Búsqueda en videos, celulares y una “carpeta segura”: la Justicia investiga a los amigos de Sabag y Uliarte para dar con otros partícipes del atentado a Cristina Kirchner
El celular de la joven tenía un archivo con una clave adicional; ella y su novio fueron captados cerca de la vicepresidenta antes del alegato del fiscal Luciani; sospechan de otras personas
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Los investigadores del atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner –del que hoy se cumple una semana– analizan miles de videos, mensajes de celulares y fotografías para determinar si los dos detenidos, Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, actuaron solos o si contaron con el apoyo de algún allegado, que está bajo investigación.
Tres elementos llamaron la atención en las últimas horas. Uno es el celular de Brenda Uliarte, cuya clave de acceso fue quebrada mediante un software especial, pero tenía además una “carpeta segura”. Se trata de partición especial de la memoria del teléfono Samsung, también protegida con una contraseña adicional, donde se guardan imágenes y mensajes privados. No todos los usuarios del celular la conocen y mucho menos la utilizan. Se está trabajando en desbloquear este contenido secreto.
El otro dato novedoso que despertó sospechas en los analistas de imágenes es que se pudo recuperar un video del 23 de agosto pasado, un día después de que el fiscal Diego Luciani pidiera una condena de 12 años de cárcel contra Cristina Kirchner, donde se ve a Sabag Montiel, a Uliarte y a una tercera persona en las inmediaciones del domicilio de la vicepresidenta, en medio de los manifestantes que estaban allí.
La Policía de Seguridad Aeroportuaria, que analiza las imágenes, trata de establecer si se trata de uno de los amigos de la pareja para ampliar la lista de sospechosos.
El círculo de amigos
Se investiga si se trata de Nicolás Carrizo, el dueño de la garrafa y el carrito con el que Brenda Uliarte vendía copos de algodón de azúcar. A esta hipótesis se suma la existencia de un mensaje donde Carrizo le escribe a otro amigo y le dice que Brenda había reivindicado el ataque. Todos son elementos bajo análisis que no alcanzan para tomar ninguna medida. Por ahora, todos los amigos de la pareja declararon como testigos, colaboraron con la investigación, aportaron sus teléfonos y sus mensajes.
En el caso de Uliarte, su celular tenía 120 gigabytes de información. Se lo conectó 24 horas para cargarlo y evitar sorpresas a la hora de abrirlo. Se consiguió el acceso y los especialistas se encontraron con una “carpeta segura”, protegida con una contraseña adicional, que buscan desbloquear para saber qué oculta.
“El grupo de amigos tenía un grado de conocimiento de lo que había ocurrido mayor o menor, había comentarios entre ellos acerca de que debían cuidarse para hablar por celular. Había cuentas de Facebook realizadas ad hoc para comunicarse. [Eso] Habla de que había un conocimiento mínimo de cómo manejarse”, dijo una fuente del caso, que de todos modos indicó que los amigos de la pareja son testigos en el caso.
La recorrida previa al atentado
El tercer dato novedoso lo aportó la geolocalización de los teléfonos celulares en los días previos al atentado y el jueves pasado. Y allí se encontraron con la sorpresa: los dispositivos de Uliarte y de Sabag Montiel se habían conectado a la misma antena de la casa de Cristina Kirchner, antes del 22 de agosto, cuando Luciani hizo su alegato.
Este dato debilita el argumento de que el pedido de condena fue el que impulsó el plan criminal para matar a la vicepresidenta. La información avala la línea de investigación de que hubo planificación, que el ataque fue premeditado, preparado, tal como le señaló la jueza María Eugenia Capuchetti al indagar a los acusados.
Una información que trascendió en el mundo de la política y que permite analizar la determinación del tirador la aportó un militante que declaró ante las autoridades. Llevado a declarar por su referente político, explicó que estaba junto a Sabag Montiel cuando gatilló sobre la vicepresidenta. Dijo que escuchó el click del arma y que cuando no salió el disparo, lo vio intentado acomodar la pistola, manipulándola, para buscar que saliera la bala. Agregó que Sabag habrían intentado arrastrar la corredera para colocar la primera bala en la recamara y volver a disparar, pero no le dio tiempo la multitud que se le vino encima y que por eso tiró el arma al suelo.
Al anochecer, el equipo de la jueza Capuchetti se reunió con los investigadores de la PSA para evaluar la prueba y analizar futuros caminos de la investigación.
Tres allanamientos
Es que durante la madrugada de hoy se realizaron tres allanamientos “donde se secuestraron elementos probatorios relativos a la reconstrucción de los hechos denunciados”, dijeron fuentes judiciales.
Dos allanamientos se efectuaron en San Miguel y uno en San Martín, en la calle Uriburu al 700 de Villa Zagala, donde vivía Sabag Montiel. En la casa del sospechoso detenido, llamó la atención que se encontraron muchos teléfonos celulares, algunos viejos, otros en mal estado y baterías. Además, se secuestró un disco rígido de una notebook, que se está analizando.
En San Martin también se encontraron algunos elementos de bebes y restos biológicos, como un cordón umbilical, supuestamente del niño que perdió Brenda, durante la pandemia, según relataron sus familiares. Allí también se secuestró un estudio ecográfico, carnets de vacunación y una pulserita de un niño recién nacido.
Además, en otro procedimiento efectuado en San Miguel, la PSA allanó la casa Lucas Ocampo, el exnovio de Uliarte, quien se había comunicado ayer con los investigadores y les había dicho que tenía información para aportar. Cuando se le tomó declaración como testigo, relató que Uliarte le pidió refugio la noche del jueves, después del atentado fallido. Y que se quedó a dormir en la casa que hoy fue allanada. La PSA se llevó del lugar una bolsa blanca de nylon que la joven llevaba el día del atentado, según imágenes de cámaras de seguridad.
La PSA también se llevó para peritar un paraguas negro que, según Ocampo, Uliarte dejó en su casa ese viernes, cuando se fue. El exnovio de la acusada dijo que ella no le había dicho nada de esos objetos, pero que los había dejado a la vista. Los dos objetos se están peritando para determinar, entre otras cosas, si tienen restos de pólvora.
Fuentes de la investigación consideraron “valioso” el aporte de Ocampo, que trabaja como albañil, y descartaron que tenga alguna responsabilidad en los hechos bajo investigación. Aun así, el hombre entregó su teléfono celular, que también será peritado por la PSA.
En las horas previas al atentado, Sabag Montiel y su novia estuvieron en un local de McDonald’s de la localidad de Quilmes. Según imágenes registradas por las cámaras de seguridad de ese local de comida rápida, la pareja entró -ambos llevaban la misma vestimenta que en el momento del ataque- y recorrió el lugar. En un momento, Uliarte recogió del piso un papel que tiró minutos antes una mujer, también registrada por las cámaras de seguridad.
En las imágenes que tienen los investigadores, se ve cómo Uliarte levanta ese papel, se lo da en la mano a su novio, quien después de mirarlo lo tira a un tacho de basura, relataron fuentes de la causa. Ahora buscan identificar a la mujer que dejó caer el papel al piso. Todavía no dieron con su identidad.
“Todo, absolutamente todo, es una línea de investigación hasta que se descarte que no tiene que serlo”, dijo a LA NACION una fuente que trabaja en la causa, refiriéndose a la intención de detectar si hubo otros responsables del intento de asesinato a la vicepresidenta. “La responsabilidad de Sabag Montiel y Uliarte está más que probada, eso es redondo”, agregó la fuente.
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