Cariglino: la polémica historia del panadero que se convirtió en barón
El intendente de Malvinas Argentinas estuvo preso pero fue absuelto; lo acusan de manejar un aparato, pero arrasa en las elecciones pese a enfrentar al kirchnerismo
Sobrevivió a la ola kirchnerista. Salió indemne de decenas de acusaciones judiciales. Estuvo preso, pero fue declarado inocente. Sus opositores lo acusan de corrupto. Lo señalan como el líder de un aparato proselitista capaz de ganar una elección ante las más difíciles circunstancias.
En Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino es sinónimo de poder. Cuando culmine su mandato, en 2015, contará 20 años al frente del municipio. Un excéntrico panadero peronista que construyó su carrera política entre escándalos, pragmatismo, obras públicas y triunfos electorales.
El poder de convencimiento de este barón del conurbano fue la envidia de cualquier opositor: fue el único peronista no kirchnerista que se mantuvo en pie ante el arrasador triunfo de Cristina Kirchner en las últimos comicios presidenciales. Es más, en su distrito le ganó: sacó el 55% de los votos.
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"El Negro", como le dicen en Los Polvorines, resistió. Por Malvinas Argentinas pasó la guitarra de Amado Boudou y la caja de Julio De Vido. Y por si faltaba algo, la Presidenta cerró su campaña en el distrito junto a Luis Vivona, su rival político, apenas 72 horas antes de los comicios.
Tijera en mano, el triunfo valió doble. Cristina Kirchner vapuleó a su candidato a presidente, Eduardo Duhalde, por 58 a 21%. Sin embargo, Cariglino venció al postulante a intendente kirchnerista por 50 a 33%.
"¿El aparato? No, eso es un mito", respondió Cariglino ante la consulta de LA NACION. El intendente asegura que su fama de "hacedor" y la gran cantidad de obras públicas que inauguró en los últimos años fueron la clave del triunfo.
"Movilizó a un ejército de empleados públicos y a miles de personas con planes sociales. Repartió sus boletas cortadas casa por casa y también las llevó al cuarto oscuro. A Cariglino lo podías votar con Cristina, Binner y hasta con los radicales", replicó una candidata a concejal de la oposición que prefirió no revelar su nombre por temor a represalias.
Hasta 1993, Cariglino era un panadero de General Sarmiento. Un año después, cuando se disolvió ese distrito y se fundó Malvinas Argentinas –junto con José C. Paz y San Miguel-, este hijo de inmigrantes italiano ganó las primeras elecciones municipales. Y hasta estos días, es el único intendente en la corta historia del distrito.
Los primeros años fueron los más conflictivos. Mantuvo un largo conflicto con el club CUBA. Como no lo querían dejar ingresar al barrio privado, se presentó con su automóvil y, cuando intentaron detenerlo, derribó la valla. Por su rebeldía, fue condenado a prestar tareas comunitarias: debió entregar mercadería gratis de su panadería. Algunos años después, insistió: derribó diez árboles que limitaban el acceso y fue condenado a seis meses de prisión en suspenso.
También se enfrentó con la comunidad homosexual. En 1997, el Consejo Deliberante aprobó una ordenanza que prohibió a las parejas del mismo sexo el ingreso a hoteles alojamiento. "No creemos haber incurrido en un acto discriminatorio; actuaríamos discriminatoriamente si hubiéramos especificado que no pueden concurrir personas gordas o dijéramos que vayan sólo rubias y de ojos claros", lanzó, en plena polémica.
Años conflictivos
Pero sus peores días estaban por venir. El 21 de noviembre de 2003 fue detenido, acusado por estafa, defraudación al Estado y negociaciones incompatibles con la función pública. Durante su gestión, cargó con casi 30 cargos en su contra. "Acá no hay corrupción. Yo mismo he mandado a pintar los paredones para que los vecinos denuncien a cualquier funcionario", afirmó Cariglino ante la consulta de LA NACION.
El entonces fiscal de San Martín Eduardo Ledesma lo acusó de haber creado la cooperativa "2 de abril", a cargo de la pavimentación de calles, para desviar fondos públicos. Fueron trece días en prisión. Lo señalaba como el líder de una organización que había desviado dos millones de dólares mediante la utilización de facturas apócrifas, pagos a firmas inexistentes, créditos inventados o montos adulterados. Recuperó la libertad bajo fianza: pagó US$ 500.000.
Pese a las pruebas, la Justicia determinó que la más clara evidencia en su contra, que era un documento en formato digital, había sido fraguada. Con ese argumento, fue sobreseído en 2009.
A través de la investigación, el fiscal también atacó todo el sistema de contrataciones del distrito. Cariglino fue acusado de digitar de manera reiterada licitaciones para que ganaran empresas afines. Un buen ejemplo es la situación de Phonictel SRL, que ganó 17 veces el contrato por desagote de pozos ciegos y la limpieza de cunetas en la vía pública.
Sin embargo, la Justicia consideró que Cariglino era inocente, porque la cadena de responsabilidades terminaba en su secretario de gobierno.
Pero las acusaciones no jaquearon su carrera. "Fue un juicio que empezó en la política y terminó en la Justicia. Yo fui perseguido por la Justicia. Nunca me pudieron probar absolutamente nada", se defendió el intendente.
Duhaldista
Aunque no reconoce jefe político, los vínculos de Cariglino con el duhaldismo son extensos. "Es el intendente más trabajador de la provincia", lo elogió el ex presidente en sus épocas doradas. "El Negro" se alineó detrás del caudillo bonaerense apenas asumió y los vínculos todavía persisten.
Fue kirchnerista desde 2006, luego de que la Presidenta le ganara la batalla a Hilda "Chiche" Duhalde en los comicios legislativos. Pero la relación con los K duró poco. Comenzó a resquebrajarse cuando Cariglino se negó a ser candidato testimonial en 2009. "No tengo por qué exponerme. La gente lo tomaría a mal", replicó, ante el pedido de Néstor Kirchner.
Enojado por la falta de fondos para obras públicas, esperó el momento estratégico para pegar el portazo. Participó en el disidente "Grupo de los 8", compuesto por intendentes peronistas díscolos. Y apenas unos días antes de las internas, anunció que compartiría boleta con un viejo socio político: Duhalde.
La campaña fue violenta. Decenas de militantes de Cariglino y Vivona la sufrieron en carne propia. Incluso, un candidato a concejal kirchnerista fue atacado mientras repartía boletas y terminó en el hospital. "Fueron sólo roces. Fue al hospital, le dieron dos Geniol y lo mandaron a la casa", replicó, irónico, el intendente.
Con el triunfo bajo el brazo, el intendente aseguró que serán su último mandato: "Cariglino va a estar cuatro años. Me falta un mandato más para completar la obra que inicie. Pero eso no quiere decir que deje la política".
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