18 de febrero de 2014 en Washington, sentenció: "Hemos investigado y no se ha encontrado ninguna prueba. No están previstos más procedimientos".
Pizarro es un ingeniero chileno especializado en transporte que fue gerente del Banco Mundial hasta 2011. Paso a paso, el consultor avaló desde el inicio la supervisión de la SUBE. Primero, acordó los números del contrato con los funcionarios de la Secretaría de Transporte. Después, auditó los distintos pasos de la licitación. Emitió cinco cláusulas de "no objeción" entre julio de 2009 y octubre de 2010, ante los momentos clave de la licitación.
Una vez firmado el contrato, Pizarro renunció a su puesto para quedar vinculado al organismo como consultor. El ingeniero había forjado una estrecha relación con los funcionarios de la Secretaría de Transporte a los que debía controlar. "Está todo avalado por el Banco Mundial. Acá tenés el e-mail de no-objeción de Pizarro", justificaban los funcionarios de Transporte ante este cronista para justificar la legalidad del proceso que después fue suspendido por el Gobierno y ahora investiga la Justicia. Los correos electrónicos de Pizarro funcionaban como un aval para que las autoridades siguieran adelante con la licitación que culminó con la adjudicación de una oferta $10 millones más cara.
La investigación interna del Banco Mundial requirió encuentros con todos los personajes del caso, tanto funcionarios públicos como empresarios
Pizarro abrazó la causa kirchnerista aún siendo funcionario del Banco Mundial. Comenzó una activa militancia que incluyó charlas especializadas y actos públicos con agrupaciones oficialistas. Ya como consultor externo, la entidad le asignó un proyecto en Asia, pero él mantuvo sus vínculos con Buenos Aires, donde se siente parte de un proyecto político. Creó la agrupación "Las 3 banderas", escribía en su blog artículos en favor del Gobierno y hasta intercambió mensajes en Twitter con distintos referentes del kirchnerismo.
Una vez que estalló el escándalo, Chandler lanzó la más dura acusación en su contra. Mostró un e-mail privado fechado en un momento clave de la licitación en el que uno de los socios argentinos de la SUBE asegura que Pizarro les había asegurado un trato privilegiado.
Confidencialidad
La investigación interna del Banco Mundial requirió encuentros con todos los personajes del caso, tanto funcionarios públicos como empresarios, bajo un estricto protocolo de confidencialidad. Según pudo reconstruir este medio, los miembros del organismo estuvieron en noviembre de 2012 en Buenos Aires.
"Fue una suerte de indagatoria. Te preguntan miles de cosas, hasta los más insólitos detalles. Fueron varias reuniones que duraron, por lo menos, tres horas. Se llevaron mucha documentación", confesó a LA NACION una fuente que participó en el proceso.
La investigación incluyó el viaje a Londres de un funcionario del Banco Mundial, de nacionalidad italiana, para entrevistar a Stephen Chandler, el consultor inglés que era el jefe de la supervisión del boleto electrónico. "Los funcionarios del banco no podían entender el fenómeno de Chandler. No entendían cómo una persona así había llegado a ser el jefe de la SUBE", agregó la fuente.
LA NACION intentó conocer más detalles sobre la investigación, pero desde el Banco Mundial fueron escuetos. "El Sr. Pizarro se ha retirado en 2011 y es elegible para oportunidades de consultoría", dijeron. Este medio también intentó comunicarse con la oficina de Integrity Vice Presidency, en Washington, pero no recibió ninguna respuesta. Tampoco Pizarro quiso hablar.
No era la primera vez que la sede central del Banco Mundial recibía noticias de la polémica supervisión de la SUBE. Desde Washington, el organismo había avalado en reiteradas oportunidades el procedimiento. El ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi- que firmó el contrato – afirmó que el concurso había pasado "14 veces por el directorio del Banco Mundial".
iruiz@lanacion.com.ar
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