Cambiemos: una tropa de los ministerios en el conurbano y voluntarios
Como en ninguna otra elección, el oficialismo desplegará toda su estructura de funcionarios y voluntarios del gobierno nacional, provincial y de la ciudad para cuidar los votos de mañana, en las 15.000 escuelas del país. Enviará especiales refuerzos al conurbano bonaerense, donde se jugará la partida más difícil.
Juntos por el Cambio viene realizando desde hace seis meses capacitaciones para la fiscalización de las elecciones PASO, especialmente en los puntos calientes del conurbano bonaerense y en los distritos comandados por caciques peronistas, donde le falta presencia territorial.
El momento que requerirá mayor experiencia, aseguran en Pro, será el cierre de las mesas, a las 18, cuando cada voto se pesará en oro, por el dramatismo que imprime la polarización de la elección.
Distintos ministerios nacionales pondrán a sus equipos para fiscalizar las urnas del otro lado de la General Paz, según pudo reconstruir LA NACION. Así, por caso, los cargos políticos del Ministerio de Transporte se trasladarán a las escuelas de Berazategui; los colaboradores del Ministerio de Desarrollo Social irán a cuidar las urnas de Lomas de Zamora; desde el Ministerio de Hacienda enviarán una célula a la localidad de Moreno, y el Ministerio de Seguridad cruzará a los municipios de San Martín y La Matanza.
"Es un esquema voluntario. Hay funcionarios y empleados que se anotaron espontáneamente para colaborar con la fiscalización, como ya lo habían hecho en la elección pasada", aseguró un ministro nacional al tanto del esquema. Otro alto funcionario reconoció que se hicieron capacitaciones, pero aseguró que transcurrieron "después de horario laboral", a partir de las 19.
En La Matanza, el partido más poblado de la provincia, el ministro de Educación y candidato a intendente, Alejandro Finocchiaro, viene trabajando en la fiscalización desde hace seis meses. Desembarcará con unos 3500 fiscales, un equipo coordinado por su secretaria de Evaluación Educativa, Elena Duro. Organizó tres jornadas de capacitación por persona. "Hay que tener mucha presencia, especialmente en el tercer cordón, donde Espinoza tiene a sus punteros más avezados. De nada sirve hacer una buena campaña en La Matanza si no cuidás el voto", señalaron cerca del ministro.
Estructura nacional
La estructura de fiscales de Juntos por el Cambio contempla a los equipos de la gestión, pero también a los colaboradores de los candidatos de todas las listas, desde el Presidente hasta el último concejal. Se sumarán para asistir a las escuelas algunos voluntarios de Defensores del Cambio, los seguidores del oficialismo que vienen haciendo campaña por Mauricio Macri en la esfera digital. Y trabajará el G-25, la fundación del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y el senador Esteban Bullrich.
La organización de la fiscalización en el oficialismo tiene múltiples responsables. El secretario de Interior, Sebastián García de Luca, está encargado de coordinar a los fiscales de las 19 provincias que no están gobernadas por Cambiemos.
En el caso de que haya internas en la categoría de legisladores nacionales, acordaron que cada lista vigilará el recuento de sus votos. El soporte nacional irá a los candidatos que vayan pegados en la boleta con el Presidente. La mayor dificultad, reconocen en el oficialismo, se dará en distritos como Tucumán, Santiago del Estero, Formosa o Chaco, donde juegan fuerte los aparatos de los gobernadores peronistas.
En la provincia, el equipo de María Eugenia Vidal enviará a sus equipos a respaldar a los candidatos a intendente "sin tierra" que buscarán darles batalla a los jefes comunales del PJ. Los intendentes de Cambiemos, en tanto, custodiarán las urnas en sus municipios. "Cambió mucho el dominio del territorio respecto de elecciones pasadas. Ahora tenemos un local partidario en cada barrio. Es más fácil siendo oficialismo", reconoció un estrecho colaborador de un intendente de la zona sur.
En la ciudad -el desafío más sencillo para la fiscalización de Juntos por el Cambio-, Horacio Rodríguez Larreta derivó en el legislador porteño Claudio Romero la organización de los fiscales de mesa.
En Juntos por el Cambio aseguran que no les pagaron este año a los fiscales por su jornada de trabajo dominical, más allá de los gastos en logística y viandas. Quienes conocen de cerca el trabajo territorial aseguran que, en términos generales, se pagan $1000 a un fiscal simple y $1200 a un fiscal general.
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