Santiago Cafiero. “No pensamos en volver a una cuarentena como en marzo y abril”
El Gobierno dejó de privilegiar la salud por sobre la economía. La meta, a partir de ahora, es doble, asegura Santiago Cafiero. Evitar que el coronavirus colapse el sistema sanitario se mantiene al tope de las prioridades, lo novedoso es que ahora se sumó el cuidado de la economía, que durante el último año quedó relegada al plan que lanzó la Casa Rosada para contener la pandemia, lo que provocó graves consecuencias en todo el sistema productivo.
"No pensamos en volver a una cuarentena como en marzo y abril", avisa el jefe de Gabinete y mano derecha del Presidente, aunque aclara que eso en el caso de que no haya picos extraordinarios de contagios y un agravamiento general de la situación epidemiológica. "Estamos privilegiando sostener la actividad económica", avisa Cafiero, uno de los pocos funcionarios que actúan como dique de contención en la cúpula del poder.
La experiencia de los últimos meses, explica, sirvió para no tomar decisiones que compliquen los objetivos del Gobierno. "Por eso las primeras restricciones que tomamos este año tienen que ver con cuestiones de nocturnidad. Vamos a evitar que la curva se acelere y vamos a cuidar la actividad económica", grafica.
Durante poco más de una hora, en una entrevista con LA NACION, el ministro coordinador habla de vacunas, la vuelta a las clases, la relación entre el Presidente y Cristina Kirchner y la Justicia.
Para el comienzo de este año tenía tres variables: vacunación, clases y recuperación económica. ¿Hoy, ante el cambio de escenario producto del incremento de contagios y el lento proceso de vacunación, hubo que cambiar objetivos?
-No, para nada. La campaña de vacunación se lanzó el 29 de diciembre y arrancó de modo simultáneo en todo el país. El país empezó una campaña de vacunación y ese desafío logístico se cumplió. El Estado compró todas las vacunas y las distribuyó equitativamente, independientemente de los colores políticos.
-Hasta ahora vacunaron poco más de 200.000 personas. ¿El proceso de vacunación no es lento?
-¡No! Recibimos las vacunas en diciembre como habíamos dicho cuando había mucha incertidumbre y muchas sospechas de que eso fuera así. Muchos se anticiparon a decir que no iban a llegar las vacunas en diciembre.
-Pero fue el Presidente el que anticipó la vacunación de millones de personas y hasta el momento solo llegaron 300.000 vacunas.
-Hay un cuello de botella en la producción de vacunas en el mundo, no es un tema de la Argentina. La Argentina es uno de los pocos países que arrancó su campaña de vacunación. Mirá la región y te vas a dar cuenta que la Argentina es el que más vacunó.
-¿No cree que hubo un exceso de optimismo?
-¿De quién? ¿Del mundo?
-Del Gobierno…
-No, es del mundo. Si no logramos ser más objetivos con el contexto entonces es incompleto e injusto cualquier tipo de sentencia. Hay una pandemia y la Argentina, con las herramientas que tiene, intenta salir adelante. La Argentina fue uno de los primeros países en la región que arrancó a vacunar a su población y hoy sigue siendo uno de los países que más vacuna dio en la región.
-Pero fue el Gobierno el que generó la expectativa. ¿Cuándo llegará el resto de las vacunas?
-La expectativa se cumplió porque la campaña de vacunación arrancó y estamos cumpliendo con lo programado. Primero se vacuna a los trabajadores de la salud, quienes están más expuestos, trabajadores y trabajadoras de la salud de terapia intensiva, ambulancieros, etcétera. Antes de fin de mes deberían llegar una buena cantidad de vacunas, son 4.000.000 y pico de vacunas.
-¿Ya se pueden vacunar los mayores de 60?
-Mandaron la documentación ahora, ayer. Están traduciendo el documento, pero será la semana que viene.
-¿Empiezan las clases presenciales en marzo?
-Todos queremos que comiencen las clases presenciales en marzo. Lo que tenemos que seguir haciendo es lo que vinimos haciendo hasta acá.
-¿No fue un error no haber activado el protocolo para la presencialidad antes?
-Creo que no, pero siempre hay cosas para revisar. Todos queremos que vuelva la presencialidad. No fue una decisión política o un capricho como a veces se intenta mostrar. Si podemos contener esta aceleración de casos y el plan de vacunación empieza a generar mayor masividad, el Gobierno en todo momento planifica que la mayor presencialidad posible se dé durante el mes de marzo.
No hay un poder bifronte, las decisiones las toma el Presidente.
-Algunos gremios ya anticiparon resistencia. ¿Será un problema?
No, para nada. Toda la comunidad educativa quiere que las clases vuelvan. No hay que ideologizarlo.
-¿Lo dice por las críticas de Mauricio Macri?
-Acá hay una estrategia de parte de Macri, fundamentalmente, y de parte de su equipo. Macri quiere enojar a los que ya están enojados y angustiar a los que ya están angustiados. Y él trata de tener algún rédito político, pero en realidad no aporta nada porque el trabajo se viene haciendo. Incluso, hay ministros que coinciden con su línea política que vienen trabajando en el Consejo Federal de Educación. Debería hablar con ellos.
-¿La aceleración de contagios cambió las perspectivas económicas de recuperación de gobierno?
-Hoy tenemos una gestión de la pandemia que es distinta a la del año pasado. El fortalecimiento del sistema de salud, el aumento de casi un 40% de las unidades intensivas, entre otras cosas, se consumió dos meses. Esa instancia de gestión ya se hizo, pero nos obligó a tomar medidas de un corte de circulación muy abrupto que repercutió mucho en la actividad económica.
-Entonces, ¿estamos en condiciones de soportar una segunda ola sin cerrar la economía?
-Hoy el sistema de salud logró robustecerse y el sector productivo se adaptó con protocolos. Por eso las primeras restricciones que tomamos este año tienen que ver con cuestiones conductuales sociales o de nocturnidad. Vamos a evitar que la curva se acelere y vamos a cuidar la actividad económica.
-¿Pensar en una cuarentena como la de marzo o abril está fuera de discusión?
–Hoy por hoy, con los casos que tenemos, con cómo está respondiendo el sistema de salud, nosotros estamos privilegiando sostener la actividad económica y la actividad productiva y cuidar que la curva de contagios no se dispare. No pensamos en volver a una cuarentena como en marzo y abril.
-Martín Guzmán deslizó que podrían volver el IFE y el ATP. ¿Lo están evaluando?
-Hoy el aprendizaje es otro, haciendo un trabajo más sectorial y focalizado es más eficiente y sostenido. El IFE y el ATP fueron políticas en un momento donde se tuvo que restringir la circulación de todo. La ayuda del Estado está presente en términos más focalizados. Hoy el Repro sigue acompañando desde el mes de diciembre a las empresas que no logran recuperarse. La ayuda estatal no se ha retirado en la Argentina.
-El Presidente dijo que los jubilados no iban a perder contra la inflación el año pasado, pero con el dato de diciembre lo hicieron. ¿Puede haber un bono para remediar esa pérdida?
-Me parece que hay que poder ver toda la inversión que se hizo en los jubilados y no solamente el haber jubilatorio. Durante todo el año pasado lo que hicimos fue tener aumentos por decreto hasta que tuviéramos la nueva ley de movilidad jubilatoria. Modificamos incluso la ley primero para que tengan la fórmula con la que ellos habían ganado y no con la que los jubilados habían perdido, como con la fórmula de Macri, que perdieron 19%.
Cristina lo que necesita es que se imparta Justicia y no que le sigan pisando las causas
-Pero con esa fórmula hubiesen ganado un 6%.
-Eso es hipotético porque no sabes cuánto hubiesen dado otros valores. Ahora los jubilados van a compartir el crecimiento que tenga la Argentina. Lo que tenemos previsto para el presupuesto 2021 es que los salarios y las jubilaciones le ganen a la inflación.
-Pero eso no cambia que 2020 perdieron frente a la inflación. ¿No habrá una corrección?
-Tenés que contar los bonos que se le dieron. Cuando llegamos, en diciembre, le dimos un bono de $5000 a los jubilados de la mínima. Luego, en enero, otro de $5000 y después, en abril, otro de $3000. A eso hay que sumarle los medicamentos gratuitos, lo que supone un aumento indirecto estimado en $3000.
-La inflación cerró el año en 36% y la proyección de las consultoras privadas hablan de un aumento significativo. ¿Cómo piensan encarar este problema?
-La inflación no es la deseada, venimos trabajando, tenemos instrumentos como la ley de góndolas y el programa de precios cuidados, seguimos trabajando en los equilibrios fiscales, pero con todas las dificultades este Gobierno bajó casi un 18% la inflación.
-Cayó 10 puntos el PBI, con precios regulados, el cepo al dólar y las tarifas congeladas. ¿No es un costo demasiado alto?
-Con pandemia, ¿no? Nosotros tuvimos que recuperar la economía, como ya venimos trabajando sin brotes verdes, sin segundo semestre, venimos de cuatro meses consecutivos de crecimiento de actividad industrial, crecimiento de gran parte de la actividad económica, crecimiento en recaudación en términos reales con respecto al año pasado y desaceleración de la inflación. ¿Es un número deseable? Para nada, tenemos que seguir trabajando.
Toda la comunidad educativa quiere que las clases vuelvan. No hay que ideologizarlo
-¿Cómo definiría la relación entre el Presidente y la vicepresidenta?
-La unión de Alberto y Cristina es la que les permitió a los argentinos pensar que se podían cambiar las prioridades en un país que no los estaba conteniendo. Esa unión garantizó una esperanza distinta para el país.
-Pero no puede negar que existe una tensión.
-No soy quién para opinar desde lo personal. El Frente de Todos discute porque es parte de su esencia, la mirada diversa es parte de nuestra esencia. Nosotros no vinimos a administrar las injusticias heredadas, vinimos a cambiar la realidad y ese cambio lo que precisa es justamente debate profundo, hasta incluso enojos.
-¿Hay un poder bifronte?
-No hay un poder bifronte, las decisiones las toma el Presidente.
-¿Cómo calificaría las intervenciones de la expresidenta?
-Son siempre muy valiosas. Nuestra fortaleza es la complementariedad entre Alberto y Cristina. Eso no implica que digan o piensen lo mismo.
-El temario de sesiones extraordinarias incluye varios temas sensibles para la vicepresidenta como la Reforma Judicial, los cambios en la Procuración y el pliego de Rafecas. ¿Van a impulsar esos debates?
-La agenda judicial del Gobierno es mejorar la administración de la Justicia en este país, necesitamos mejorar el acceso a la justicia y mejorar la independencia judicial. Necesitamos que se debatan los temas. Esto no es una intervención en el Poder Judicial, queremos que se fortalezca su independencia.
-¿La situación procesal de la vicepresidenta no tiñe todo de sospecha?
-Efectivamente se utiliza la situación procesal de la vicepresidenta políticamente para no encarar ningún tipo de reforma. Se hace un gran esfuerzo para no debatir nada. Cristina lo que necesita es que se imparta Justicia y no que le sigan pisando las causas.
-El Gobierno trabaja en el proyecto para crear un "tribunal intermedio" que limite el rol de la Corte en causas de corrupción. ¿Cuándo lo presentan?
-De eso no hay nada por ahora. Es uno de los 12 puntos que trató la comisión para mejorar la Justicia. Todavía se está estudiando el informe.
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