Candidaturas: los nombres que baraja el oficialismo y la carta de Scioli como un comodín
Con un guiño de Alberto Fernández, el embajador en Brasil apareció en la lista de eventuales postulantes en la Provincia; La Cámpora, que tiene figuras propias, y Massa lo rechazan
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“A Daniel lo dieron por muerto en 2015, cuando perdió las elecciones presidenciales, y también en 2017, cuando aceptó el quinto lugar en la lista de la Provincia. Pero lo cierto es que su nombre vuelve a sonar fuerte”. La frase pertenece a un dirigente que conoce a Daniel Scioli desde hace muchos años. El embajador en Brasil recibió un guiño político del presidente Alberto Fernández y aspira a reposicionarse en la interna oficialista. Pero según pudo saber LA NACION, en la vereda de enfrente están nada menos que La Cámpora y Sergio Massa.
Con base compartida en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner y Massa desarrollan una estrategia opuesta para la campaña electoral en ciernes: “El candidato o la candidata deben expresar ´frente-todismo´, porque lo que se pondrá en juego es la marca de nuestra coalición contra la de Cambiemos, más allá de los nombres que encabecen la lista”, deslizaron fuentes partidarias. Sobre esa idea, la dupla bonaerense -a la que últimamente se integró el gobernador Axel Kicillof- prefiere ungir a un postulante de “perfil más técnico”.
En ese plano, son varios los nombres que circulan en las conversaciones de “rosca” política que se entablan en los despachos oficiales. Y La Cámpora tiene dos figuras propias en la prelista de candidatos para Buenos Aires: Luana Volnovich, la directora del PAMI; y Fernanda Raverta, la titular de ANSES. Ninguna de las dos admite que le gustaría encabezar y si les preguntan en público, lo rechazan. Pero “son dos militantes que trabajan en función del proyecto”, afirmaron en el Frente de Todos. Ergo, si se los propusieran, no podrían decir que no.
Entre los ministros del Gabinete, en tanto, el más mencionado para integrar la lista es Daniel Arroyo. El titular de la cartera de Desarrollo Social tiene algunas características personales que a juicio de la dirigencia oficialista lo pueden convertir en un “buen candidato”: “Es equilibrado, comunica bien y lleva los debates sin generar tensión”, lo definió ante este diario una fuente gubernamental. Arroyo tiene a su cargo un área desgastante en el marco de una pandemia y si el presidente le pidiera volver a Diputados, donde estuvo entre 2013 y 2017, lo aceptaría.
Otros dos ministros nacionales están siendo medidos por los encuestadores que trabajan para el gobierno. Se trata de Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Jorge Ferraresi (Avellaneda), aunque ambos preferirían continuar en sus cargos y aportar a la campaña bonaerense desde su condición de jefes políticos de distritos populosos como San Martín y Avellaneda. Mientras que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, no quiere saber nada con que lo incluyan en la lista de posibles candidatos: “Él no quiere ni Alberto se lo pidió”, deslizaron en su entorno.
Para la interna del Frente de Todos, no será un detalle menor qué sector de la coalición se queda con la primera candidatura en la Provincia: no sería lo mismo que encabece un albertista, un camporista o eventualmente un massista, en el caso de Malena Galmarini, la titular de AySA que no promueve “ninguna candidatura”, ratificaron fuentes consultadas en la empresa estatal de aguas. Así las cosas, quedan en pie posibles postulantes que suelen trajinar los sets televisivos, como la concejal platense Victoria Tolosa Paz, de línea albertista.
La jugada de Scioli
“Después del reconocimiento de Alberto y como es un jugador, tomó vuelo Daniel”. Esa es la lectura que hacen en el Frente de Todos sobre la mención de Scioli entre los candidatos en la Provincia. Así se refieren al elogio que el presidente prodigó semanas atrás en Misiones al embajador en Brasil. “Es mi hermano, mi alter ego, hablar con él es hablar conmigo; confíen en él, tiene la misma mirada que tengo yo”, afirmó el mandatario al hablar del exgobernador bonaerense. Semejante frase sorprendió a todos, pero al parecer no al propio Scioli.
El embajador lo tomó como una señal directa y armó su agenda para alternar entre Brasil y la Argentina, donde se reúne con gobernadores e intendentes con la “excusa” de fomentar el intercambio comercial con el socio del Mercosur. “Tiene un estilo de consenso que necesita el gobierno”, afirmó una fuente sciolista, desde los tiempos de la gobernación. “En el peor momento de Alberto, cuando estaba enfrentado con Cristina, era uno de los pocos que lo visitaba y lo escuchaba”, agregó para explicar el agradecimiento que le dispensa el presidente.
La relación con la vicepresidenta no fluye en la misma sintonía. “Nunca hubo amor, pasaron momentos de odio, pero ella destaca su lealtad”, afirmaron los voceros consultados. Tampoco La Cámpora lo considera entre sus preferidos y menos lo hace Massa, que lo enfrentó en 2015 y le quitó votos fundamentales en su sueño frustrado de saltar desde la gobernación bonaerense a la Casa Rosada. Pero Scioli sigue teniendo amigos en la estructura peronista: algunos intendentes del Conurbano lo pusieron en la grilla para medirlo en las encuestas.
En el entorno del embajador en Brasil aseguraron a este medio que un sondeo lo ubicó ocho puntos por encima de María Eugenia Vidal, la exgobernadora que aún resiste la posibilidad de volver a competir en la Provincia como mascarón de proa de Juntos por el Cambio. Más allá del voluntarismo de quien ansía volver a exhibirse en la vidriera grande de la política argentina, el nombre de Scioli parece haber sido lanzado al ruedo como una forma de obturar la creciente influencia interna del trío Máximo-Massa-Kicilllof, que se asienta en territorio bonaerense.
“La elección que viene no es para alguien que ya está consagrado, ni que pueda opacar a los integrantes de la mesa chica del Frente de Todos”, aseguró un dirigente que participa de la “mesa de los lunes” en La Plata. En la misma línea se pronunció un funcionario con despacho en la Casa Rosada: “Quien encabece la lista va a a ser menos importante que la fuerza de la unidad”, dijo. En ese caso, el peso de la campaña recaerá sobre los hombros de Fernández, Kicillof y Massa, con el apoyo de Cristina como “figura rutilante”.
Todo, en medio de la pandemia de coronavirus y con pocas certezas de cómo influirá en el electorado bonaerense el manejo oficial de las vacunas, que sigue generando controversia pese a que aumentó el flujo de dosis en las últimas semanas. El nombre de Scioli está en el mazo de cartas del oficialismo para ser utilizado como un comodín en caso de emergencia, aunque no figura en los planes electorales de buena parte del Frente de Todos. Por lo menos, en la marquesina en la que le gustaría verse al exgobernador.
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