Caló pidió no criticar a Daer para evitar fugas
Evitó polemizar por el apoyo de "los Gordos" a Massa; Lescano se va
A ocho meses de su surgimiento, la CGT oficialista está cruzada de peleas internas que atentan contra su débil unidad. Su jefe, Antonio Caló, pidió ayer callar las críticas hacia Héctor Daer por la decisión de jugar políticamente con Sergio Massa. Su intención es evitar una fuga en tropa del sector de "los Gordos" (grandes gremios), que ya retiró de la central a Oscar Lescano, de Luz y Fuerza.
Fue Lescano el que abrió la puerta para una salida masiva. "No me quedo más. ¿Para qué? ¿Para sacar un carnet de alcahuete cuando el Gobierno no le da bola al movimiento obrero? La CGT debe ser plural. Hay compañeros que no quieren saber más nada. Si quieren seguirme, que me sigan", dijo a LA NACION. Los dirigentes que podrían seguir los pasos de Lescano son Armando Cavalieri (Comercio), Carlos West Ocampo (Sanidad) y Roberto Fernández (colectiveros de la UTA).
Al tanto de la decisión de Lescano, Caló reaccionó y pidió callar las críticas a Daer. Fue un mensaje al taxista Omar Viviani, que había atacado al flamante candidato de Massa. "El corazón partidario de uno puede ser diferente al de otro. Soy hincha de San Lorenzo y otros son de Boca. Pero no por eso vamos a romper la CGT", intentó llevar calma el metalúrgico en un diálogo con LA NACION.
El lunes pasado, al conocerse la postulación de Daer por el Frente Renovador, Caló respaldó únicamente a los candidatos kirchneristas, entre los que está el gremialista Oscar Romero, de los mecánicos de Smata. Ayer, el jefe de la UOM dio un giro para bajar la tensión. "No critiqué a Daer", se deslindó de los ataques retóricos en contra del dirigente de Sanidad. Y agregó: "Está todo muy crispado. Será mejor que no nos reunamos la semana que viene y que dejemos que las cosas se tranquilicen. Esta CGT se creó para defender el modelo industrial."
Así, Caló dejó en suspenso un futuro encuentro de la cúpula de la CGT. "En vez de juntarnos para hablar de las candidaturas, deberíamos reunirnos para debatir por qué el Gobierno no eximió el medio aguinaldo del impuesto a las ganancias", se quejó un empinado dirigente.
El albañil Gerardo Martínez también evitó caer sobre Daer y pidió no descalificar a los compañeros. Fue otra señal para Viviani.
Tras el berenjenal que causó el armado de las listas electorales, el mapa de poder en la CGT quedó alterado. El descontento de "los Gordos" fue escenificado con la candidatura de Daer y con la salida de Lescano. Todos ellos, le achacan a Caló conductas erráticas, falta de logros y un alineamiento excesivo con la Casa Rosada. En la vereda de enfrente se ubicó Viviani y la tropa de ex moyanistas del Movimiento de Acción Sindical Argentina. Son unos veinte gremios. Y en el medio, en pleno equilibrio, está el bastión de los "independientes", integrado por Martínez (Uocra) y los estatales Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Aguas Argentinas). Ellos tres son devotos kirchneristas y apoyan a Caló, aunque con reparos.
Oscar Lescano / Líder de Luz y Fuerza
- "No me quedo más. ¿Para qué? ¿Para ser un alcahuete cuando el Gobierno no nos da bola?"
- "La CGT debe ser plural. Hay compañeros que no quieren saber más nada. Si quieren seguirme, que me sigan"
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