Califican de suicidio al desembarco en Malvinas
Américo Daher: duras críticas de quien fue comandante de las fuerzas de operaciones terrestres en las islas, el 2 de abril de 1982.
SANTIAGO DEL ESTERO.- "Fue un acto suicida" el intento de recuperación de las islas Malvinas, según la calificación del general de brigada (R) Américo Daher, comandante de las fuerzas de operaciones terrestres que desembarcaron en el archipiélago el 2 de abril de 1982.
El militar que hoy reside en su pueblo natal de Loreto, a 80 kilómetros de esta capital, desgranó sus recuerdos del suceso en un reportajepublicado por el matutino El Liberal.
Recordó que la fuerza estaba compuesta por un 33 por ciento de cada arma. "Inexplicable, pues en cualquier operación que se realice, la cantidad de medios y de hombres debe estar sujeta al objetivo que se pretende lograr", sentenció.
Reveló que la misión enconendada se hizo "sin saber lo que nos esperaba, pues fuimos preparados para hacernos cargo de la isla por un supuesto arreglo consolidado con Gran Bretaña. No estábamos alistados para una guerra", expresó Daher.
No obstante, el miltar hoy retirado juzga que la historia "no dejará de ponderar que lo que se hizo fue importante para la Argentina, como el episodio en el que un pueblo hace valer sus derechos".
Daher valoró que no obstante la información que poseía, planteada la alternativa de la lucha, actuó con sus tropas "con el mismo sentimiento que un ciudadano común. Pero -reflexionó- fuimos para una cosa y terminamos enfrentando a la tercera potencia del mundo que había enviado 130 barcos cuando nosotros no teníamos ni un bote. Cuando comprendí la realidad, me sentí aterrado -confesó-; esperaba que no fuera cierto. Fue realmente penoso..."
Daher opinó que había "espíritu de ganar. pero cuando comprobamos la magnitud del esfuerzo de los británicos para recuperar las islas, era imposible suponer nuestra victoria. Era fácil comprender el resultado final, aunque había algunos afiebrados que creían que podíamos ganarle a los ingleses.
"Ellos recurieron a todos sus medios y nos plantearon una guerra sin cuartel."
Con relación a la postura de los Estados Unidos en el conflicto, Daher juzgó no creer que iban a abandonar a su aliado tradicional. "No podía hacerlo y era infantil suponer que apoyase a la actitud de un gobierno militar con elevado grado de desprestigio internacional, al decidir una acción que afectaba y golpeaba a una potencia mundial", opinó Daher.
En Belgrano: un combate que no llegó
Revelación: el capitán Bonzo, responsable del crucero hundido en Malvinas, dijo que éste fue torpedeado antes de entrar en lucha
El crucero General Belgrano, hundido durante la Guerra de las Malvinas, había estado a punto de entrar en combate pocas horas antes de ser torpedeado.
Así lo confirmó el comandante del buque, capitán de navío (R) Héctor Bonzo en un reportaje concedido a El Diario, de Paraná.
Después de aquel episodio hubo distintas versiones acerca de la verdadera misión del Belgrano, que con estas declaraciones quedan definitivamente aclaradas.
Bonzo dijo que el 1 de mayo de 1982 el buque navegaba hacia el este "con rumbo a la fuerza naval enemiga, para conformar el brazo sur de un ataque en pinzas.
"Se hicieron ejercicios de puntería y desde el detector de tiro se simularon blancos de superficie y aéreos, reproduciendo una eventual realidad".
Agregó que "el día 2, por cambio de misión, se invirtió el rumbo en la madrugada hacia un área de espera más al oeste".
El capitán Bonzo añadió: "Estábamos haciendo relevos de guardia de crucero de guerra, fuera de la zona de exclusión determinada unilaterialmente por Gran Bretaña, cuando a las cuatro de la tarde dos torpedos hicieron blanco en el casco".
Una hora despues el crucero se hundió por completo provocando la muerte de 323 de sus 1093 tripulantes.
Bonzo señaló que "contra submarinos nucleares nuestra indefensión era total. No había posibilidad de detectarlos ya que con la propulsión nuclear alcanzaban velocidades verdaderamente fabulosas".
También comentó que no prosperó su propuesta de fondear el barco en las Malvinas, en la bahía de Puerto Argentino para aprovechar su gran poder de fuego. "Mi idea -dijo- era convertirlo en una fortaleza para aprovechar los cañones de gran poder de fuego".
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