Cacciatore, el militar que cambió la ciudad
Su fallecimiento
El brigadier (R) Osvaldo Cacciatore, intendente porteño entre 1976 y 1982, falleció anteayer a los 83 años. Sus restos recibirán sepultura hoy en el Parque Memorial, en Pilar.
Su gestión al frente de la ciudad de Buenos Aires fue polémica por las obras que llevó adelante y también por aquellas que sólo quedaron como propuestas. Cacciatore defendió siempre su trabajo, que, con adherentes y críticos, cambió buena parte del diseño de la Capital Federal. El plan de autopistas fue su emblema.
Cuando asumió, a comienzos de la última dictadura, abrazó la idea de preparar la ciudad para recibir con otra cara el Mundial de fútbol, acontecimiento deportivo que los países buscan como carta de presentación internacional. El costo económico o social no detuvo a Cacciatore. Tres mil casas fueron expropiadas para cortar en dos el tejido urbano porteño y levantar la autopista que unió el sudoeste de la ciudad con el centro. "La autopista demostró ser muy útil para el ciudadano: prueben cerrarla un día para ver qué pasa...", desafió Cacciatore en una entrevista de 1997 con LA NACION.
Los datos conocidos luego de 1983 demostrarían que se gastaron más de 1000 millones de dólares en esa vía rápida de tránsito. Su plan resultaba más ambicioso y abarcaba la construcción de al menos nueve autopistas en la Capital Federal. Con el tiempo se harían algunos tramos de los proyectados, como la unión del extremo norte de la avenida 9 de Julio con la Costanera cercana al Aeroparque, o el acceso entre La Plata y la ciudad. Sin embargo, la iniciativa ideada en los años 70 quedó trunca.
No fue ese plan vial el que motivó los mayores problemas posteriores a Cacciatore. El megaproyecto de Interama, un enorme parque de diversiones, terminó con el ex intendente ante la Justicia a fines de los 80. Cacciatore pensaba que esa obra tendría más de 15 millones de visitantes por año y distinguiría a la ciudad como un punto de atracción mundial. Su descomunal torre quedó como mudo testigo de una idea que fracasó.
La creación del Ceamse también fue producto de un acuerdo entre Cacciatore y la provincia de Buenos Aires, en otra propuesta de emprendimiento gigantesco que quedó sólo como descomunal depósito de basura.
En cambio, logró llevar adelante un vasto plan de construcción de escuelas. La erradicación de villas en la ciudad fue otro sello del estilo de Cacciatore, que, como buena parte de su administración, tuvo tantos defensores como opositores. El momento de gestión que le tocó, el gobierno de facto, permitió que la voluntad del entonces intendente impusiese los criterios por seguir en la ciudad.
Seis años exactos duró su intendencia. El 1° de abril de 1982, Cacciatore dejó su despacho sin saber que un día después nadie hablaría de su salida del gobierno porque un tema mayor se acercaba velozmente. Por más que era brigadier, Cacciatore no estaba dentro del reducido grupo de militares enterados del inminente desembarco en las islas Malvinas.
El regreso de la democracia encontró a Cacciatore envuelto en polémicas públicas sobre las obras que había llevado a cabo; también tuvo que responder por esos emprendimientos en la Justicia. Ya como empresario privado, relacionado con la empresa de transporte de caudales Juncadella, probó fortuna en la carrera política. Los votos le fueron esquivos.
Se acercó a la Ucedé y fue candidato a legislador nacional en 1993; el resultado electoral fue desfavorable en un período en el cual el partido de los Alsogaray era fagocitado por el menemismo. Cacciatore volvió a presentarse en 1997, con su propio partido, Acción Institucional, sin recibir más del 1 por ciento de los votos. Buscó otra oportunidad en 1999, cuando encabezó la lista de candidatos a diputado nacional de Acción Institucional. En esa oportunidad llevó también la boleta presidencial de Eduardo Duhalde. Sus intentos por ingresar en el Congreso siempre fallaron.
Cacciatore había egresado de la Escuela de Aviación Militar en 1946 como abanderado de su promoción. Su carrera militar estaba apenas en el comienzo cuando se plegó, en 1951, al intento de golpe de Estado liderado por el general Benjamín Menéndez y tuvo que exiliarse en Montevideo después de la frustrada asonada. Regresó al país con la Revolución Libertadora, en 1955, y fue reincorporado a la Fuerza Aérea como capitán.
En 1973 ocupó la subjefatura del Estado Mayor Conjunto, pero su vida pública resultó más trascendente que sus antecedentes militares.
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