Carolina Pochetti, la testigo que más puede complicar a los Kirchner
Carolina Pochetti es, acaso, la única persona capaz de desentrañar hasta el último recoveco de la madeja tejida por su difunto marido, Daniel Muñoz . El exsecretario privado de Néstor Kirchner constituyó un rompecabezas de sociedades offshore para ocultar US$70 millones que comenzó a vislumbrarse con la publicación de los Panama Papers y que, tras años de olvido judicial, parece reconstruirse definitivamente con los cuadernos de las coimas.
¿Fue Muñoz testaferro de Néstor Kirchner? Entre otras cosas, el testimonio de Pochetti puede ser clave porque podría aportar certezas sobre una hipótesis que la Justicia explora desde que se conocieron los cuadernos que escribió el exchofer Oscar Centeno . Fue la viuda quien acompañó al exsecretario en los últimos momentos de su vida, allá por mayo de 2016, cuando agonizaba preocupado por el futuro del imperio que había construido en distintos paraísos fiscales.
La pista de Muñoz es clave para el caso porque representa gran parte del dinero que hasta ahora está identificado. Si el dinero de Muñoz no era en realidad propiedad de los Kirchner, ¿entonces dónde está el dinero que circulaba en bolsos por Buenos Aires?
Pochetti no fue una simple testigo: su nombre y su firma quedaron registradas en distintas operaciones. Junto con el propio Muñoz, Pochetti fue accionista en las Islas Vírgenes Británicas de la sociedad offshore Black Gold Limited. Los directores de esa firma eran Sergio Todisco, un empresario de Mar del Plata, y su entonces pareja Elizabeth Ortiz Municoy, empresaria de real estate en Miami, ambos arrepentidos ante el juez Claudio Bonadio. Según los mails filtrados, el matrimonio había creado Gold Black Limited con el objetivo de comprar propiedades en los Estados Unidos por unos US$65 millones.
Aportes importantes
Sus palabras, además, podrían completar los dichos del exfuncionario santacruceño Juan Manuel Campillo, quien señaló al entonces secretario privado Isidro Bounine (también detenido) como participante de la banda que se dedicaba a lavar dinero proveniente de la corrupción. El exministro de Hacienda de Santa Cruz contó que Bounine lo llamó en 2016 para hacerle un pedido: que se contactara con personas del entorno de Muñoz para vender sus propiedades en el exterior.
Campillo le contó al juez Bonadio que asoció inmediatamente el llamado de Bounine con un pedido de la expresidenta Cristina Kirchner, a quien habría seguido ligado a pesar de haber dejado oficialmente su cargo en 2011. ¿Qué rol, entonces, cumplieron Pochetti y Bounine a partir de la muerte de Muñoz?
Pochetti vivió una verdadera pesadilla durante los últimos tres meses, cuando fue detenida. Desde que conoció a Muñoz, la santacruceña construyó una mansión en el barrio de Saavedra, una realidad bastante distinta a la que le tocó enfrentar en prisión. Esa circunstancia fue determinante para negociar su colaboración en la causa. Desde su entorno, sin embargo, saben que después de tantos testimonios deberá ofrecer información importante para que el juez acepte un acuerdo que la incluya como arrepentida.
A pesar de los aportes realizados por otros arrepentidos del entorno de Muñoz, nadie tiene tanta información como Pochetti. Los investigadores todavía esperan encontrar más bienes, como cuentas bancarias radicadas en jurisdicciones con secreto fiscal, informaron fuentes judiciales, expectantes sobre lo que pueda aportar al expediente. "Es la viuda de Muñoz. No hay mucho más que agregar", resumió una fuente que forma parte de la negociación.
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