El papa Francisco toma distancia de Cristina Kirchner, ante un duro diagnóstico que le plantearon exalumnos
En un intercambio de cartas con sus exalumnos del colegio secundario jesuita Inmaculada Concepción, de Santa Fe, los mismos con los que en sus clases de literatura compartió en 1965 un encuentro con Jorge Luis Borges, el papa Francisco tomó distancia de su relación con Cristina Kirchner y reveló que no está al tanto de todo lo que pasa en la Argentina.
Unos veinte exalumnos, que lo tuvieron de profesor cuando era seminarista jesuita, le transmitieron su profunda preocupación por la crisis que afronta el país.
Sus exalumnos le plantearon que "Cristina Fernández está tratando de alterar todo el sistema judicial en su provecho, lo cual tendrá consecuencias deletéreas para el futuro del país. Ella dice ser víctima de una persecución judicial o lawfare, pero lo cierto es que sus crímenes están a la vista de todos y la justicia le ha dictado prisión preventiva".
En un crudo diagnóstico, los integrantes de la promoción 1965 le escribieron al pontífice: "La República se encuentra en una circunstancia extremadamente grave: la actual vicepresidenta, Cristina Elisabet Fernández, haciendo gala de tu supuesto apoyo incondicional, persigue como único fin escapar a los juicios que la acechan debido a los delitos que ha cometido con su familia. Los mismos estarían totalmente probados y la mayoría de ellos se encuentran en avanzado trámite procesal y si no estuviera amparada por los fueros legislativos que le otorga el ser vicepresidenta, ya la habrían encarcelado hace rato".
Y señalan un escenario preocupante, ante los sucesivos "errores" del gobierno de Alberto Fernández, como quedó demostrado en el reciente "sepelio maradoniano".
Fuentes del Episcopado confirmaron a LA NACION el intercambio de cartas y dijeron que "hay que entender las respuestas de Francisco a la luz de la carta que le mandaron sus exalumnos".
Francisco dijo que no tuvo ningún contacto con Cristina Kirchner ni con Mauricio Macri desde que ambos dejaron la presidencia. "Después de eso no tuve ningún contacto con ellos", señaló Francisco en su carta manuscrita.
"No tengo correspondencia con los políticos. Solo alguna vez recibo cartas de gente que está en la política, pero muy pocas. Y mi respuesta es sin mezclarme en la lucha política de cada día, sino más bien pastoral y de buena educación", explicó a sus exalumnos. Desestimó, en ese sentido, la costumbre de la "fachada porteña" de jactarse de "ser muy amigo de o "estoy en habitual contacto con".
"Queridos amigos, gracias por el correo. Me alegró mucho recibirlo y también me hace feliz que estén tan inquietos por el bien de la patria. El amor a la patria es un valor fundamental, indica amor a los padres de la patria, amor a las tradiciones, amor al pueblo de la patria", señala el Papa en la carta.
"No estoy al tanto"
"Les tengo que confesar que no estoy al tanto de todo lo que pasa allí, en detalle. La Secretaría de Estado me pone al tanto de la marcha de los países una vez por semana. Lo hacen bien y con reservas. Allí me entero de las cosas de la Argentina y confieso que algunas me preocupan", admitió el pontífice.
En referencia a situaciones que pasan en la Argentina, el Papa dijo: "Aquí juega mucho el fenómeno del relato" un método de comunicación en el que cada uno añade o quita algo y se llega a resultados inverosímiles". Explicó, por ejemplo, que el cuento de Caperucita Roja termina "en una mesa en la que Caperucita y la abuela están comiendo un riquísimo puchero hecho con la carne del lobo".
Ratificó su posición frente al aborto, al señalar que no es un asunto religioso, sino de ética humana, e invitar a todos a preguntarse "si es justo eliminar una vida y alquilar un sicario para resolver un problema", al igual que lo hizo en otras cartas enviadas a legisladores nacionales, en momentos en que la Cámara de Diputados trata el proyecto de legalización que impulsa el gobierno de Alberto Fernández.
"Me causa gracia cuando alguien dice ¿por qué el Papa no envía a la Argentina su opinión sobre el aborto? Pues la estoy enviando a todo el mundo, incluso a la Argentina, desde que soy Papa".
Francisco relativizó el vínculo con el dirigente social Juan Grabois, quien integra desde hace varios años el Ministerio de Desarrollo Humanos Integral del Vaticano y hace algunas semanas participó activamente de la ocupación de un predio de la familia Etchevehere, en Entre Ríos. Y les hizo un encargo especial a sus exalumnos de Santa Fe: "Respecto a lo que afirman que dicen que es mi amigo y tiene un contacto conmigo, les pido un favor, que para mí es importante. Necesito copia de las declaraciones en las que afirma eso. Me ayudará mucho recibirlas".
El Papa insistió, además, en que en su pontificado mantiene la posición de la doctrina social de la Iglesia sobre la propiedad privada. Y recordó que los santos Pablo VI y Juan Pablo II "tienen algunas expresiones todavía más duras".
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