Carrió cree que puede volver a ser la que fue
Sin vueltas, como es su estilo, Elisa Carrió ya anticipó que le gustaría ser candidata a presidenta en 2015. "Si la gente me acompaña con su voto...", dice con simulada cautela, aunque lo cierto es que ella ya se vislumbra como una de las protagonistas excluyentes del espacio progresista en 2015 si en las elecciones de hoy logra renovar su mandato como diputada nacional de la Capital.
La pregunta que muchos se formulan -incluso dentro de su propio entorno- es si Carrió sería capaz de romper con UNEN si no logra llevar adelante sus ambiciones presidenciales. Los detractores de la líder de la Coalición Cívica le reprochan su personalismo y que ella misma dinamitó los espacios políticos que construyó.
Sin embargo, Carrió se consolidó como una referente insoslayable de la política y, por lo tanto, difícilmente se pueda prescindir de ella en cualquier espacio político que se articule en el futuro próximo. Ella lo sabe y está dispuesta a hacer valer ese protagonismo.
Por lo pronto, una vez que pasen las elecciones, su atención se focalizará en el Congreso. Está convencida de que en los próximos dos años, hasta el recambio presidencial, se vendrá una etapa de transición difícil y que, por esa razón, será necesaria mucha cintura política para sortear con éxito la pelea por la sucesión de Cristina Kirchner, que ella vaticina muy virulenta. Carrió cree que por su experiencia política y legislativa podrá imponer su voz en la oposición; sin embargo, no todos en el espacio progresista estarán dispuestos a darle ese espacio.
Por lo pronto, Julio Cobos y Hermes Binner también llegarán triunfantes a la Cámara de Diputados tras ganar en Mendoza y en Santa Fe, respectivamente. Ambos sinceraron sus ambiciones presidenciales y no se dejarán llevar por delante fácilmente.
¿Podrá convivir Carrió con los demás líderes progresistas en un mismo espacio? Ni sus propios adláteres se atreven a aseverarlo. En las elecciones de 2011, quiso competir sin aliados como candidata a presidenta y, por ello, rompió todos los puentes con quienes ahora serían sus potenciales aliados. Por eso la desconfianza.
Pero en el último tiempo Carrió pareció dimensionar las ventajas de la coalición. Si bien mantiene diferencias con algunos referentes, y así lo reconoce públicamente, valora el sistema de las primarias abiertas y simultáneas como la forma más democrática y transparente de definir las candidaturas. Sobre todo cuando un postulante carece de una estructura sólida a nivel nacional, como en su caso. Con estos antecedentes, el desafío de Carrió no será llevar adelante sus ambiciones presidenciales, sino demostrar que es capaz de convivir con dirigentes de su mismo signo en un espacio progresista.
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