Carlos Accaputo: el gran operador político de Bergoglio
Preside la Pastoral Social porteña y es la mano derecha del Papa; es el encargado de hablar con políticos, sindicalistas y dirigentes sociales
Los detalles varían según el interlocutor, pero la sentencia es unánime: "«El Gordo» es el operador de Bergoglio, su brazo político. Hablar con él es hablar con Bergoglio".
"El Gordo", como le dicen en confianza, es el padre Carlos Accaputo, presidente de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires y mano derecha del hoy papa Francisco . Poco conocido para las cámaras y los flashes, su nombre es una fija de la agenda de los políticos, empresarios, sindicalistas y líderes sociales que protagonizaron la vida política de los últimos 20 años.
Porteño, de 61 años, Accaputo conoció a Bergoglio cuando el ex cardenal era vicario de Flores. Volvía de Roma, donde estudió sociología. Igual que el Papa, hizo el seminario en Devoto, del que fue administrador, y donde Lucio Gera fue uno de sus maestros.
En plena crisis, a principios de 2002, participó del armado de la Mesa de Diálogo Argentino y, desde entonces, se convirtió en el operador político por excelencia de Bergoglio .
Desde Cáritas primero, y desde la Pastoral Social porteña después, estrechó vínculos con dirigentes de todos los colores. "Sabe hablar el lenguaje de la política y de los políticos sin esa cosa contracturada que suelen transmitir los curas. Es campechano, hasta seductor", lo describió un legislador. "Si te tiene que putear, lo hace sin problema", aportó un sindicalista que lo conoce desde hace años. "Es el primer cura al que escuché putear y vi encabronado", se animó otro gremialista. "Es el cura que se ocupa de la dimensión de la fe", sumó, en el idioma de la Iglesia, un colega.
Mezcla de negociador nato e intelectual sólido, Accaputo es capaz de acercar "a los opuestos más opuestos". "Es un religioso meticuloso, muy firme ideológicamente y un gran argumentador. Está dispuesto a escuchar siempre, pero tenés que estar preparado. No es fácil discutir con él", lo definió un dirigente que nunca falta a las jornadas de la Pastoral Social.
Su trabajo como cura estuvo siempre ligado a la ciudad de Buenos Aires y a los temas sociales, con particular interés por la promoción del diálogo interreligioso.
Obsesionado por la pobreza, Accaputo está convencido de que la política es la llave para la solución de los problemas. "En la Argentina hemos fabricado la pobreza y no nos vamos a cansar de poner puentes para que en el ámbito de la política, pero también de las estructuras económicas y sociales se busquen caminos de diálogo y de acuerdo", dijo una de las pocas veces que apareció en televisión.
Muchos recuerdan su gestión para convertir la fábrica de lapiceras Parker, en Parque Patricios, en uno de los centros solidarios más grandes de la ciudad. Allí funcionan desde 2004 un hogar, un centro de formación profesional, una panadería y un centro de rehabilitación de adicciones.
Todos los consultados para esta nota hablaron de una suerte de "simbiosis intelectual" entre Accaputo y Bergoglio, sostenida por años de conocimiento y trabajo conjunto, y por una mirada común sobre "el lugar de la Iglesia en el mundo" hija del Concilio Vaticano II. "Son mentes espejadas", sintetizó un ex seminarista que coincidió con el cura en Devoto. "Si entendés a uno, entendés al otro, graficó un sacerdote que trabajó con ambos en la Arquidiócesis porteña.
En el terreno más estrictamente político, Accaputo fue la voz de Bergoglio en los debates a puertas cerradas de temas espinosos par a la Iglesia como el matrimonio igualitario y el aborto no punible.
En diciembre de 2010, por ejemplo, fue el enviado del entonces arzobispo al parque Indoamericano en plena crisis por la ocupación. "Les pediría a los gobiernos nacional y porteño que traten de hacer lo imposible para que este conflicto termine. Lo más importante es el pueblo y la dignidad de las personas", advirtió entonces,
A Accaputo le gusta comer y cocinar. También le gustan las plantas, a las que se dedica cuando visita una quinta de su familia en Pontevedra, partido de Moreno. Todo, mientras no suene el celular. "El tipo no para nunca. Está todo el día hablando por teléfono. Tiene y quiere estar detrás de todo", lo describió un compañero de los años en Cáritas.
El miércoles 13 de marzo, Accaputo siguió la elección del nuevo papa por televisión desde el Episcopado. "Lo logramos", gritó entre lágrimas, cuando vio a su amigo salir por el balcón del palacio San Pedro. Pasaron pocos minutos antes de que Juan Manuel Abal Medina lo llamara por teléfono. Le siguió Oscar Parrilli, para transmitirle la invitación de Cristina Kirchner a Roma. El teléfono no dejó de sonar en todo el día. "Fue uno de los que le dijo a Jorge que no volvía", contó a LA NACION alguien que compartió con él esas primeras horas de euforia.
Accaputo está en Roma desde el 17 de marzo. Su futuro es aún una incógnita. No son pocos los que creen que Bergoglio lo quiere firme en Buenos Aires, a cargo de los hilos que conoce a la perfección y manejó hasta ahora. Otros aventuran que el Papa tal vez le pida que se mude al Vaticano. "Yo ya cumplí. Me quiero ir a Pontevedra", le dijo a un viejo amigo antes de subir al avión que lo llevó a Italia. En Pontevedra se imagina su retiro. Pero todos coinciden: en definitiva, estará allí donde le pida su amigo el Papa.
El todoterreno del papa
- Carlos Accaputo
Titular de la pastoral social porteña
Profesión: sacerdote
Edad: 61 años
Origen: argentino - Al lado de Bergoglio
Especialista en temas sociales, trabajó con el hoy Papa los últimos 20 años - Cura y mediador
Habla con políticos, empresarios y sindicalistas de todas las procedencias - Futuro incierto
El Papa podría mantenerlo en la arquidiócesis porteña o "llevárselo" a Roma
Otras noticias de Papa Francisco
Más leídas de Política
"Guardia pretoriana". Preocupación en los intelectuales por la idea de crear “un brazo armado libertario” para defender al Gobierno
Análisis. Milei, entre Lula y el Gordo Dan
Polémica. Un diputado libertario impulsa un proyecto que prohíbe el cambio de género a condenados y menores de 18 años
"Ficha limpia". Fracasó la sesión para discutir el proyecto que preocupa al kirchnerismo