Caputo y Misrahi se hicieron cargo de la decisión de desplazar a la titular de la Aduana, mientras Milei se mantuvo al margen
En el entorno del Presidente justifican la prescindencia en la lógica de cada funcionario debe designar a su estructura; la relación entre Misrahi y Mallea y la decisión de que Lodovico pase a ser subdirectora de Operaciones Metropolitanas
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“Cada vez que olemos algo medio sucio, ante la duda, afuera”. La frase, de fuentes muy cercanas al presidente, Javier Milei, fue en referencia al desplazamiento de Rosana Lodovico, hasta hoy titular de Aduana e investigada por la justicia federal por haber recibido un préstamo de una empresa acusada de contrabando. La frase, explican en el corazón libertario, es también la directriz que el mandatario bajó y baja a sus colaboradores más cercanos que “deben tenerla en cuenta y avanzar cuando lo crean necesario”, según detallaron las mismas fuentes. “Si hay duda, se revisa y se define”, completaron y aseguraron que la “instrumentación” de esos pasos dependen de los responsables de cada área y en ese sentido aseguraron que el mandatario no formó directamente parte de la decisión de remover a Lodovico, así como tampoco de la designación de Eduardo Mallea, quien lo sucede en el cargo.
El proceso, en el caso de Lodovico, desde que se conoció públicamente el caso hasta su remoción, implicó desde tomar mayor conocimiento de su situación hasta implementar todos los cambios que hoy se anunciaron y que fueron más allá de la designación de Mallea, con una reestructuración interna.
“Siempre hay que chequear que no sea una opereta mediática en primera instancia. Y luego, si de lo que se revisa sale algo, ante el más mínimo indicio, se aplica la regla”, definieron las fuentes consultadas. En el caso de Lodovico esas sospechas se habrían confirmado, lo que motivó su desplazamiento del cargo, no así del organismo. En la Casa Rosada explicaban hoy que su salida de Aduana no se concretó del todo porque “es empleada de carrera, técnica y planta permanente”. Esto último impide echarla, a excepción de que la justicia dictamine en su contra y pruebe la sospecha de sobornos que la alcanza. Quedará como subdirectora de Operaciones Metropolitanas.
La instrumentación de la salida, según reconstruyeron fuentes de la primera planta de Balcarce 50, esto en manos del responsable del área, en este caso la titular de AFIP, Florencia Misrahi, que funciona de forma autárquica en el ámbito del Ministerio de Economía. En las últimas horas Misrahi y Luis “Toto” Caputo tuvieron diálogos fluidos por los anuncios que se venían y se concretaron a primera hora de hoy.
“Milei no está en esos niveles de detalle. Él baja la línea maestra de que no hay margen ni para la sospecha de corrupción, pero no existe que esté en el detalle de lo que sucede en la Dirección de Aduana, como en otras direcciones. Para eso hay cargos intermedios”, detallaban este viernes muy cerca del mandatario. Lo mismo explicaban para mencionar la llegada de Mallea, sucesor de Lodovico. “El Presidente no puede elegir los colaboradores de sus colaboradores”, resaltaban. En esa línea argumentaban que el líder libertario es un convencido de que cada cabeza de área debe elegir a quienes trabajan con ellos porque “no sirve que lo elija otro porque son ellos los que van a trabajar a diario con esas personas”. Además, agregaban, eso no solo sería en términos de buen rendimiento laboral, sino también para evitar reproches de alguien que debió trabajar con alguien impuesto. “Se impone la lógica de delegar, tanto para elegir con quienes trabajar como para mover a alguien si hay un grado de sospecha sobre ella”, completaron.
Según fuentes de la Aduana, Misrahi tenía desde hace tiempo la idea de incorporar a Mallea en el cargo, pero hubo demoras burocráticas que hicieron que ese planteo se cruzara con la situación judicial de Lodovico. Misrahi y Mallea trabajaron juntos en temas aduaneros desde que ella estaba en la empresa Cargill y él era el abogado de la compañía. De ese modo también justificaron la decisión de desplazar pero no de echar a Lodovico: “Ella tiene 30 años y mucha experiencia, y fue creciendo dentro del organismo. Nos parecía que la subdirección a la que va a ahora es el lugar indicado”.
También enmarcan la decisión como parte de la reestructuración que se anunció hoy y que terminó con nueve cambios en la Aduana. “Son movimientos que tienen que ver con despolitizar la Aduana y contar con perfiles que sean más afines a Mallea. Incluso habrá más cambios próximamente”, afirmaron fuentes del organismo.
El caso de Lodovico planteaba también una incomodidad para el Gobierno, que en un área central como Aduana seguía teniendo personas vinculadas a Sergio Massa y el extitular del organismo, Guillermo Michel. En esa línea, la salida de Lodovico y la llegada de Mallea, pareció ratificar en las filas liberatarias la idea de que se sumaba un “puro”. Mallea es tributarista y no tiene pasado político. En términos políticos, la lectura que hacían en la Casa Rosada es que salió un massista, entró un “puro” y no hubo lugar para ingresos del PRO, a quien parte de los libertarios identificaban con las filtraciones del polémico préstamo que terminó sellando la suerte de la funcionaria, así como de las versiones de una posible salida de Misrahi del cargo, lo que fue desmentido por la Casa Rosada.
Esta mañana, en conferencia de prensa, el vocero Manuel Adorni, se refirió al caso de Lodovico y dijo “la funcionaria no se va de Aduana”, y agregó que su salida como directora del organismo responde a una “reestructuración que se está haciendo en AFIP y que va a continuar en otras áreas y con otros funcionarios”. En tanto que al ser consultado sobre las denuncias por las que se la investiga respondió: “Las investiga la justicia, esta persona tiene décadas de antigüedad en la Aduana”. Y agregó: “Entiendo también que es una persona técnica y no queremos juzgarla, la titular del AFIP ha entendido que no puede juzgarla sin que avance el proceso judicial”. Luego de lo cual destacó que el Gobierno dejará que “la justicia investigue”.
La causa contra Lodovico
La funcionaria fue denunciada por recibir un préstamo de una empresa condenada por contrabando, a partir de una revelación de LA NACION. La presentación recayó en el juzgado de María Eugenia Capuchetti.
En las últimas horas, Capuchetti dispuso dos medidas de prueba clave en la causa en que investiga a la titular de la Aduana por haber solicitado un crédito de 250.000 dólares la empresa Promarlon, denunciada por contrabando. La magistrada, que acumula dos denuncias contra Lodovico, avanzó en el caso tras un requerimiento de la fiscal Alejandra Mángano que impulsó el caso.
La Justicia trata de determinar si ese préstamo encubre un supuesto soborno. La magistrada requirió una copia certificada de un acuerdo firmado por Claudio Szlaien realizado en el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 de San Martín, por el cual se suspendió a prueba un juicio donde Promarlon S.A acordó un plan de pagos. Y requirió a la Subdirección General de Asuntos Jurídicos de la Dirección General de Aduanas-AFIP que informe y remita en formato digital todas las actuaciones administrativas relativas a la gestión y aprobación del acuerdo de suspensión de juicio a prueba.
Lodovico fue denunciada por la diputada de la Coalición Cívica Marcela Campagnoli, luego de que se conociera que, en 2022, junto a su exmarido, Luis Antonio Bocassi, tomaron un préstamo de US$ 250.000 con Promarlon SA. A esa causa ahora se sumó otra que tramitaba en el juzgado de Ariel Lijo. Pidió investigar a ella, a su exmarido que era funcionario de la Aduana y a Alejandro Omar Lucano (cuñado de Lodovico) y socio de Alfredo Lijo, el hermano del juez federal y gestor de temas en la justicia federal.
La denuncia penal contra Promarlon fue de 2017 y la hizo la Aduana. Se acusaba a la empresa de conseguir mercaderías de contrabando que llegaban de Paraguay con connivencia aduanera. La Aduana consintió este acuerdo que permitió el saldo de la deuda y el fin de la causa. La denuncia afirma que Lodovico y Bocassi “eran propietarios de un departamento de 180 metros cuadrados en la ciudad de Buenos Aires, de una casa en Pinamar de 98 metros cuadrados (ambas pagas con ingresos propios entre 2010 y 2011) y de diversos vehículos como una BMW X3 “todo terreno”, adquirida en 2019 y un cuatriciclo Can-Am Outlander Max 800R comprado en 2015″.
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