Caso “Chocolate”: la Justicia decidió que los massistas Claudio y Facundo Albini sigan presos
La Casación bonaerense rechazó un recurso de queja; los exfuncionarios están detenidos desde hace un año; se quedaban con los sueldos de “ñoquis” de la Legislatura que recaudaba el puntero del PJ Julio Rigau
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El exconcejal massista Facundo Albini y su padre, el exsubdirector de personal de la Legislatura bonaerense Claudio Albini, seguirán detenidos. El Tribunal de Casación Penal de La Plata rechazó un recurso de queja que plantearon en la causa donde están investigados por apropiarse de los sueldos de empleados “ñoquis” de la legislatura provincial junto a Julio “Chocolate Rigau”, el puntero del PJ que fue detenido mientras retiraba dinero de cajeros del centro de La Plata con 48 tarjetas de débito ajenas.
El fallo fue dictado por la Sala II del Tribunal de Casación de La Plata, integrada por los jueces Fernando Mancini y María Florencia Budiño. Se trata de un golpe al financiamiento ilegal de la política y mantiene tras la rejas al exconcejal y a su padre. La semana pasada, el mismo tribunal había rechazado todos los recursos de Chocolate Rigau y también lo había dejado preso a la espera del juicio oral.
Todos están acusados en la misma causa. Rigau fue detenido el 9 de septiembre del año pasado cuando sacaba dinero de las cuentas sueldo en un cajero automático del centro de La Plata con 48 tarjetas de débito que no eran suyas. Y los Albini cayeron el 23 de noviembre de 2023 y desde entonces están tras las rejas, procesados con prisión preventiva.
La investigación está a cargo de la fiscal platense Betina Lacki y del juez Federico Atencio. “Chocolate” fue liberado a los 13 días de ir preso por una disposición de los camaristas platenses Alejandro Villordo y Juan Benavides, pero tras el estrépito público que generó, el fallo fue revocado y Rigau volvió a prisión el 14 de octubre del año pasado.
Los jueces del tribunal de Casación rechazaron la queja de los Albini, que cambiaron de abogados y ahora son representados por Maximiliano Rusconi. Habían interpuesto una queja contra la decisión de la Sala III de la Cámara de La Plata, que dejó firme la prisión preventiva de ambos.
Los defensores alegaron que la “errónea y arbitraria” decisión que confirmó la prisión preventiva de sus asistidos no puede pretenderse “inimpugnable”. Invocaron pactos de Derechos Humanos y denunciaron la “arbitrariedad” de lo resuelto.
Pero los camaristas dijeron que “la queja no prospera pues el recurso de casación fue correctamente declarado inadmisible”. Y sostuvieron que no se cumplen las exigencias para su tratamiento y que no se trata de una sentencia definitiva ni equiparable a ella.
“Los recursos extraordinarios solo proceden contra sentencias definitivas, entendiendo como tales a las que terminan la causa o hagan imposible su continuación”, y esto no se da en este caso, señalaron. Por eso se declaró improcedente la queja de Claudio Albini y Facundo Albini, en tanto el recurso de casación intentado fue correctamente declarado inadmisible.
Rigau, los Albini y su entramado de tarjetas de débito de “ñoquis” y prestanombres de la Legislatura bonaerense le causaron un perjuicio neto a la provincia de Buenos Aires durante dos años de por lo menos $395,4 millones, sujetos a actualización por inflación, según surge de un informe elaborado por la División Lavado de Activos de la Policía Federal, y cuya copia obtuvo LA NACION.
El informe alerta, sin embargo, que el perjuicio para las arcas públicas sería muchísimo más elevado, según los expertos de la Policía Federal. Indicaron que a esa cifra preliminar sobre los años 2022 y 2023, que debe ajustarse por inflación, también hay que sumar el desvío de fondos que pudo ocurrir en años anteriores. Algunos de los presuntos empleados de la Legislatura bajo la lupa judicial figuran con cuentas salariales abiertas en el Banco Provincia desde 2012.
El desfalco vinculado a Chocolate Rigau y sus jefes, Claudio y Facundo Albini, podría ascender a los $800 millones, solo desde enero de 2022 y septiembre de 2023, cuando arrestaron a Rigau en una sucursal bancaria.
Cuando la justicia confirmó la prisión preventiva de los Albini, ellos pretendieron deshacerse de una mansión de 481 metros cuadrados en un barrio cerrado sobre la ruta 2, mediante una venta simulada de la propiedad.
El caserón es contundente. Se levanta en el lote 13 “D” del club de campo Miralagos I, a la altura del kilómetro 64 de la autopista que conecta las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata. Albini compró el terreno de 1282 metros cuadrados en mayo de 2011.
Pero la detención de Rigau mientras extraía dinero de 48 tarjetas de débito de supuestos empleados de la Legislatura bonaerense sospechados de actuar como “ñoquis”, lo trastocó todo. El 23 de febrero, Albini le informó a Sintec SA, la firma desarrolladora de Miralagos, que pretendía cederle su lote a un tercero por apenas US$30.000, cuando inmuebles de similares superficies y características cotizan desde los US$250.000 en ese country, según surge de la información disponible en distintos portales inmobiliarios. La empresa informó a la Justicia y todo se suspendió.
Los expertos en delitos económicos que evaluaron la magnitud del fraude provocado por los empleados ñoquis analizaron extractos bancarios del Banco Provincia sobre cada presunto empleado bajo la lupa de la Legislatura bonaerense, sus fichas de servicios y contratos de locación. También detalles de las tarjetas de débito secuestradas, reportes de Nosis y constancias de inscripción ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
“Del relevamiento de las 48 cuentas bancarias vinculadas a las tarjetas de débito”, detallaron los expertos de la Policía Federal, “la particularidad encontrada es extracción de la totalidad de las acreditaciones procedentes de la [Legislatura], en montos que no superaban los $30.000, realizadas en los mismos cajeros automáticos, en varios días consecutivos y en horarios poco frecuentes, como desde la 5:00 a 07:00, y después de las 19:00″.
El informe oficial también aportó un indicio más que complica a la presunta asociación ilícita que integrarían los “ñoquis”, Chocolate Rigau y, por encima de ellos, Facundo Albini –también apoderado provincial del Frente Renovador de Sergio Massa–, y su padre, Claudio Albini.
Tanto la fiscal Lacki como el juez de Garantías Guillermo Federico Atencio consideran que los ñoquis, Chocolate Rigau y los Albini serían apenas los niveles iniciales y medios de un entramado delictivo cuyos máximos responsables continúan en las sombras, desde donde buscan controlar los daños.
Los chats de Rigau con sus jefes revelan cómo funcionaba el mecanismo, donde “Chocolate” debía rendirles el dinero en efectivo y reponer lo que faltaba si los titulares de las tarjetas usaban la plata para sus gastos. Los chats revelan que había empleados que no sabían ni lo que cobraban ni el trabajo que desempeñaban y que el dinero debía ser rendido sin faltantes a Claudio Albini. En un caso, uno de los titulares de las tarjetas reclamaba que le den de baja en la Cámara de Diputados porque al figurar en ese trabajo le impedía cobrar las asignaciones sociales.
De esas conversaciones, a las que accedió LA NACION, surge que Rigau cobraba 200.000 pesos por mes para ocuparse de la recaudación de casi medio centenar de empleados ñoquis, dejarles parte del dinero a ellos y el resto “rendirlo” al massista Claudio Albini.
El 24 de agosto de 2023 desde el contacto “Facu”, que corresponde al celular de Facundo Albini, le enviaron un mensaje a Rigau, a las 10.41. “Llamame, es urgente”. Rigau le cuenta que se complicaron las cosas para rendirle porqué “entraron algunos descuentos en varias tarjetas”. Como Rigau no lo llama, Albini se intranquiliza y, tras insistirle varias veces, señala: “Necesito urgente un nombre para la muni”. Ante el silencio, ya el día 26 de agosto, Albini escribe en mayúsculas “LLAMÁME, vos me estas tomando de Gil”.
Albini buscaba conectarse con el puntero y le ofrecía terminar la relación en buenos términos, pero como no obtenía respuesta, ya harto, el 27 de agosto le reclamó: “Te llevás 200 por mes hace 3 años y cuando te necesito no estás”. Y fue más allá: “Siento que me estás faltando el respeto y a la amistad que tenemos”. Y añadió: “No quiero terminar mal con vos, pero no quiero que me tomes por idiota, me estás faltando el respeto a mí, a los compañeros y lo están notando todos”.
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