Cambios en la Cámara de Casación, que deberá revisar la condena contra Cristina Kirchner
El juez Mariano Borinsky podría convertirse en el nuevo presidente del tribunal antes de fin de año; eso no le impediría votar en la causa Vialidad; junto al juez Hornos son cuestionados por el Gobierno
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Mariano Borinsky, uno de los jueces de la Sala IV de la Cámara de Casación Penal que debe intervenir para revisar la condena de la vicepresidenta Cristina Kirchner, podría convertirse en el nuevo presidente del tribunal antes de fin de año, aunque esa responsabilidad no lo alejaría de decidir en el caso.
Junto con su colega Gustavo Hornos, Borinsky es cuestionado por el Gobierno porque ambos visitaron a Mauricio Macri cuando era presidente en al Quinta de Olivos o en la Casa Rosada. El tercer juez que integra la sala que debe decidir sobre la causa Vialidad es Javier Carbajo.
Carbajo y Borinsky son, además, los jueces que junto a Ángela Ledesma tienen a su cargo revisar la condena contra Lázaro Báez a 12 años de prisión por lavado de dinero en la causa que se conoce como “La ruta del dinero K”. La sentencia podría conocerse en las próximas dos semanas y no se descarta que haya una reducción en el monto de las condenas aplicadas a Báez y a sus hijos.
Los magistrado Borinsky, Hornos y Carbajo recién empezarán a intervenir en el expediente por el que fue condenada Cristina Kirchner el año que viene, ya que primero el Tribunal Oral Federal N° 2 debe dar a conocer los fundamentos de su sentencia, el próximo 9 de marzo. Luego, el fiscal Diego Luciani y los abogados defensores de los acusados pueden pedir que se revise el veredicto mediante un recurso de casación.
Cómo es el trámite de la condena a Cristina
El recurso de casación será interpuesto ante el tribunal que dictó la resolución, dentro de los 10 días de notificada la sentencia. Allí se deben explicar los motivos, las normas legales que se consideran violadas o mal aplicadas. El tribunal oral tiene tres días para responder si concede el recurso o no. El fiscal Luciani ya anticipó que apelará para que los acusados sean condenados también por el delito de asociación ilícita, mientras que las defensas exigirán la absolución.
Si el tribunal concede los recursos, el fiscal y los abogados tienen a su vez otros tres días para sostener su pretensión ante la Sala IV de la Cámara de Casación. Se trata de solo anoticiar a la Casación de la intención de mantenerlo.
Si el recurso es mantenido y la Casación no lo rechaza, el expediente quedará diez días en lo que se conoce como el plazo de oficina, para que los interesados lo examinen. Una vez vencido ese plazo, el presidente de la Sala IV fijará una audiencia para que las partes informen sus argumentos.
Les dará un intervalo no menor a otros diez días y señalará el tiempo que puede estar a estudio de cada miembro de la Sala. Durante el plazo de oficina, los abogados pueden ampliar sus fundamentos.
El día de la audiencia ante los tres jueces que deben dictar sentencia, los abogados y el fiscal tendrán la palabra. El fiscal ante la Casación que intervendrá en este caso es Mario Villar, el mismo que batalla por reabrir el caso Hotesur y Los Sauces, contra Cristina Kirchner y sus hijos, Máximo y Florencia.
Concluida la audiencia, los jueces tienen un plazo máximo de 20 días hábiles para dictar sentencia. Todo estos plazos, de todos modos son manejados por el tribunal y no siempre se cumplen, con el argumento de que son ordenatorios. Ese recurso es integral, es decir que se revisan asuntos de hechos, pruebas y asuntos de derecho.
La Cámara de Casación está actualmente presidida por el camarista Alejandro Slokar, que culmina su mandato a fin año. Desde hace cuatro años se da que los vicepresidentes suceden al presidente. En este caso, Borinsky es vicepresidente primero y Ana María Figueroa, vicepresidenta segunda.
Cuando se convoque el acuerdo general para elegir al nuevo presidente antes de fin de año, los jueces votarán y si Borinsky obtiene los votos necesarios será designado.
El presidente puede elegir solo presidir la Cámara o al mismo tiempo subrogar y seguir firmando sentencias, además de actuar como autoridad del tribunal. Borinsky ya le anticipó a sus colegas que ese será su caso, seguirá en su sala, donde está nombrado por decreto y un colega suyo cubriría la vacante de la jueza Liliana Catucci, que dejó el tribunal al cumplir 75 años de edad.
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